❝No importa cuanto me hunda, siempre estaré para ustedes❞Hace muchos años, existían seis familias nobles. Estas familias eran las encargadas de hacer que todo su reino prospere, pero solo una tenía la posibilidad de tomar el trono. Cada cinco años el segundo hijo de estas seis casas nobles debe ser llevado a la iglesia para que sean elegidos por los dioses para ser los próximos que dirigirán el reino, si alguno de estos no es elegido, formará parte de las tropas imperiales o tiene la posibilidad de ser consejero. El destino de los que no fueron elegidos quedará en mano de sus más allegados.
—¡Deténganlo!
Pisa el suelo con fuerza, siendo inevitable que dejara sus huellas en el camino mientras procuraba principalmente encontrar una vía de escape. Su corazón corría con energía al igual que él, y su respiración es pesada. Solo está viendo el paisaje difuminado, como si se estuviera desmayando. Las pisadas detrás suya hizo que acelerara el paso, casi chocándose con un árbol en el camino.
Un gruñido gutural sale de su garganta para espantarlos, pero no funciona. La única opción más fácil para también eliminar la evidencia, era matar a los guardias que le persiguen. Suelta un resoplido, da la media vuelta y carga con la gente detrás suya. El lugar pronto se llena de silencio, mientras el olor de la sangre se hace presente al igual que varias chispas mágicas en el aire. Un humo rodea el cuerpo del carnívoro para dar paso a dos seres.
—Kin... Te he dicho que dejes de usar esta magia. —Gruñe el animal, hablando en un tono profundo y severo.
—¿Entonces te parece que revelen a la familia que les robé algo?
El joven se dirige hacia los cuerpos, recoge las partes que fueron arrancadas en el proceso y junta todo. No es para nada fuerte en estos temas de la matanza, de hecho, tiene ganas de vomitar y arrancarse el cabello por el estrés. ¿Acaso no puede ser un niño normal? Suspira, abriendo un socavón en el suelo con su magia y metiendo los restos en aquel lugar. Cuando termina de hacer su tarea, vuelve con el tigre que está a unos metros de él.
—¿Vas a usar el hechizo del papel? —pregunta el animal, sacando de una bolsa al lado de su cuello el papel que han robado— Los Dioses te van a castigar si sigues con esto, muchacho.
—Ya lo sé... —Murmura con molestia— Pero tengo que hacerlo.
—Nadie te está pidiendo que lo hagas, Kin.
—Pero si nadie lo hace, ¿qué será de los demás? Solo yo puedo hacer esto, solo yo puedo soportar todo lo que está pasando.
Suspira, al estar más cerca del animal le logra arrebatar el papel mágico y lo coloca en el suelo. Comienza a hablar en lengua antigua, el viento pronto sopla con fuerza en dirección de ambos seres, rodeándoles. Una luz sale debajo del papel, y se crea un agujero con brillos verdes bajo el suelo. Kin no le da tiempo al espíritu de hablar cuando se transforma en tigre, deslizándose por aquel tobogán debajo de la tierra. Desaparece y el agujero se cierra una vez se adentra al lugar.
Mientras tanto, en otro lugar cercano, dentro de las paredes de aquel castillo, se encontraba el primer príncipe del reino, Dominic. Ordenaba papeles con su rostro serio de siempre, organizando y clasificándolos, poniendo del más importante hasta el que menos debe de atender. Su oficina fue interrumpida por su asistente, quien llegó de manera apresurada.
—¡Señor, hemos detectado de nuevo a "El maldito"! Un grupo de guardias están en su búsqueda ahora mismo —Trata de regular su respiración, tomándose el pecho. Cierra la puerta detrás suya y se dirige al escritorio—. Pronto nos llegarán noticias de los soldados.
—He de recordarles que debemos neutralizarlos, nos puede servir para poner a la gente de nuestro lado.
Dice con tranquilidad, sin apartar sus ojos de los papeles para ver a su asistente. El contrario suspira, quisiera que ese bandido simplemente se muriera pronto, pero tiene que hacer caso a las ordenes de su príncipe.
—Sí, señor.
❝Pagaremos por nuestros actos, es hora de que descanses❞
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𝙎𝙄𝙇𝙀𝙉𝙏 𝙒𝙄𝙉𝘿 ━━━ The Promised Neverland
أدب الهواة❝一方通行❞ ▭𝓔𝓼𝓽𝓪 𝓼𝓮𝓻á 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 𝓼𝓾 𝓬𝓪𝓼𝓪, 𝓷𝓸 𝓲𝓶𝓹𝓸𝓻𝓽𝓪 𝓬𝓾𝓪𝓷𝓽𝓸 𝓽𝓲𝓮𝓶𝓹𝓸 𝓹𝓪𝓼𝓮. Incluso por más que deseara no haber nacido, los dioses nunca le hicieron caso, y su peor terror se volverá realidad. Todo por el bien d...