Día 3: Silence

15 2 0
                                    

Fanfic
Fandom: JoJo's Bizarre Adventure
Ship: EisiKars

***

El silencio del espacio era solamente comparable al silencio de la mente de Kars, la cual él mismo había logrado silenciar hace un largo tiempo. Su cuerpo flotaba en el oscuro silencio del espacio, dejándose llevar de repente por las fuerzas gravitacionales de los planetas y las estrellas, de repente siendo un cometa biológico incapaz de morir aunque su piel llegara a arder cuando las llamas encendidas derretían el hielo y la piedra que la cubrían. Y eran en esos momentos donde permitía algo que dejaba que su mente se activara. ¿Los meteoritos no prendían en llamas una vez que llegaban a la atmósfera de la Tierra? Sólo cuando sentía llamas lamer, aunque sea ligeramente, su piel, se permitía pensar, así como se permitía tener esperanza. Pero esas esperanzas eran vanas cuando viajaba eternamente por las galaxias, ardiendo sin poder morir, flotando, en un lugar sin oxígeno y de repente sintiendo cambios de presión demasiado bruscos por las fuerzas gravitacionales de los planetas, pero su cuerpo, siendo el del ser más perfecto y absoluto que pudo existir, no se podía destruir. No podía morir ni siquiera si se diera permiso de desearlo.

~
—Eres demasiado duro con ellos, Kars —La grave pero nunca menos dulce voz de ACDC le dijo de una forma burlona una tarde que Kars les había puesto un castigo algo severo a los jóvenes Wamuu y Santana.
—Nuestra especie de guerreros poderosos, debemos ser los mejores ante todo para merecer los poderes que la Piedra Roja de Aja nos ofrece. No esperaré menos de guerreros que yo mismo acogí.
ACDC vio a los jóvenes, intentando mantenerse equilibrados sobre unas varas que apenas si los cubrían del sol. Un mal movimiento y podrían perder un brazo.
—Pero tampoco tienes que esperar tanto de ellos a esa edad, yo todavía no sabía controlar mis flamas cuando estaba de es tamaño.
Kars lo miró, molesto, y ACDC le devolvió la mirada. Fueron unos minutos donde sólo se miraron en silencio, intercambiando en esas miradas que se dedicaron las palabras que se querían decir, dialogando sin mover los labios. Después de tantos años juntos, esa clase de diálogo entre ambos era de esperarse. Finalmente, Kars suspiró y ACDC sonrió.
—¡Santana! ¡Wamuu! Pueden bajar, les levantaré su castigo por hoy. No esperen mucha misericordia a la próxima —añadió lo último antes de irse a lo más profundo de la cueva donde se ocultaron para dormir.
Detrás de él pudo escuchar la risilla entre dientes de ACDC. Sinceramente, Kars no pudo evitar él mismo sonreír ante la alegría del otro.

~
Esa comunicación silenciosa, cómo le hacía falta en aquellos momentos donde ligeramente sentía su piel arder. Pero ese calor dolía y no reconfortaba como el calor que ofrecía ACDC; algo similar era el silencio absoluto del espacio, tan frío e indiferente que no comunicaba nada, el completo opuesto de esos intercambios silenciosos entre Kars y ACDC. Cómo le hacía falta ese tipo, un buen guerrero, poderoso y capaz de destruir sin piedad a sus oponentes, pero también tan cálido como las llamas que manipulaba, y con un carácter más sensible que era el balance perfecto para la frialdad y brutalidad de Kars.

