Por la mañana

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Nota: capitulo corto, contenido explícito y sin contexto

Despierto con una incomodidad palpable entre las piernas. Duele. Palpita. Me gusta.
Abro los ojos: a mi lado está mi novio desnudo durmiendo aún, es bien  temprano.
Tocó mi erección por encima de las sábanas, la aprieto contra mi abdomen y contengo un jadeo, está bien dura y caliente.

¿Debería despertar a mi chico o hacerme cargo yo solo?

Meto los dedos a mi boca, me gusta fantasear con que es el miembro de mi novio, y con la otra mano me tocó por encima del boxer ahora.
Dos dedos entran y salen de mi boca, los succiono, los muerdo, los lubrico.

¿Adivinas para qué?

Meto mi mano bajo la ropa, cierro los ojos, me masturbo con los dedos en la boca todavía, se siente bien, se siente rico, caliente. A mí lado se remueve él, pero no lo quiero despertar, quiero darme placer yo solo con mi mano pero pensando en él.
Un movimiento suave, arriba y abajo, lento, despacito, siento mi mano húmeda, quiero venirme pronto porque me siento muy caliente, pero aunque quiera hacerlo rápido no puedo porque mi chico se va a despertar, de todos modos se siente bien.

Demasiado tarde.

Una tercera mano se mueve bajo las cobijas, una mano decidida, venosa y gruesa, con tatuajes; me toma en su dedos, me da dos buenas sacudidas y me hace gemir, los dedos siguen en mi boca pero ahora quiero otra cosa, otra cosa mucho más caliente que está entre las piernas de mi novio igual o más dura que la mía.

No mediamos palabra alguna, ni siquiera una mirada porque ambos sabemos que queremos lo mismo.

Me toca, me masturba rápido y luego baja el ritmo, lo alterna de poco en poco y me aprieta también, se siente bien, excelente diría yo, pero quiero su pene en mi boca.
Le quitó la sábana y veo su virilidad imponente alzarse por su boxer, tiene ya la punta húmeda y espera por mi. Me acerco y mi chico deja de masturbarme. Pongo mi cara en su miembro, lo siento, está caliente, lo palpo, está duro, lo aspiro, huele rico. Y entonces, solo entonces le miro, y veo el deseo en su mirada ,veo el deseo que tiene de que se la chupe, y no soy mago pero le cumplo el deseo sacando su pene de bajo la tela ye doy una chupada, una que va desde la base hasta el glande rosa de la punta donde se concentra un sabor salado pero rico, ese que me encanta y que tan bien conozco.

Otra chupada.

Un suspiro.

Lo tomo todo completo y siento como llega casi hasta mi garganta, no me dan arcadas porque la garganta profunda es mi especialidad, y él lo sabe, por eso empieza a follarme la boca, despacito al principio, pero profundo, pero cuando lo volteo a ver mientras lo chupo, se convierte en un bestia y sus movimientos se hacen más rápidos y frenéticos al mismo tiempo que tira de mi cabello, yo por mi parte me masturbo solo con ese excitante sabor en mi lengua.

- Quiero follarte - expresa con la voz ronca por el placer, amaneció caliente.

Me da otras dos embestidas en la boca y luego se levanta y yo también, quedamos frente a frente, pecho con pecho y me besa. Me besa rápido, con furia, profundo, siento su lengua en la mía y cómo la saliva escurre ligeramente entre nuestros labios. Mientras me besa me agarra el trasero, me da una palmada fuerte, no me duele, entonces me da otra

- ¡Ah!

Se restriega contra mi y su erección contra la mía, sé que le gusta eso así que me muevo en contra de sus movimientos hasta que oigo un sonido medio gutural salir de su garganta.

Otra palmada aún más fuerte, siento mi nalga arder y hormiguear.
Quiere follarme.

Me volteo y me pongo en 4 en lo que me acomodo, luego pego mi pecho a la cama y le entrego las caderas elevándolas, el gruñe por detrás y me da otros dos azotes, me duele pero me excita.

Siento como se restriega entre mis nalgas, su miembro caliente se frota contra mi entrada y de repente trata de meterlo pero no lo hace, me está tentando a qué le ruegue, pero quiero un poco más de ese juego en el que no siempre pierdo yo.

Se estira sobre mi y me  lleva dos dedos a la boca mientras se sigue frotando, la preparación es mera precaución porque follamos tan seguido que ya estoy acostumbrado a su tamaño pero él se sigue preocupando por mi.

Cómo me encanta.

Mete los dedos de un solo embiste y siento apenas una pequeña punzada, luego de ahí todo es placer, y aunque se siente bien necesito algo más grande y grueso  dentro de mi. Me sigue tentando.

Mete los dedos y los saca apenas un poco, me está llevando al límite, y si piensa que le voy a rogar, está en lo correcto

- Fóllame. Fóllame ya - pido casi con súplica, su miembro se frota más lento ahora - te quiero dentro, follame como tu lo sabes hacer

Entonces cuando menos lo espero se clava en mi de una sola estocada, hasta el fondo y bien profundo, incluso me pega a él tomándome de las caderas

- ¡Ah! Ngh

Saca su miembro hasta la mitad y luego lo vuelve a meter tan duro que se produce un sonido húmedo entre las pieles. Entra, sale, suave, y de repente, duro, bien duro

- ¡M-MAS!

Aumenta el ritmo moviendo las caderas, me folla bien rico, en momentos hace un movimientos circular con la pelvis y siento como roza un punto exquisito en mi interior, es extasiante cuando lo toca.

Me sigue dando en esa posición otros minutos, no tiene un ritmo fijo porque le gusta jugar con mi cordura y me sorprende con cada embestida, siento el orgasmos cerca y entonces él se agacha a tomarme el miembro y lo aprieta en la base y cubre la punta con su pulgar, y es que no quiere que me venga aún.

Cambiamos posiciones, ahora me hace montarlo frente a frente mientras se recuesta en la cama, es mi posición favorita porque entra completito y hasta el fondo. Me muevo a mi ritmo,  bajo por completo y muevo las caderas con toda su excitación dentro de mi y entonces lo oigo gemir, un gemido masculino mientras cierra los ojos.
Mi pene sigue aprisionado en su mano, y tocando mi punto g yo ya me quiero venir

- Quiero correrme

- Súplica por ello - me dice y ahora el empieza a moverse de nuevo

- Por favor... Por favor de...¡Ah!... Déjame correrme... - choca su cadera contra mi trasero dando una y otra vez contra ese punto dentro de mi, siento que voy a explotar si no me libero - Te lo suplico, déjame.... - deja de apretarme y empieza a darme unas sacudidas mientras debajo se mueve

- ¡Ah! ¡Ahí! ¡Más! ¡MAS!

Me libero en su mano y parte de su pecho, y él recoje mi esencia para llevársela a la boca, como me pone cuando hace eso

Da un par de embestidas más pero ahora se queda clavado dentro unos segundos, eso quiere decir que está por terminar también. Me embiste con tanta fuerza y tan profundo que duele, pero como me encanta que pierda el control. Las últimas oleadas de placer me golpean cuando siento como termina dentro de mi disparando, dos, tres, cuatro veces, siento el calor dentro de mi y es delicioso. Me dejó caer sobre él aún con su miembro dentro y le besó por última vez.

Él me sonríe.

Por la mañana todo es más ardiente.

ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora