𝗙𝗶𝗰𝘁𝗼𝗯𝗲𝗿 𝟮𝟬𝟮𝟬 ❛𝒁𝒉𝒂𝒅𝒐𝒏𝒊𝒄-𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒏𝒊𝒄❟

║28║⟣Talismán⟢ ꒰Shadonic꒱

—No puedo creerlo... ¡Llegamos! ¡Finalmente llegamos! —A paso rápido esquivó las trampas impuestas hasta acercarse lo suficiente a la estatua, admirandola feliz y orgulloso por estar ahí, semanas de un gran recorrido y difíciles pruebas tuvieron la más grande recompensa.

—¿Qué esperas? Tómalo, no tuve que soportarte todo este tiempo para que no te animes ahora —espetó aproximándose al cían, aunque no lo demostrara estaba contento por el menor, porque para él y su tribu era muy importante ese talismán.

—Oye, Shadow... —Llamó sin borrar la sonrisa, elevando una mano para casi tocar la urna, dedicando nostalgia en esos pares esmeralda—. Muchas gracias por ayudarme, sin ti no hubiera conseguido llegar, en serio, siempre estaré agradecido.

—Mi padre prometió encontrar el medallón de Emerald para sus propósitos personales, yo me alegro de haber ayudado al nieto del orfebre que lo hizo —parló con dolor, absorto de que ya estaba llorando y contagió al peli-azul, los dos se echaron a lloriquear porque les dolía la despedida; el de vetas rojas abrazó con fuerza al contrario, negándose a dejarlo ir—. Voy a extrañarte mucho... No quiero que te vayas...

—Tengo que hacerlo... —Le calmó correspondiendo, quitándose el collar que traía para dejarselo al mayor, bajando la mirada entristecido—. Quiero que lo conserves, para que sepas que todo esto no fue un sueño, que nuestra tribu es real y que debemos parar la maldición... Amé conocerte y pasar tiempo juntos, gra-gracias por todo, Shad... Cuídate...

—Sonic...

El mencionado derramó una última gota salina, girando para abrir la urna y sacar el medallón dorado, la estatua comenzaba a caerse y el agua que la rodeaba se elevó envolviendo al cerúleo, las palabras que pronunció estaban en su idioma nativo y le dieron vida a la joya esmeralda que estaba incrustada en el centro del medallón, conectándose con los ojos del mismo color a la vez que creaban un deslumbrante resplandor.

—¡Sonic! —Comenzaba a arrepentirse de dejarlo hacer ese sacrificio, intentó traspasar la barrera de agua para tomar al azulino, no obstante, su cuerpo fue invadido por varias luces verdes fosforecentes.

—Ya eres libre... —Susurró volteando hacia él, sonriendo conforme iba desapareciendo poco a poco.

—¡Espera, déjame-...! —No acabó la frase puesto que todo se volvió cegador, hasta después de un rato pudo ver el entorno, ya no estaba ni la estatua ni el famoso medallón, eso era bueno pues quería decir que el sortilegio se había roto; lo malo es que no veía al de piel durazno por ningún lado, se dejó caer de rodillas sosteniendo la gargantilla del joven entretanto liberaba otro profundo llanto—. Yo también te amo...