Fictober 2020

Día 7: Blood

Fanfic
Fandom: JoJo's Bizarre Adventure
Ship: Giolyne

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Era una noche preciosa, con la luna brillando en todo su esplendor, iluminando todo con su luz blanca debajo de los pinos espesos. Giorno Giovanna encontraba esta clase de noches reconfortantes ya que era lo más cercano a sentir una luz tan similar al sol que podía tener sin morir. Una leve brisa sopló. Giorno cerró sus ojos para concentrarse en el viento acariciando su piel, en los olores del bosque que le traían nostalgia. Unos pasos ligeros sonaron detrás de él, marcando la presencia de alguien más con él.
—¡Mira lo que capturé, Giorno! —exclamó su aprendiz, emocionada con su logro.
Giorno abrió los ojos, se dio la vuelta y se acercó a la chica de cabellos oscuros con detalles verdes cuyos ojos aguamarinos lo observaban expectantes mientras mostraba con orgullo los dos ratones que había capturado.

Giorno tomó uno. Se veía plácidamente dormido, esta vez los pudo matar de forma indolora y rápida, lo cual hizo sonreir al rubio.
—Vas mejorando, felicidades, Jolyne —dijo mientras se lo acercaba y le clavaba uno de sus colmillos, los cuales ya estaban empezando a crecer involuntariamente por el hambre.
—¡Provecho! —dijo Jolyne, obviamente feliz por su logro de la noche, antes de proceder a darle un mordisco a su ratón.
Cada día sus colmillos crecían de forma involuntaria menos, cada día era más capaz de controlar su hambre. Jolyne Cujoh definitivamente estaba avanzando y a un buen ritmo. Su progreso llegaba a hacer a Giorno porqué tenía tanto miedo de transformarla cuando se lo pidió la primera vez.

La relación entre Giorno y Jolyne no era nueva, ya llevaba algo de tiempo antes de ese fatídico día cuando la encontró casi muerta y fue forzado a enfrentar sus miedos y su pasado para salvarla. No quería perder a la segunda persona que había sido capaz de enternecer y sanar su corazón frío y destrozado. De no haber sido por Jolyne, Giorno se habría matado de hambre, rehusandose a tomar sangre como el vampiro que era porque se sentía un monstruo. ¿Y quién no se sentiría así después de matar por error a quien más amas por esa sed de sangre tan fuerte e insaciable característica de un vampiro recientemente transformado aún incapaz de controlar sus instintos? Giorno había abandonado Italia tras matar a su primer gran amor en un momento de hambre insaciable. Había durado semanas, quizás meses, oculto de todos, incluyendo a su padre que fue quien lo transformó, pero se había topado a Jolyne en un campamento que ella tuvo con sus amigos.

Giorno recordaba ese día con una sonrisa. Jugando y bromeando, se habían topado la cueva donde se escondía Giorno y pensaron que sería buena idea investigar. Jolyne se había resbalado en una parte particularmente resbalosa y muy inclinada de la cueva, cayendo a sus adentros y perdiendo a sus amigos en el proceso. Se había raspado y rasguñado mucho en la caída, tratando de frenarla, por ende el olor de su sangre había llegado a las fosas nasales de Giorno, quien en ese momento estaba intentando ayunar lo más posible para morir de una vez y reunirse con su amor. Intentando buscar una forma de salir y reunirse con sus amigos, Jolyne lo encontró, demacrado y más pálido que nunca y, en vez de huir o gritar, inmediatamente se acercó a él y empezó a ver qué tenía con ella que lo pudiera ayudar. Incluso al ver cómo él rehusaba todo, y lo poco que ayudaban las cosas que lograba forzarlo a comer, Jolyne no se había rendido, incluso gritaba los nombres de sus amigos por si estaban cerca con más cosas para ayudarlo. Fue cuando notó cómo la mirada de Giorno se desvíaba mucho a sus heridas con un brillo hambriento en ellos que Jolyne empezó a sospechar que quizás no estaba tratando con un hombre perdido después de todo.
—Al principio pensaba que veías mis heridas por preocupación —Le había dicho Jolyne una vez empezaron a convivir más—. Pero cuando noté que las mirabas de una forma similar a cómo todos miramos la comida de Hermés, me di cuenta que no querías comida, querías sangre. Pensé que quizás eras un loco que se creía vampiro, pero no le ví nada de malo intentar darte algo.