【Capítulo 2: Anabel Yaxley】

164 26 36
                                    

】♕【

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

】♕【

"La gloria y la sangre van de la mano, por eso llegamos a los titulares. Podrías intentar y derribarnos, pero la victoria es contagiosa"

Su padre era un hombre importante y, por consecuencia, todo aquel que llevase su apellido lo era también. Su madre, entonces, se encargaba de que ella luciera acorde al papel que tenía en la sociedad mágica.

En la familia Yaxley eran, además de parte de los Sagrados Veintiocho, miembros de gran valor en el Ministerio de Magia. Todos los hombres habían sido ministros en algún momento de sus vidas e incluso algunas mujeres habían logrado llegar a importantes cargos, provocando que, donde se escuchase el apellido, se formase un respetuoso, y a veces aterrado, silencio.

Aterrado, porque la mayoría sabía o al menos sospechaba que el patriarca de la familia Yaxley, Corban, había sido un ávido seguidor del Señor Tenebroso en la época en que más poder tuvo, yendo tan lejos como para incluso pelear a su lado en la primera guerra mágica. Todas acusaciones que nadie nunca pudo demostrar, dejando al hombre libre.

Así que sí, si tu apellido no estaba relacionado a una familia sangre pura, lo más probable sería que tuvieses miedo de algún Yaxley, y si no era así, al menos eras lo suficientemente listo como para mantenerte fuera de su camino.

Y Anabel lo sabía. Tenía clarísimo el status que debía mantener; los estándares y expectativas que habían alrededor de su persona y cómo todo aquel que se relacionara con ella debía cumplir las mismas; la pureza de la sangre, o más bien, la obsesión con ella, eran cosas sobre las que no se jugaba, si no que se alardeaba.

La pequeña rubia dio un salto para evitar uno de los muchos charcos de lodo que se habían formado por la lluvia y bufó cuando tuvo que evitar el segundo. ¿Es que aquella lluvia no podía parar de una vez? Si seguía así su vestido iba a acabar arruinado y eso ella no podía permitírselo, no cuando la fiesta a la que asistirían era tan importante.

Siguió caminando bajo su rosado paraguas, siguiendo a sus padres a través de un camino rodeado de árboles y arbustos podados de las formas más extravagantes. Se sorprendió cuando pasando una gran verja de hierro se encontró con las aves más extrañas que había visto. "Pavos reales" le había dicho su madre, mientras la niña negaba con la cabeza en señal de disgusto, eran demasiado ostentosos con ese plumaje de tantos colores.

Al seguir avanzando se dio cuenta de que ese largo camino los había llevado a la entrada de una gran mansión, mansión rodeada por un bello jardín de rosas. La niña sonrío maravillada.

—Anabel, recuerda que debes comportarte —habló estoico su padre, mas una pequeña sonrisa asomaba en sus labios.

—Por supuesto, padre -asintió la pequeña de tan solo cuatro años, sonriendo cuando su madre tomó su mano.

avada kedavra ○ harry potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora