Dulce Tentación

El plan

—¿Cómo estás? —preguntó sentándose a un lado mío.

—Pensé que ya no querías saber nada de mí

—No puedo, todo el tiempo vienes a mi mente —confesó.

—Me alegra que estés aquí —hable, dándole un fuerte abrazo.

—Siempre voy a estar para ti —dijo Esteban, besando mi mejilla.

Le expliqué la situación por la que había pasado y aún no lograban entender que parte había sido culpa mía por no fijarme, por lo menos había logrado convencerlo de no hacer alguna locura.

Me encontraba a minutos de regresar a los dormitorios, me habían dado tiempo en el instituto para recuperarme, Esteban se encontraba conmigo en su auto, los chicos venían en la moto, me habían mandado en una silla de ruedas, tenía que mantener en reposo mi pie y el brazo, él bajo, me cargó y me depositó en ella. 

En cuanto estuve bien sentada, pude ver del otro lado a Robert mirándome fijamente, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Todo pasó en cámara lenta: Robert se acercó rápidamente, cuando estuvo a pocos pasos de mi, Cole lo recibió con un puñetazo, todos nos quedamos atónitos.

Él planeaba volverlo a golpear pero Lucí lo tomó del pecho y Tom y Luis lo agarraron de los brazos impidiéndole dar un paso más.

—¡Basta! 

—Solo déjame…

—No vale la pena —susurre —Llevame a mi habitación, por favor —le pedí a Esteban.

—Ashley

—¡No te vuelvas  acercar!

—Cariño, vamos con Ash —le hablo Lucí, tratando de tranquilizarlo.

Estaban me deposito en mi cama, vi aun furioso Cole entrar por la puerta.

—Disculpame Ash, solo que…

—Solo no lo vuelvas hacer 

Los chicos seguían conmigo, me trataban como si fuera una niña indefensa, mientras ellos contaban la carrera de hace unos días, me comenzaron a llegar mensajes de él.

Robert

Mi amor, ¿Qué te pasó?

Ash, ¿Por qué no me contestas?

¿Qué sucede en mi vida?, estoy preocupado por ti 

¿Qué hacía él contigo?, mi amor…

Ashley

Por favor, ya no me molestes, olvidate de mi

Le envíe el mensaje y apague mi celular.

—¿Es él? —preguntó, Cole sentándose a mi lado mio.

—Si, pero no tiene importancia —me quedé un momento pensando —¿Y ustedes de donde salieron?

—Tenía que venir a firmarle el yeso a mi novia —comentó, sacando una pluma de su chaqueta.

Los chicos y Lucía salieron a por comida, mientras tanto Esteban se acomodaba en el espacio que quedaba en mi cama.

—Lo he estado pensando mucho, ¿No se te hacen raros los mensajes?

—No, ¿Por que debería de ser lo?, creo que todo quedó muy claro 

—Lo encontraste con Vanessa, ella no es de fiar, yo he salido con ella y yo que tú pensaría las cosas con la cabeza fría

Podía que tuviera razón, pero lo había visto con mis propios ojos, su imagen de el desnudo y ella con su camisa puesta no se borraba de mi mente 

—No lo se

—Llevas tres días sin hablarle, ¿Cuánto tiempo más debe de pasar para que aclares las cosas con él?

—No entiendo siempre me han dicho que mi relación con él no está bien y siempre que pasa algo que nos separa tratan de hacerme entender que  las cosas no son tal cómo las veo, ¿Por qué? —la desesperación se escuchaba en mi voz.

—Sencillamente quiero verte feliz —dio un gran suspiro y me miró a los ojos —Aunque no sea conmigo 

—Gracias —le di un abrazo, de agradecimiento por el apoyo incondicional que me brindaba.

—Dame tu celular —ordenó.

—¿Para qué?

—Solo dámelo —lo saque de mi bolso y se lo entregue.

—¿Qué haces? —le pregunté cuando me di cuenta que escribía algo.

 —Ya lo veraz

Después de haberme explicado unas cuantas cosas, los chicos volvieron con pizza, la pasaron todo el día conmigo, finalmente llegó la noche, dando por terminada la pequeña reunión que teníamos.