Después de aquella noche ambos chicos ignoraron la presencia del otro, era como si ninguno existiera para el otro. ¿La razón? Aquel sentimiento de incomodidad y tensión que se formaba entre ellos.
Aunque también hay otro lado de la moneda, ambos habían caído en las garras del amor, así es; se habían enamorado, por ende, les daba miedo el rechazo.
Jiro Kyoka se había percatado de la rara actitud de ambos chicos y como buena amiga del peli lavanda iba a ser la Cupido de aquella relación.
—Hey, Hitoshi —saludó a su compañero.
—Hey, Kyoka —Devolvió el saludo— ¿Qué ocurre? —indagó al notar la expresión seria de la chica.
—¿Qué les pasa a ti y a Kaminari? —preguntó, yendo al grano.
El de ojos Alejandría se estremeció al escuchar aquel nombre.
—¿A qué te refieres? —Se hizo el desentendido. Quería evitar cualquier tipo de conversación relacionada al rubio.
—No creas que no he notado como se ignoran —comentó—. Así que, más te vale decirme ya... no me gusta verlos así —confesó descolocado al contrario.
—¿Qué quieres decir con eso? —La intriga comenzaba a surgir desde su interior.
—¡No me gusta verlos de esa manera! —exclamó— Es decir, siempre los veía muy felices con la compañía del otro... y, ahora parece que se odian el uno al otro —Finalmente soltó lo que había guardado durante días.
El ojeroso suspiró. —Yo... tampoco se qué nos pasó —La azabache se sorprendió ante tal respuesta—. Desde la otra noche es como si toda nuestra amistad... se desmoronó —El brillo que aparecía en sus ojos al mencionar al rubio no había desaparecido, ni siquiera disminuido, seguía intacto en los ojos nocturnos de Hitoshi.
La chica suspiró al ver el rostro desanimado del chico.
—Cuéntame... ¿Qué fue lo que pasó?
El chico soltó el aire acumulado en sus pulmones, preparándose para contar lo sucedido.
—¡Kaminari! —El rubio escuchó una voz femenina bastante conocida para él.
—¡Hey, Jiro! —exclamó con felicidad, necesitaba distraerse del lío que su cabeza había creado— ¿Necesitas algo? ¿Cómo está Hito– —Su pregunta quedó cortada. Decir aquel nombre le provocaba un sentimiento hermoso, pero amargo—. Como sea... ¿Qué necesitas?
—¿Te gusta alguien? —cuestionó de manera directa... demasiado directa.
Carajo... debí decirlo con más cautela —pensó.
—No lo sé —confesó—, mis sentimientos están demasiado confundidos en este momento —soltó. No se dignaba a ver a la chica a los ojos. No, no se atrevía a hacer contacto visual con alguien debido a que temía ver los ojos de Hitoshi reflejados en los orbes ajenos.
—¿Qué es lo que causa esa confusión? —indagó. Aún sabiendo la respuesta quería escucharla de los labios del rubio, porque a pesar de que el oji dorado sea un idiota, verlo de tal manera le manifestaba un malestar y le remordía la consciencia a la chica.
—Hitoshi —confesó nuevamente.
Kyoka, en un estado de desesperación decidió reunir a sus dos amigos en un mismo lugar... para ser más precisos; los baños de la escuela.
—¡Jirō, esto no es divertido! —gritó el rubio dando varios golpes a la puerta— ¡Abre la maldita puerta! —exigió en un intentó fallido de hacer entrar en razón a la chica.
—¡No hasta que arreglen las cosas entre ustedes! —exclamó desde el exterior.
El rubio soltó un suspiró de frustración. No le molestaba la presencia del otro chico, pero las cosas estaban incómodas y tensas en esos momentos.
—Bueno, Hitoshi —llamó el de orbes dorados—. Creo que... sí, debemos hablar y aclarar bastantes cosas —dijo en voz baja y avergonzada.
—Eso supongo... —murmuró.
Silencio nuevamente.
—Escucha yo... —soltó el Kaminari menor— No se qué me pasó, creo que me dejé llevar y... —Pasaba su mano por detrás de su cuello en señal de nervios— Lo siento —Se disculpó.
—No hace falta que te disculpes —dijo el más alto— Después de todo la responsabilidad es de ambos, y... —Buscó coraje antes de decir lo siguiente— Mentiría si dijera que fue... una equivocación —Su voz bajaba de tono mientras pronunciaba aquellas palabras, haciendo imposible que el otro chico entendiese lo que había dicho.
—¿Qué? —Cuestionó con notable confusión.
—Que me gustas, maldito idiota —confesó lo que guardaba en su interior.
La sangre subió a la cara del rubio provocando que pareciera que hizo cortocircuito.
—Yo... tú... —balbuceó intentando conectar las palabras— Me gustas también —dijo una vez que su cerebro volvió a funcionar.
Antes de mencionar palabra alguna, la puerta se abrió de manera ruidosa.
—¡Al fin! —festejó la de hebras púrpuras— ¡Eso era todo! —exclamó nuevamente— Ahora... ¡al salón, rápido, rápido! —Hizo ademanes indicando que se apuraran.
Los tres jóvenes salieron a la velocidad gay en dirección al salón.
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No homo bro ─ ShinKami 【BNHA】
FanficNO HOMO BRO | ❝Nos besamos, pero no homo bro. Tenemos calcetines puestos. ❞ ホモブロなし | La tensión sexual entre aquella pareja de amigos era demasiado alta, tanto así que terminaron ❝fortaleciendo la amistad❞ de una manera algo... extraña.