CAPÍTULO 03

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Jack Grazer no estaba contento

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Jack Grazer no estaba contento.

Podía notarse por el ceño fruncido, los brazos cruzados y la forma en que su mandíbula estaba tensa. Además, también estaban los resoplidos ocasionales que dejaban bastante en claro su descontento.

— Ya llegamos —avisó su madre desde el asiento del copiloto, girando su cuerpo para ver a su hijo en los asientos traseros del auto.

Jack miró con desdén a través de la ventana, notando la bonita casa que ahora sería suya.

— No me gusta —mintió, sin dejar su actitud caprichosa de lado.

— Deja de ser tan berrinchudo —pidió su padre con calma.

— ¡Quiero volver a Los Ángeles! —chilló como niño pequeño; como si tuviera seis años en lugar de dieciocho.

— Cariño, deberías darle una oportunidad a Stowe —dijo su madre—. Que seas un chico de ciudad no significa que no puedas ser uno de pueblo también. Sé un buen cachorro, ¿sí?

— Hazlo por tu madre y tu futuro hermanito.

Jack quiso gritarle a su padre que no, que no le importaba si su madre estaba embarazada y deseaba pasar el proceso en un lugar menos excéntrico que Los Ángeles porque él deseaba volver junto a sus amigos, pero no tuvo valor de hacerlo. Porque amaba a su madre, y su familia siempre había sido bastante unida como para estar enojado mucho tiempo.

— Bien —aceptó de mala gana—. Pero mi habitación tiene que estar junto al balcón.

— Trato hecho —sonrió su madre—. Ahora desempaquemos.

El resto del día, Jack y sus padres estuvieron acomodando todas las cosas dentro de su nueva casa; Gavin no permitía que su esposa hiciera mucho esfuerzo para procurar su salud y la del hijo que Angela portaba en su vientre.

Cuando la noche cayó, el castaño por fin pudo descansar; su madre entró a la habitación un rato después, trayendo consigo una taza de café con leche para que su pequeño bebiera.

— ¿Te emociona tu primer día de escuela?

— No —respondió con honestidad—. Pero ya me estoy resignado.

Jack era así la mayor parte del tiempo, sin filtros ni tacto; su condición de omega no lo volvía un chico sumiso y obediente como tantas veces sus abuelos habían pensado que sería, más bien era un muchacho revoltoso y con personalidad transparente. Era una persona que agradaba con facilidad y sabía que no sería tan difícil para él conseguir amigos en su nuevo colegio; pero conseguir amigos y conservarlos eran dos cosas muy distintas, y la mayoría de personas solían asustarse por su personalidad tan espontánea y poco común, por lo que los amigos no le duraban mucho tiempo. En Los Ángeles fue bastante complicado crear amistades sinceras, y lo que más le dolía de su mudanza era haber tenido que decirles adiós a esos fuertes lazos.

TALKING TO THE MOON ; fack omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora