Buscando El Destino [Terminada]

[ 19 ]

~ Vacío.

~ Silencioso.

Así era como se sentía el bunker, desde hace tres días que Jase y yo regresáramos de afuera, nadie habla con nadie, más que para lo básico, las discusiones que hubo en el primer día de nuestra llegado nos dejó atónitos a todos, las comidas son más incomodas que antes, y mi relación con todos los miembros del escondite va cada vez en peor.

No he cruzado palabra con mi padre desde ese entonces, no había mucho que decir entre los dos para ser sincera, luego de haber mandado al carago a Hazell por su comportamiento de dominio sobre mí, no ha vuelto a dirigirme la palabra y ni hablar de Jase, aun no me eh armado de valor para hablar sobre lo sucedido en el bunker de ojos azules, en realidad sentía que no había necesitad en hacerlo, pero mis sentimientos confusos hacia él, van cada vez en aumento, no sé qué es lo que siento por él, pero sí sé que es algo que nunca había sentido.

Soy un completo fracaso, la peor persona que haya pisado esta tierra nunca, no puedo siquiera poder manejar un área de convivencia, pero ¿Cómo se puede convivir con personas que te atacan todos los días? En mi caso eran mi padre y Hazell, amo a mi hermana más que nada en este mundo, pero desde que regrese su comportamiento posesivo es más activo, como si intentara remplazar a mi madre, no digo que no la haya tomado como una especia de remplazo, ha sido una persona muy importante durante mi proceso de duelo, pero su comportamiento hace borrar todos aquellos buenos actos.

¿Estoy mal?

Tengo llena la cabeza de tantas cosas que a veces siento que una sola no es suficiente, mi vida sin duda alguna empeoro cuando decidí salir del bunker, perdí a la amorosa Hazell por ese acto. Y lo peor del caso es que no valió la pena hacerlo no logre nada estando afuera. Aún no he desertado en pedir ayuda, pero necesito componer las cosas en mi vida antes.

Me encontraba en mi lugar favorito en todo el bunker, tengo que confesar que extrañaba este lugar, sentarme al final del pasillo y poder ver la brisa suave de la noche no tiene precio alguno, mi piel no le era indiferente a la brisa, aun recordaba el cálido toque de esta que rosó mi cuerpo durante estuve afuera, sé que trajó muchas consecuencias, pero sin duda alguna fue asombroso.

- Hola – mis ojos viajaron hacia arriba para toparse con un gris hermoso, se encontraba parado justo a unos pasos de mí, traía puesto un suéter blanco de algodón, un pantalón negro y unas pantuflas, Jase sin duda alguna se tomó enserio el hecho de perder el estilo formal por el toque de queda. – Creo que nos debemos una conversación – dijo sacándome de mi meticuloso análisis en su atuendo. – ¿Puedo sentarme? – no quería tener esta conversación, aun no estoy del todo segura que es lo que siento por él.

- Si – digo sin más observándolo sentarse en el suelo, a veces me odiaba por no decir lo que pienso, pero si lo hiciera ¿En cuántos problemas estaría metida?