Capitulo 2

5 0 0
                                    

Querido diario:

15 de abril

Maldito sean los jogging, maldita sea mi resistencia física, maldito sea el sudor, ¡y maldito sean los días de educación física! Como siempre, me he quedado dormida. ¡justo hoy me tenia que quedar dormida! Me regaño a mi misma, por dejar sonar la alarma y no levantarme. Culpa de eso, no tuve tiempo de ducharme y para colmo hoy teníamos que trotar veinte vueltas, luego hacer tres series de treinta abdominales. ¡por dios! Eso es demasiado para mi capacidad física. Estaba asqueada de mi cuerpo todo sudado. Por suerte Mia tenia desodorante. Corrí al baño para aplicármelo. Sentir el exquisito aroma a perfume, me purifico el cuerpo entero. Arregle como pude mi cabello disparatado. Hoy estaba mas rebelde que de costumbre, pero agradezco tenerlo corto. Me ayuda a disimular lo despeinado, o eso quiero creer yo. Deje de admirar mi desastrosa figura el espejo gigante, y tome dirección al pasillo. Pero al salir del baño, me tope con un cuerpo masculino, el cual me bloqueo la vista por unos segundos. Desconcertada, quede boquiabierta cuando vi que Tristán era quien había chocado. Sus perfectos, labios formaron una pequeña sonrisa. La cual se sentía amigable. -creo que es la segunda vez que nos chocamos.

Enseguida me sonroje de la vergüenza. Que horror, debe de pensar que soy una patosa. -lo siento, suelo de estar muy distraída. -reposando mi mano en mi cuello, sonreí algo apenada.

El soltó una pequeña risa, dejando caer sus parpados, como si estuviese cansado. -yo también suelo estar distraído, por eso siempre todos se enojan conmigo.

-¿se enojan?

-si, ya que nunca escucho cuando me están llamando... ah, por cierto, me entere lo que sucedió con Mia. Gracias por defenderla.

Perpleja a sus palabras, le respondí. -oh, no tienes porque agradecer. Solo hice lo que cualquier amiga haría por otra. Además, esas chicas no la valoraban.

Quedamos en un silencioso momento incomodo, me iba marchar, pero tenia la sensación de que había algo que me tenia para decir. Me recogí un mechón de cabello que sobresalía, para luego despedirme e ir yendo. Pero como lo esperaba, me detuvo.

-¡espera! -sus ojos no estaban quietos, estaba nervioso. -em, quería saber... ¿tienes Line?

No apartaba su mirada de mis ojos, lo que me hizo recordar lo sudada que estaba. ¡maldición! ¿el desodorante me abra quitado todo el mal olor? La cabeza me estaba dando a mil por segundo. Sonriéndole alegremente, le pase mi numero. Tomando cierta distancia de el. Me aterraba pensar, qui si se acercara mas, iba a oler mi putrefacto olor.

Parecía satisfecho por tener mi numero, suponía que Derek lo debió de haber obligado o algo así. Recordé que hace tan solo unas horas antes de entrar a la escuela, el me había propuesto que le pidiese el numero a Tristán. ¿acaso aun sigue con lo de emparejarnos? Ese chico si que es persistente. Nos terminamos despidiendo y cada uno siguió su camino.

La eterna tortura de hacer ejercicio, llego a su fin. ¿Por qué tiene que ser tan difícil? Odio cuando el profesor pide que corramos por separadas. Tener que trotar sola es una agonía. Todas te observan, especialmente Anabela y las chicas. Puedo oír de lejos sus comentarios. En esos momentos es cuando quisiera usar una calza ajustada que favorezca mi trasero, y un brasier que ajuste mis pequeños pechos. Como los de Mia, a simple vista puedo ver que tiene la misma talla que yo. Pero a diferencia de mi, cuando trota, parece sacada de una película de Hollywood, con sus caderas y su ondulado cabello rubio. Ante mis ojos, ella es la mas hermosa de la clase. No solo por su físico, su personalidad es deslumbrante. Siempre lleva consigo una sonrisa cálida. Como Derek, o mas bien, parecida a Derek. Ya que el también lleva siempre una sonrisa en su rostro. Pero de las grandes, que te da a entender lo arrogante que puede ser.

En los sueños te busqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora