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Hazel Swan se encontraba en aterrizando en el aeropuerto de Seattle. Hace unas semanas su padre le llamó muy preocupado por el estado de su hermana Bella después de que su novio Edard la hubiese abandonado. 

Hazel no había podido ir con Bella a Forks porque estaba estudiando con una beca en California, sin embargo cuando su padre le contó como se encontraba su hermana, no dudó en realizar el traslado de preparatoria. 

Bella y Hazel eran muy similares y a la vez tan distintas, ambas se amaban, no solo por ser hermanas, sino porque entre ellas se entendían y se sentían cómodas. 

Hazel era quien se llevó todo el carácter, era un ser indomable, no dejaba que nadie le pisoteara, todo lo contrario a Bella, al mismo tiempo, las dos Swan eran lo que se puede considerar personas serias, que solo se abrian cuando estaban con gente de confianza. 

Hazel estaba preocupada por su hermana, pero a la vez se emocionaba por poder ver despues de tanto tiempo a su mejor amigo Jacob, pese a que ella no pudo ir a vivir a Forks con su hermana, Hazel siempre iba varias veces al año a visitar a su padre, por lo que no había perdido contacto alguno con Jake. 

Una vez en el aeropuerto, Hazel se metió en un taxi rumbo a su antigua casa.

HAZEL POV.

-Haz cariño, no sabes cuanto te he echado de menos- dijo papá mientras se debatía si sarme un abrazo o no.

-Papá nos vimos el verano pasado- dije soltando una risita y le ponía la mano en el hombro.

-Demasiado tiempo, trae, deja que te ayude. 

Papá cogió las maletas y me enseñó mi habitación, estaba tal cual la dejé en verano, la ventaja de venir siempre que puedo es que no hay muchas cosas por traer. 

Bajamos al salón, cada uno se sentó en un sillón. Papá estaba bebiendo una cerveza y yo.. bueno, con un zumo de piña me conformaba. 

-Bueno, cuentame como es que mi querida hermana esta que se desvive por un idiota que la ha dejado sin dar explicación alguna. 

Ese tema me molestaba bastante, yo era muy unida a Bells y desde que el idiota de su novio la dejó, no he recivido ni un mensaje, ni una contestación, nada, como si la tierra se la hubiese tragado. 

- Cariño...siento lo mismo que tu, Bella no esta nada bien, nunca la había visto así y ya no se que hacer. No habla, no come y solo sale para ir al instituto, cuando llega se encierra en su habitación y no sale hasta el día siguiente. Tiene pesadillas, grita todas las noches. Cuando empezó a salir con Jacob parece que mejoró un poco, pero de un día a otro este dejó de hablerle y volvió al estado de antes. 

-Bien... Tenemos que solucionar varias cosas, en primer lugar voy a tener una seria charla con Jake, se está comportando como el idiota de Cullen, dejándola a la interperie.

Papá se removió incómodo, sabía que me había molestado el actuar de Jake, se me notaba en la cara y cuando me enfado es mejor dejar que yo misma me tranquilice. 

- En segundo lugar debemos enseñarle que un tio no lo es todo, no puede atascarse en una relación que no tiene futuro, menos autodestruirse... En tercer lugar... dime por favor que no sigue vistiendo tan mal- dije suplicando con los ojos.

Papá se rió un poco, pero era la verdad, mi hermana no se sabía vestir, todo lo que usaba era tan... Horrible? Pero bueno, aquí estoy yo para solucionar sus problemas uno por uno. 

- Gracias, de verdad, sé que venir y dejar tu vida en California es mucho pedir pero..

-Ni se te ocurra echarte la culpa como haces siempre- lo corté rápidamente- La vida en California es estupenda, pero no es lo mismo que vivir con mi familia, así que no me arrepiento de nada.

Hazel no lo sabía, pero esas palabras habían llegado al corazón de Charlie, que se sentía desplazado de sus hijas desde que se divorció. 

-¿Qué haras con.. ya sabes?- preguntó incómodo, sabía que este tema iba a salir tarde o temprano.

-Hay una psicóloga en la reserva, he contactado con ella un par de veces y está dispuesta a ayudarme. 

Eso pareció agradar a Charlie, ya demasiado culpable se había sentido al hacer que su hija se trasladara. 

-Bella estará apunto de llegar

-Genial! me escondo en su cuarto, voy a echarle una foto a su cara de sorpresa. 

Subí a su cuarto y me coloqué lista para grabar su reacción. 

-Bella, ¿Qué tal el día?- preguntó papá desde abajo. 

-Normal- Respondió múcho más apagada que de costumbre. 

No se dijeron nada más, se escucharon pasos hacia arriba, cuando abrió la puerta me miró sorprendida y sin darme cuenta la tenía abrazada a mí y sollozando, no pude evitarlo y la empujé como acto reflejo, haciendo que cayese de culo al suelo. 

-Lo siento.. yo.. aún no estoy preparada.  

-No importa, ha sido mi culpa, ¡Haz! No sabes cuanto te he echado de menos... Yo.. Lo siento.. no sabia como decirte.. No quería preocuparte, estabas lejos y yo...

-Ya está, ya está.

Le decía mientras me sentaba en la cama y palmeaba para que se sentase a mi lado. 

-Tu..Estas aqui, quiero decir, por cuanto tiempo- dijo mientras se limpiaba las lágrimas. 

-Indefinido, así que mas te vale que no ronques muy alto, no me hace gracia que me despierten con esos cantos de foca marina. 

-Oye- dijo mientras me iba a dar un golpe juguetón en el hombro, pero lo apartó con rapidez, cosa que agradecí- Yo no ronco.

-Ya.. Haré como la que te creo. 

-Haz..

-Lo sé Bells, estoy aquí y si no quieres contarme nada aún no hace falta, soy tu hermana no? cuando estes lista me tendrás aquí para contarme.

-Gracias- puse una mano sobre las suyas en señal de apoyo, aún no estaba cómoda con el contacto físico, pero al menos, podía dar pequeñas muestras. 

-Por cierto Bells

-¿Sí?

-¡te dejo sola un año y vuelves a usar una ropa más horrenda de la que ya llevabas?

-Haz no por favor...

-Haz sí, estas más flaca que antes y creeme que eso es demasiado, pareces un esqueleto andante, más te vale recuperar las fuerzas porque a partir de mañana comenzamos con el entrenamiento y ha cogerte medidas. 

Desde que me compraron mi primera máquina de coser siempre me he confeccionado mi propia ropa, esta claro que también compro en tiendas, pero la costura es mi gran pasión. 

- Yo..- suspiró rendida- Está bien, pero.. podrias ser menos dura que la última vez?

Ejercicio, eso fue lo que de alguna manera me sacó del gran agujero en el que estaba, eso, y las innumerables charlas con la psicóloga. 

-De acuerdo... ahora vamos a cenar

-Yo no..

-Tu si, vamos, andando!- dije mientras me poní las manos en jarra. 

-Vale, vale

A tu lado ~ Paul Lahote ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora