"Pasando el tiempo y Jihoon perdía su propia música, no se dio cuenta cuando comenzó a vivir con Mingyu en el inframundo, al principio le dio un poco de miedo salir escuchar o llegar a ver algo que lo destrozara y el mismo Dios del inframundo alimentaba ese miedo, termino encerrándose sin decirle a nadie."
Comenzaron a ir visitantes conocidos al bosque, sus hermanos y su "madre", más porque su presencia se había esfumado de la nada. Al principio creían que llegaban en un mal momento, pero incluso su propia presencia en eventos de ellos mismo comenzaba a faltar.
Buscaron por todo el bosque, el mundo entero creyendo que estaría en otra de sus aventuras por este mismo, pero no lo encontraron.
Fueron en busca de Seungcheol, creyeron que estarían juntos y habían dado el siguiente paso por fin, pero lo único que encontraron fue un Dios deprimente, entre las sabanas de seda, no quería ver a nadie ni salir.
Las cosas se vinieron de cabeza al no encontrar a su querido hermano, Leeteuk fue hasta Siwon a pedir respuestas, temiendo que le hubiese fallado una vez más.
Y lo hizo.
Leeteuk enojado bajo al inframundo y enfrento al Dios del mismo, exigió que liberara a su hijo.
-Él es libre de irse de aquí- respondió, aunque sabía que él nunca permitiría que se fuera- pero el mismo ha decidido quedarse- sentenció.
El Dios del arte extrañado por la actitud de uno de sus hijos menores pidió verlo. Incluso el mismo Jihoon se rehusaba a salir, Leeteuk fue a verlo, lo miro tan cambiado, su cabello rosado paso a un rojo carmín, sus pequeños ojos ámbar a un negro, no sería tan extraño esa apariencia si no conociera a su querido hijo.
Leeteuk abrazo a su hijo con tanto anhelo y tristeza, pero Jihoon ya no podía llorar. Mingyu apreciaba desde afuera cada acción de la familia.
Sus hermanos desde que se enteraron de su paradero comenzaron a visitarlo, intentaban animarlo, sacarlo de ahí. Incluso iban hasta Seungcheol para que él sacara a su hermano, solo vieron tristeza y poca determinación en el Dios de la felicidad, nada estaba normal y temían no hacer algo.
Mingyu intentaba enamorar a Jihoon, intento tras intento sentía que no avanzaba, no lograba ni hacerlo reír, el pelinegro solo quería que Jihoon lo amará, que lo amará tanto como amo a... Seungcheol.
El momento llego cuando le confeso sus sentimientos, sentía aun un poco de esperanza, sabía que no era así.
-Lo siento, haz sido muy buena conmigo al ayudarme en todo, sin embargo, mi corazón y alma le pertenecen a otro.
Aquellas palabras le llego tan profundo en su corazón, culpa y desesperación se adentraron a su ser.
Con decisión ideo un plan para que Jihoon y Seungcheol se volvieran a ver, tuvo que hablar con los hermanos de su amor, les conto todo lo que había pasado incluyendo lo que él hizo, también del plan que había ideado. Claro no sin antes dejarse dar unos buenos golpes por los seis semidioses.
El día había llegado y espero que su plan saliera a la perfección.
Convenció a Jihoon de salir a dar un paseo, abrió ese mismo camino hacía el bosque, mientras subían al lugar indicado Mingyu se armó de valor y le dijo la verdad con lujo y detalle, Jihoon solo le dio una sonrisa cansada, lágrimas y lágrimas.
-Confié en ti, sabía que tenía que averiguarlo yo mismo, pero puse toda mi confianza en tus palabras- Mingyu sintió sus palabras como una estaca en su corazón- perdí mi felicidad por ello.
-No, aún hay una manera.
-No lo sabes, ha pasado mucho tiempo, es al único hombre que he amado en toda mi vida, él es libre de amar a otros será que el ya encontró a alguien más.
Mingyu permaneció callado durante el resto del camino, se dio cuenta que Jihoon no había percatado del lugar a donde se dirigían, sino hasta que poco a poco se veía el lago.
Jihoon se detuvo, sintió la tranquilidad del bosque, tal vez no sería mala idea volver a lo que había sido su hogar, aun si no estaba con el amor de su vida.
Llegaron hasta el centro, fue ahí donde Jihoon miro a Seungcheol como la primera vez que se vieron, ninguno podía apartar la mirada del otro, pero tenían miedo.
Mingyu se dio cuenta de lo que sucedia y hablo.
-Jihoon sabe todo, se lo he contado mientras veníamos hacía acá –se detuvo un momento al ver que tenía la atención de ambos chicos- les pido una disculpa a ambos por causarles tantas tristezas.
Jihoon y Seuncheol se volvieron a mirar y sus colores volvieron, así como su felicidad y amor, acortaron toda distancia y se abrazaron, no necesitaban palabras por el momento.
Con seguridad juntaron sus labios ignorando todo a su alrededor, encerrándose en su pequeño mundo.
Mingyu huyó del lugar apenas vio como los dos chicos se acercaban.
Sentía tristeza, no lo dudaba, pero igual se sentía feliz por la felicidad del pelirosa.
Una enorme felicidad se propago por todo el universo siendo capaz de sentirlo hasta los dioses.
Mingyu lloro todo el día, no solo por su fallido primer amor, sino por los errores cometidos, por la tristeza que ocasiono y la posible guerra que pudo haber armado. Él no era como su padre, pero inconscientemente se había convertido en él.
Pero ahora intentaría hacer lo suficiente para recompensar el mal ocasionado.
¿Algún día llegaría a encontrar un verdadero amor?
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[Jicheol/Gyuzi] La muerte se enamoró de la música [Historia 1][Au Dioses]
RomansaCuenta la historia que hace tiempo existió un día donde la felicidad y tranquilidad se sentía en cada rincón del universo acompañado de una hermosa melodía que se podía sentir en cada alma, sin embargo, había una crisis que presentaba ese día, el dí...