advertencias: fack. contenido homosexual. omegaverse. finn activo. jack pasivo. smut. fluff.
— ¿Y de qué quieres hablar?
Finn Wolfhard no era de los chicos que se ponían nerviosos con facilidad. De su familia, Nick era el más susceptible en ciertas situaciones, por lo que hacerlo sentir incómodo era bastante sencillo a decir verdad; Finn, por otro lado, siempre había sido más imperturbable, firme, por lo que estar en una situación como la de aquellos momentos era bastante extraño.
No sabía bien qué decir para evitar que Jack saliera corriendo, y no estaba seguro de que el chico fuera a prestarle real atención, pero debía intentarlo.
— ¿Podemos sentarnos en el pasto un momento? Creo que el tema es bastante largo y temo que puedas cansarte los pies.
El omega miró con recelo el guapo rostro que tenía delante suyo antes de acatar la petición que el alfa le hacía. Le ponía nervioso su sola presencia que las piernas le temblaban, así que básicamente no necesitaba que Finn le ordenará sentarse porque de cualquier modo en algún momento caería al piso por lo fuerte que era la atracción que lo unía a aquel desconocido. Era aterrador. Esa fuerza de imán no la había experimentado jamás con ninguna otra persona. Y ahora ese guapo muchacho sólo estaba frente a él, acelerándole el corazón.
Cuando ambos estuvieron con sus traseros bien plantados en el suelo, Finn se aclaró la garganta para poder comenzar con su discurso.
— Verás, Jack... cuando yo era un niño, mi madre solía contarme muchas historias de amor que me gustaban mucho. Que me siguen gustando incluso ahora —guardó silencio un par de segundos, tratando de escoger bien sus palabras—. Esas historias me hicieron creer en los mitos más improbables, y tengo la certeza de que el mundo está lleno de infinitas posibilidades —Jack no comprendía lo que Finn trataba de decirle. Este último notó el deje de confusión que había aparecido en el rostro del menor, así que decidió ser un poco más directo—. Soy un estudiante bastante conocido, y no lo digo con intención de alardear porque a veces es muy fatigante; más bien, lo digo porque estoy seguro de que has de haber escuchado ciertos comentarios con respecto a mi persona y, aunque la mayoría son equivocados, hay algunos que no se alejan de la realidad.
— Honestamente no sé a qué quieres llegar con esto —comentó Jack, haciéndole notar al pelinegro lo mucho que comenzaba a aburrirle su parloteo.
— Sé que has escuchado a las personas decir que la única razón por la que he estado soltero es porque estoy esperando a mi pareja destinada. Y eso es verdad.
Jack lo miró con expresión neutral. Como si el comentario no le sorprendiera en absoluto.
— Bien por ti, supongo —suspiró mientras miraba directamente aquellos ojos hipnóticos y profundos—. Creo que has escuchado a muchas personas decirte que es una tontería, así que no voy a aplastar más tus sueños diciéndote lo mismo.
— ¿Tú crees que es una tontería? —preguntó el alfa con cierta tristeza bañando su voz.
Era peor para él que ni siquiera su omega destinado comprendiera sus ilusiones, pero de cierta forma aceptaba la hostilidad que Jack emanaba casi siempre. Algo le decía que iba a tener que acostumbrarse a ello si es que quería que las cosas funcionaran.
— Sí —contestó con simpleza—. Aunque me parece aún más tonto que me cuentes esto a mí. ¿Piensas que voy a emprenderme en una búsqueda contigo para hallar a tu pareja destinada?
— No —respondió—. Te lo digo, Jack, porque yo soy un alfa serio, y tú eres un omega —lo miró con determinación—. Eres mi omega.
El aludido se quedó aturdido por un par de segundos, tratando de comprender lo que aquel chico estaba diciendo.
— Alfa tonto —dijo con voz temblorosa.
Finn sólo rodó los ojos ante el insulto.
— Estoy hablando en serio.
El omega miró con detalle el rostro serio e imperturbable del alfa, y por un momento quiso voltearle el atractivo rostro con una bofetada por decir cosas absurdas, pero él no era tan grosero como para hacerlo. Una risa nerviosa escapó de sus labios, antes de notar que estos temblaban.
— Lo de las parejas destinadas es un mito.
— No lo es —aseguró—. ¿No te has dado cuenta? —preguntó—. No puedes decirme que no has notado la forma en que te sientes atraído hacia mí, la forma en la que yo me siento atraído por ti. ¿Es que a caso no notas esto? —preguntó mientras se aventuraba a tomarle la mano. Jack quiso retirarla como si estuviera tocando algo prohibido, pero su lobo aulló contento y una sensación de calidez llenó su corazón—. Mira la forma en que nuestros lobos reaccionan. Jack, incluso mi celo se adelantó cuando te vi —con su pulgar, el mayor acarició los nudillos de la mano que sostenía—. He pasado toda mi vida esperándote, omega.
A la velocidad de la luz, el omega apartó su mano de la del alfa para poder ponerse de pie. Finn lo imitó, dándose cuenta de que Jack estaba empezando a enojarse.
— No —dijo con ceño fruncido—. Yo no soy tu omega. ¡No soy tu propiedad! ¡No soy propiedad de nadie! Vete a la mierda.
Hizo el amago de salir corriendo, pero el pelinegro logró tomarlo del brazo antes de que pudiera escapar.
— Jack, eso no es lo que quiero decir. Que seas mi pareja destinada no te vuelve propiedad mía. Que te vea como mi omega no significa que te considere un objeto —aclaró—. Yo sólo...
El corazón de Jack bombeaba con velocidad y fuerza descomunales. Un montón de ideas cruzaban por su cabeza, sin saber a cuál de todas hacerle caso. Su mente se negaba a aceptar el hecho claro de que Finn estaba diciéndole la verdad, puesto que no había una explicación distinta del porqué a su lobo le gustaba tanto notar la forma en que el alfa posaba sus ojos sobre él y lo miraban con admiración y calidez, como si fuera lo más hermoso que alguna vez hubiese visto.
— Basta —pidió tratando de regular su respiración—. Ya no quiero oírte.
— Jack...
— ¡No! —gritó asustado—. Yo no... no soy tu omega, todo lo que dices es basura. Las parejas destinadas no existen —sonaba como si intentara convencerse más a sí mismo—. No te quiero cerca mío, ¡chiflado!
Y luego salió corriendo.
Finn se quedó inmóvil en su sitio. Soltó un suspiro cansado, y luego negó con la cabeza decidiendo no seguirlo por el momento. No esperaba que la reacción de Jack fuera tan... decepcionante, pero igual lo aceptaba. Era más difícil convencer a una persona que no creía en mitos de que estaba viviendo uno, así que esperaría un poco antes de volver a intentar hablar con el omega.
Tal vez, otra persona en su lugar habría mandado todo a la mierda y ni siquiera se habría animado a insistirle al omega una vez más. Pero Finn, luego de haber sujetado aquella suave mano durante unos segundos, tuvo la absoluta certeza de querer sostenerla durante mucho tiempo más; con suerte, durante toda su vida.
lxs amo!
ESTÁS LEYENDO
TALKING TO THE MOON ; fack omegaverse
Fanfiction𝐓𝐓𝐓𝐌 | finn es un alfa solitario que en secreto le pide a la luna conocer a su omega destinado. jack es un omega revoltoso que no cree en las parejas destinadas.