𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐

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El nieto del Hokage

Naruko se encontraba en la torre Hokage entregando su expediente de registro ninja. Ella estaba sentada en una silla frente al escritorio del Hokage, mientras que este revisaba el expediente.

—Buen trabajo Naruko, tienes un expediente impecable. —Felicitó al ver la hoja sin ninguna clase de errores. —Por un momento creí que saldrías en la foto con la cara pintada o algo así. —Mencionó con diversión.

—Ay vamos, abuelo. Tampoco sería tan inmadura como para hacer esas tonterías. —Le respondió con falsa indignación. —*Me alegro de no haberme tomado la fotografía con la cara pintada. *Pensó. Por un momento creyó que sería buena idea darle a su expediente un estilo más "personalizado" según ella, pintando su rostro, pero rápidamente lo descartó al recordar lo estrictos que eran Hiruzen e Iruka cuando se trataba de cosas como esas.

Justo en ese instante, un niño de alrededor de unos ocho años de cabello castaño entró a la habitación gritando, en su mano llevaba una shuriken de cartón.

—¡Viejo, te reto a un duelo! —Desafió al mayor y corrió en dirección a él, pero a medio camino se tropezó con la bufanda que tenía atada al cuello y cayo al suelo.

—¡Honorable nieto!, ¿se encuentra bien? —Preguntó con preocupación un hombre que había entrado corriendo a la oficina. Vestía un uniforme de jonnin con un pañuelo atado en su cabeza y unas gafas oscuras.

*¿Quién es esté enano? *Se preguntó Naruko mirando a Konohamaru levantarse del suelo.

—¡¿Quién fue el que hizo que me tropezara?! —Cuestionó el pequeño, mientras se levantaba rápidamente y buscaba al supuesto "culpable" de su caída.

—Con todo respeto, honorable nieto, usted fue quien se tropezó por si solo. —Aclaró el hombre conocido como Ebisu.

Konohamaru lo ignoro por completo y posó su mirada en la rubia frente a él. —Ya veo, ¡fuiste tú quién causo mi caída!, ¿No es cierto? —Acusó y le señaló.

—¿Qué? ¡No! ¡Tú te caíste solo 'ttebayo!. —Exclamó Naruko en un tono molesto.

—¡No me engañas!, ¡fuiste tú la que me pusiste una trampa!. —Acusó nuevamente sin dejar de señalar.

Naruko se levantó harta de la silla y tomo de la bufanda a Konohamaru, levantando su puño al aire. —¡Escucha enano, yo no hice nada, tú fuiste el idiota que se tropezó por si solo 'dattebayo! —Le gritó.

—¡Oye niña! ¡suelta al honorable nieto del honorable tercer Hokage! —Ordenó Ebisu a Naruko.

Ella miró sorprendida al hombre por unos segundos y luego dirigió su vista al niño. Siempre supo que Hiruzen tenía un nieto, pero nunca se imaginó que sería el pequeño que estaba frente a ella. Nunca tuvo la oportunidad de conocerlo y por eso desconocía su apariencia. Vaya decepción que se llevó al ver al nieto de su abuelo, pues siempre se imaginó a un niño calmado y respetuoso, en cambio, el que tenía enfrente, era alguien bastante hiperactivo y faltaba al respeto tanto al anciano como al otro hombre que le acompañaba, bueno, ella tampoco es quién para hablar de su comportamiento, ¿verdad?.

Mientras ella procesaba la información recibida, el castaño se mantenía mirándole con una sonrisa triunfadora. —*Seguramente me soltará y pedirá disculpas como los demás. *—Pensó el niño confiado. —Oye, chica ruda, ¿qué te pasa? ¿No ibas a golpearme?, ¿o tienes miedo porque mi abuelo es el tercer Hokage?. —Cuestionó el pequeño retadoramente, sacando de su trance a la contraria.

𝑵𝒂𝒓𝒖𝒌𝒐 𝑼𝒛𝒖𝒎𝒂𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora