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━◖𝐅𝐢𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 𝟐𝟎𝟐𝟎◗━
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╰┈➤ ❝Pequeños cortos durante el mes de octubre sobre dos parejas inusuales.
Diferentes personalidades.
Propósitos opuestos.
Líneas distintas.
Per...
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—¡Amor, ya llegue! —Anunció entrando apresurado, procurando quitarse la gabardina y las botas antes de empapar el tapete y el suelo; la lluvia se había incrementado en los últimos días, para el pobre le perjudicó grandemente, llegaba mojado y con grandes probabilidades de atrapar un resfriado, y lo hubiera pillado de no ser por su novio. Al menos tenía el consuelo de que cada vez que llegara al apartamento un erizo azul lo esperaría ansioso, le daría una toalla y ropa seca para luego disfrutar de un delicioso chocolate. No recibió respuesta de su pareja, pero sí escuchaba una brava conversación—. ¿Sonic?
—¡Ya te dije que no necesito nada de ti! —Lo escuchó vociferar, quedó en el umbral de la puerta de su habitación—. ¡Déjame vivir mi vida, y ya! ¡No necesito tu lástima, puedo salir adelante yo solo! —Esta vez la voz de la otra línea era de una mujer, los gritos llegaron a ser escuchados por el moreno que se acercó lentamente al más chico—. ¡B-bien, tampoco es como si hubiera tenido a una buena madre, que esta sea la última vez que me llames, adiós!
—¿Volvió a llamarte? —Cuestionó molesto. Odiaba que su suegra insistiera en torturar al cobalto, desde hace años lo venía haciendo, esa fue su primer motivación para conseguir un trabajo, buscar un lugar lejos en dónde vivir y así lograr llevárselo; el cían dio un salto por el susto y volteó a verlo alarmado—. Tranquilo, soy yo.
—Ah... Ho-hola Shad... P-perdón, no te escuché llegar... —Se excusó rápido, colgando el teléfono y dándole un nuevo suéter y toallas al vetado—. Ten, cámbiate m-mientras hago la cena.
—No me respondiste la pregunta —dijo serio, secándose las púas sin dejar de ver al cerúleo, éste organizaba toda la ropa a prisa soltando tenues hipos.
—N-no es nadie... Olvídalo... —Mintió pasando la manga de su suéter por el rostro, limpiándose la evidencia de su terrible sensibilidad, odiaba admitirlo, aunque ahora entendía el porqué en la primaria lo molestaban.
—¿Entonces estás llorando por nada? —Le sostuvo el brazo antes de que abandonara la pieza, suspiró al ver ese delgado cuerpecillo tiritar por la impotencia, esa manga estar mojada y el carraspeo forzoso de su garganta. Suavemente hizo que quedaran de frente, limpiando el líquido cristalino que derramaban sus ojos y acariciando las orejas azules caídas—. ¿Un abrazo?
El menor no dudó ni un segundo en abalanzarse contra el oscuro, desahogando su llanto a viva voz sin ser reprimido, las conversaciones con su madre siempre terminaban mal, los gritos igual que los insultos jamás dejarían de acaparar el tema, pero se sentía tan bien que alguien estuviera ahí para apoyarlo, no se arrepentía en lo absoluto de abandonar el lugar donde nació, ni a sus padres; poco a poco fue tranquilizándose, siguiendo aferrado al torso del de ébano.
—¿Shad? —Llamó bajamente, aun siendo enrollado por los brazos del mayor.
—¿Qué pasa?
—¿Crees que soy un llorón?
—Para nada amor, eres sensible, y eso te hace adorable, pequeño —mencionó sonriente, conociendo a la perfección que él reaccionaba así sólo por las ofensas que sus mismos progenitores le decían, haciéndolo sentirse inútil, no obstante, ahí estaría para cuando más de eso llegará, una promesa infalible.
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Yo vivo para escribir AU's, desafiar a lo canon y hacer a los dos batos bien jotos B)
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