Fanfic
Fandom: JoJo's Bizarre Adventure
Ship: FugoNara***
El pequeño sabueso soltó un ladrido de felicidad mientras sacaba la lengua y Narancia Ghirga volvía a lanzar la pelota, riendo junto con el can.
—No te encariñes mucho —dijo su novio Pannacotta Fugo, su expresión neutral aunque Narancia había visto una sonrisa asomarse por las comisuras de sus labios hacía un momento—. Aún tenemos que encontrar al dueño.
—Su dueño fue muy estúpido al perderlo —refunfuñó mientras volvía a lanzar la pelota—. Nos lo deberíamos quedar. ¡Es muy lindo!
—Sabes que Bucciarati no nos permite tener mascotas.
Sus ojos intercambiaron una mirada cargada de significado. Su trabajo en Passione era demasiado arriesgado, tener un lazo con cualquiera fuera de esa mafia era asegurarle un corazón roto, una vida llena de riesgos y miedos, y una futura depresión por la sensación de abandono que le quedará a ese alguien si de la nada fueran a desaparecer sin dejar rastro, más si ese alguien no tenía idea de lo que era Passione o que estaban dentro de ella. Tristemente, en la lista de "seres ajenos a Passione" estaban incluídas las mascotas. Narancia soltó otro bufido mientras tomaba al sabueso entre sus manos.
—Lo sé, Panni —Lo miró haciendo esos ojos de cachorro con los cuales lo había llegado a chantajear para no hacer tareas—. Pero es taaan lindo.
—¡Eso no va a funcionar esta vez, Narancia!
El mayor hizo un puchero.
—Lo tenía qué intentar.Narancia se había enamorado de Pannacotta Fugo por una razón: Tenía un corazón de oro debajo de esos gestos malhumorados y sus repentinas explosiones violentas de ira. Fugo le había extendido la mano cuando él más lo necesitó y lo volvió a hacer con ese sabueso que se encontró herido en las calles de la ciudad italiana donde residían. Y sabía que el sentimiento era mutuo, los pequeños gestos discretos de tocarle las manos se lo decían, eso sin mencionar los besos que se robaban estando solos. Fugo tendía a huirle al contacto físico, pero con Narancia se animaba a sentir la calidez que el roce de pieles podía dar. Narancia podía ver a Fugo como la persona que realmente era, no sólo por su intelecto o su ira exterior, sabía que había un corazón blando en esa coraza en forma de un rostro tranquilo que podría llegar a tornarse violento si le picabas en el punto exacto. Y al mayor le molestaba tanto que Fugo se dejara tratar como ese exterior que daba, como una herramienta, le molestaba que no fuera capaz de ver la gran persona que era al punto que se habían agarrado a golpes por eso. Las manecillas del reloj marcaban la hora, Narancia y Fugo estaban solos con el sabueso, se suponía que estaban en una clase, pero Fugo estaba más callado de lo usual. Siempre era así cuando peleaban por ese tema. Se daban unos puñetazos bien metidos luego Fugo desaparecía el resto de la tarde y toda la noche para regresar al día siguiente viéndose exhausto y listo para tirarse a la cama a dormir y oliendo fuertemente a tabaco y un poco a alcohol. Fugo sólo fumaba cuando estaba en uno de esos episodios.
Narancia puso una mano sobre la de Fugo.
—Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? No soy un niño, Panni, tampoco un estúpido.
Fugo lo miró y sonrió ligeramente, una curvatura que embellecía su rostro tan exhausto y gris.
—También está Max si no te sientes cómodo compartiéndole cosas personales a tu "alumno" —añadió apuntando al sabueso.
La sonrisa de Fugo pasó a convertirse en una mirada confundida y luego frunció el ceño, estupefacto, mientras se acariciaba el puente de la nariz.
—¡¿Qué te dije de ponerle nombre, Narancia?!
El mayor rió.
—Es de aquí a que encuentres sus dueños. Se me hizo descortés sólo decirle "Hey tú, perro, ven y come". Necesitaba un nombre.
Fugo arrastró sus manos por su cara antes de soltar un quejido derrotado.
—Bien, pero no quiero que andes llorando cuando lo devuelva.
—¡Eso si lo devuelves!
—¡Narancia!
—Bien, bien. Aceptaré el adiós como el hombre que soy. De todos modos, soy mayor que tú.