Lo bueno de haber decidido conscientemente dejar de pensar era que podía no durar mucho pensando en esas cosas, podía no pensar tanto en ACDC. Conocía el dolor físico, el dolor de las heridas en batalla, pero el dolor que le causaba la ausencia de ACDC era uno para el cual no se sentía listo, menos si estaba flotando en el espacio sin destino alguno y en el silencio absoluto. Un destino que no ofrecía confort alguno contra lo que sea que podría significar para Kars la ausencia de su mayor compañero y amante si se permitiera pensar y divagar en eso. Mejor bloquearlo, un pensamiento más del montón que no cruzarían su mente. Maldito Joseph Joestar. No lo podía matar así que le dio un destino peor, una muerte sin estar muerto, una existencia sin sentido alguno y sin mayor importancia que la de una roca. Lo maldecía por la eternidad, por esa existencia que nunca cesará ni con la luz más brillante de la estrella más poderosa.

~
Otra flor había muerto, ACDC sólo hizo un puchero. De nuevo había fallado en crear un jardín nocturno cubierto de las bellas flores que encontraban en los campos del mundo exterior cuando salían de noche. Aunque ACDC no mostraba en su rostro algo más allá de una molestia por fallar otra vez en su proyecto personal de un jardín, Kars sabía que sus repetidos fracasos lo afectaban más de lo que admitiría.
—Te prometo que una vez consigamos la Piedra Roja de Aja tendrás todas las flores que quieras, de los colores que más te gusten.
ACDC lo miró, una ligera sonrisa formándose en sus labios.
—No tienes porqué prometerme esas cosas, Kars.
—Difiero totalmente con eso —dijo mientras se recostaba en el regazo del moreno con cabellos esponjosos y blancuzcos.
ACDC rió, una carcajada suave el ceño fruncido y la mirada determinada de Kars, la misma que portaba cada que lo llamaban loco en su comunidad por sus ideas y objetivos que muchos podrían considerar extremistas.

Movió un poco los largos cabellos de Kars y puso la flor, dejando que el tallo de un color muy oscuro de verde se apoyara sobre la oreja de éste.
—Te ves adorable cuando haces pucheros así.
—No son pucheros.
ACDC rió.
—Lo que tú digas, Kars, lo que tú digas —dijo mientras se recargaba contra la pared, acariciándole el rostro en una muestra de afecto.
Kars se permitió sonreír ligeramente mientras cerraba los ojos para descansar, llevándose en sus sueños la imagen mental de ellos dos, solos, bajo la resplandeciente luz del sol en un campo de flores de diferentes colores, riendo otra vez de tonterías, mirándose con el cariño que se habían tenido por siglos y dándose besos suaves, de esos que llevaban ya rato sin darse por tantas batallas que estaban teniendo.

~
Y la primera vez que se volvieron piedra para protegerse, habían estado juntos, y Kars aún tenía esa promesa en mente. Una promesa que se vio incapaz de cumplir por el ingenio de ese tal Joseph Joestar. Kars lo detestaba y se llegaba a volver a la Tierra se aseguraría de quitarle todo lo que amaba así como él le quitó todo lo que amó, empezando por ACDC. Y si no estaba él para quitarle todo, lo menos que podía esperar era que el mismo destino lo hiciera pagar por lo que hizo, le hiciera rendir cuentas. Por ahora, lo único que Kars podía hacer era apagar su mente de nuevo en lo que flotaba sin rumbo en el espacio, ignorando incluso su propia soledad y limitarse a darle la bienvenida a las abrasadoras llamas de alguna estrella cuya fuerza gravitacional lo arrastró a ella cuando las empezó a sentir. Por un segundo se permitió volver a esa imagen mental de ese jardín tan precioso bajo la luz del sol, donde él y ACDC disfrutaban un momento de paz sin el sol como una debilidad que les estorbara... Jamás.

Te extraño tanto.

***
Dios mío, me puse demasiado soft escribiendo esto. El EisiKars es demasiado hermoso para este mundo, ayuda. Aaay nooo. Recientemente, le empecé a agarrar cariño a esta ship por alguien que que sigo en Twitter, y ahora entiendo porqué esa persona adora tanto el EisiKars son demasiado hermosos aaaaaaah.
En fin, espero y les haya gustado.

Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora