TALKING TO THE MOON ; fack omegaverse

CAPÍTULO 10

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Jack supo que Finn era un chico insistente apenas lo había visto aquel día escolar en el que ambos habían tenido detención. Por eso no se sorprendió mucho cuando, al día siguiente de su discusión, se encontró con unos chocolates y una carta apenas abrió su casillero.

Esta se hallaba escrita con una letra cuidadosa y pulcra, bastante bonita, y decía lo siguiente:

"Querido Jack:

Sé que toda esta situación es nueva para ti, así que no te culpo por la manera en que reaccionaste; más bien te comprendo. Conozco muy bien el pánico que se siente estar frente a situaciones desconocidas, pero quiero que sepas que yo quiero hacer las cosas bien contigo. Quiero que me permitas cortejarte de forma correcta, para que al final decidas con justa razón aceptarme o rechazarme.

Permíteme un tiempo de tu vida para que pueda demostrarte lo dispuesto que estoy a hacerte feliz. Si al final decides que no soy digno de formar parte de tu vida, respetaré tu decisión y sabré alejarme para siempre.

Si aceptas el periodo de cortejo, conserva la carta; si no deseas darme el beneficio de la duda y denegar mi petición, puedes tirar esta carta en el basurero más cercano.

Con aprecio:
Finn Wolfhard"

Jack no se dio cuenta del momento exacto en que su cara de fastidio se transformó en una pequeña sonrisita. Pero Sophia, tan atenta y observadora como siempre, sí que pudo notarlo.

— ¿Qué es? —preguntó curiosa, a pesar de saberlo desde antes que el mismo Jack.

— Este tonto —siseó el omega, aunque había un timbre cariñoso en la forma que lo dijo, logrando desconcertar a Sophia.

— ¿Disculpa?

Fu el tono de voz sorprendido que la muchacha usó lo que logró hacerlo despertar de su burbuja tras mirar por varios segundos la carta aún después de haber terminado de leerla. Jack carraspeó incómodo, volviendo a fruncir su ceño.

— Wolfhard —respondió—. Quiere cortejarme.

— ¿Y vas a aceptar su cortejo?

— ¡Claro que no!

— ¿Y por qué no? —cuestionó confundida—. Finn es un buen partido; cualquier omega querría ser cortejado por él.

— Pues yo no seré un omega cualquiera lamiendo el piso por el que camina.

— Tú sí que eres raro —dijo la chica—. Finn tampoco es como la mayoría de alfas; su familia lo ha criado bien y, en mi opinión, creo que es una buena oportunidad para que lo conozcas. No tiene nada de malo. Tal vez deberías dejar de estar siempre a la defensiva como si él quisiera hacerte algo malo.

— Piensa que soy su pareja destinada.

— Y el hecho de que tú no creas en eso no significa que no sea cierto. Puedes creer o no creer en lo que mejor te parezca, pero no tienes que ser cruel con el pobre muchacho.

— No quiero ser malo con él —suspiró pesadamente—. Muchas veces termino siendo un problema; es algo que me jode la mayor parte del tiempo y por eso reacciono así casi siempre. No es la primera vez que actúo así y por eso la gente termina detestándome. Y ahora un chico quiere cortejarme —se rió—. A mí.

— Si el problema es que sientes que no mereces la oportunidad de tener algo bonito con un alfa porque la gente así te lo ha hecho creer, entonces deberías comenzar a darte cuenta de que estás equivocado. Deja que Finn te conozca, y conócelo tú a él. Al final son ustedes mismos quienes decidirán si se merecen o no —le sonrió—. Y si definitivamente no quieres aceptar el cortejo, entonces sólo recházalo y no te martirices tanto.

Jack se quedó pensando en lo que su amiga le había dicho, y luego volvió a mirar la carta que sostenía en su mano. Era fácil; conservar o tirar la carta. Y aunque su cerebro le exigía a gritos botar el papel al primer basurero que se topara, terminó cediendo a lo que su lobo insensato suplicaba con ahínco.

Así que, frente a los ojos de Sophia, dobló la carta que Finn había escrito y la guardó en su mochila antes de irse a su primera clase. Sintiendo que había tomado una gran decisión, pero sin saber si a la larga aquello sería bueno o un auténtico desastre.

— Él guardó la carta —dijo la pelirroja—. Aceptó tu cortejo aunque por poco no lo logras.

— Gracias, Sophia —dijo Finn con sinceridad—. No pensé que realmente me ayudarías.

— No me lo agradezcas; te deseo suerte ahora que oficialmente estás dentro de la batalla para conquistar el corazón de Jack.

— ¿Podrás seguir ayudándome a dejar regalos en su casillero? —preguntó con su mejor cara de cachorro indefenso.

— Seguro —dijo encogiéndose de hombros—. Si no hay nada más por hacer, entonces me retiro.

La chica estaba girándose para marcharse, cuando el muchacho la detuvo tomándola por un brazo.

— ¿Por qué aceptaste ayudarme, Sophia?

La chica pareció meditar la respuesta antes de decir:

— Porque ambos se merecen el uno al otro —dijo con una sonrisa—. Conozco a Jack hace poco, pero sé lo suficiente de él para saber que está asustado. Sin embargo, cuando habla de ti, incluso para quejarse, hay algo en su mirada que me hace saber que todo esto es justo lo que él ha venido esperando toda su vida. Como si necesitara que lo amaras tanto como lo necesitas tú. Me alegra que ambos puedan tener una historia así; y me alegra más ayudarlos a conseguirlo.

El alfa sonrió satisfecho con lo que la pelirroja respondió. Así que regalándole una última sonrisa dejó que se marchara.

Estaba muy contento. Tenía la oportunidad que tanto había esperado, y no iba a desaprovecharla ni un segundo.

lxs amo<3