—Y aún te tengo que dar clases, ¡concéntrate!Narancia siempre deseó una familia, sentirse parte de una y crecer para cuidar a esa familia mejor de lo que su propio padre cuidó la suya. Durante esas semanas, Max y Fugo eran como una familia, aunque Max no hablara con palabras. Olvidando las misiones de Passione y el hecho de que siempre estaban en peligro, Narancia sentía como si por un momento su sueño se había hecho realidad y la forma en la que Fugo sonreía al estar ellos dos con Max viendo televisión le decía que Fugo también era feliz así. Narancia no conocía todo el historial de Fugo, pero por los pocos detalles que había compartido y sus manerismos y formas de actuar, Narancia sabía que había tenido una vida muy fría. Cuando era niño, Narancia resentía a los ricos completamente porque ellos sí podían mantener vivas a sus madres y no tener padres tan ineptos como el suyo, pero Fugo era la realidad de todos esos pensamientos: Ni siquiera las familias de clase alta son perfectas. Y en ese momento, eran la familia perfecta que habían anhelado tener en su niñez. Habían sido días muy lindos de estar con Max en todos lados, de cuidar y mimar al sabueso juntos hasta que llegó el día que tuvieron que decirle adiós y la pequeñas fantasía doméstica de Narancia se destruyó, y por la forma en que los ojos de Fugo miraban al can mientras lo cargaba para entregarlo, le dijeron al mayor que se sentía igual. Narancia era bueno sabiendo cómo se sentía Fugo, así como Fugo era bueno para explicarle lo que nunca aprendió en la escuela que no fue sin hacerlo sentir estúpido por eso.
—Gracias por encontrar a nuestro Romulus —les dijo una señora que vestía prendas de telas extravagantes y de un color verde brillante—. Estaba tan angustiada desde que me dijeron que escapó. Me alegra que lo hayan tratado bien.
En su mirada se notaba que su preocupación por el can era sincera. Al menos sí estaría en un buen hogar, uno que no implicaba lo que estar lo que implicaba en Passione. El intercambio se hizo de forma rápida y formal, con muchos agradecimientos de parte de la señora rica y hasta propina por cuidarlo bien. El sabueso les dedicó un último ladrido alegre. Narancia sonrió y le acarició la cabeza.
—Hora de irte a casa, amigo —dijo, conteniendo las lágrimas.
La señora se fue, Max–o mejor dicho, Romulus–se fue con ellos y Narancia se dio permiso de ahora sí colapsar en lágrimas de lo tanto que extrañaría a ese sabueso. Fugo lo abrazó fuertemente a su lado mientras le acariciaba la cabeza, Narancia sintiendo unos espasmos en su pecho indicando que también estaba llorando.
—Creí que me habías dicho que no querías que llorara —le dijo entre sollozos con una sonrisa burlona.
—Cállate.
Y ambos lloraron desconsolados ante la partida del sabueso que los había unido más, que les había cumplido un sueño que, mientras siguieran en Passione, jamás se realizaría completamente. El sabueso llegó para darles esa probada de una vida hogareña que buscarían algún día, cuando sean ambos mayores, conseguir de alguna forma, juntos porque, si algo les había enseñado Max era que eran un equipo perfecto a pesar de sus conflictos y sus personalidades opuestas.—¿Terminaste de lloriquear?
—¡Mira quién habla! ¿Terminaste tú de lloriquear?
Ni estando triste por la partida de lo que por un rato fue su mascota Narancia perdía su filo. Fugo rió entre dientes mientras se separaba del mayor, enjugandose las lágrimas.
—Creo que hoy toca empezar con multiplicaciones.
—Ugh, matemáticas.
—¿Quieres o no esa casa con perrito?
—Maldito hijo de perra, sabes cómo convencerme —refunfuñó mientras iba por su cuaderno. Cuando lo agarró lo estampó contra la mesa—. ¡Bien, dame con todo lo que tengas, Fugo!
—Vamos, Narancia, multiplicar no es tan difícil ya verás.
Y así volvieron a su rutina de siempre, Fugo enseñándole a Narancia con su limitada paciencia y Narancia prestando atención de a ratos para luego distraerse y volver al paso de no entender completamente el tema, lo cual era especialmente común cuando veían matemáticas.
—¡Pon atención!
—¡Lo estoy haciendo! ¡Argh! ¡Malditas matemáticas!
—Y eso que no has visto álgebra...
—¡¿QUÉ?!
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Fictober 2020
RandomCada año en Octubre existe un reto para dibujantes y escritores por igual en el cual cada quien una lista de con diferentes palabras y cada día hace una obra relacionada con la palabra de ese día. Originalmente era un Ink//tober pero debido a que e...