Mi Cachorrito (Kiba Y Tú - Yaoi)

😻 Capítulo 23 - Michi y unos errores de noche 🐶

Michi estaba en la casa de los Inuzuka, había quedado con Kiba de que hoy dormirían juntos después de la cena, su madre y hermana irían con una tía de Kiba y ellos dos tendrían la casa sola. No sentía que fuera la mejor opción después de lo que paso en la cena, pero no quería estar solo y su novio Kiba siempre le servía para mejorar su estado de ánimo, que en estos momentos estaba bajo por lo ocurrido. Estaba acostado en la cama de su novio ya algo más tranquilo por tener un momento para el solo, pero todavía seguia triste por las palabras de su madre y las miradas de todos. Tenía pensado en comer con Kiba unos waffles con jarabe de fresa y después hacer el amor, una noche perfecta.

Su calma y sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta ser abierta fuertemente ocasionando que golpeara contra la pared por la fuerza, lo había asustado ese sonido, podría ser un ladrón que quisiera robar los perros de la familia Inuzuka o incluso las joyas que tenía Tsume las cuales había comprado en una tienda de segunda mano en un mercado. Salio del cuarto caminando hasta la entrada de la casa, encontrado a Kiba que se veía muy enojado y había entrado casi pateando la puerta, Akamaru que venía junto con Kiba estaba con la cola entre la patas y se veía triste por su mejor amigo. Aunque no sabía del porque del estado de su novio, ya se imaginaba una razón que no le parecía nada agradable.

- ¿Qué paso cachorrito? Te ves muy enojado - le preguntó Michi lo mas lindo que pudo, pero Kiba le respondió con una mirada de enojo - Lo siento por la escena que ocasione, pero tienes que creerme en que fue mi madre la que me provocó, ella me dijo palabras horribles y me sacaron de quicio.

- Te creo que tu madre haya ocasionado esto, pero fue tu culpa no haberte controlado - le respondió Kiba enojado, caminando hasta la nevera para comer algo de carne que había dejado de la noche pasada - Por tu escena me metiste en muchos problemas con los demás líderes, ahora creen que eres un violento sin educación.

- Me da igual lo que ellos opinen de mi - dijo Michi sin darle importancia a lo que esos ancianos dijeran, ni siquiera los conocía y jamás en su vida tenía planeado volver a verlos.

- ¡Ese es tu problema Michi! Nunca piensas en las consecuencias de tus actos, solamente te importa sacar tus emociones y no puedes controlarlas aunque sea por un momento - Kiba estaba muy enojado con Michi, él solamente lo veía algo apenado - Esta noche era muy importante para mi, hoy sería nombrado el nuevo líder del clan Inuzuka, pero ya se acabó, seguramente buscaran a otro miembro del clan.

- ¿Solamente por eso se enojaron? Yo puedo ir a hablar con ellos, estoy seguro que puedo ayudar...- Michi no sabia que decir, entendía que él tenía parte de culpa por esto, si no es que toda la culpa.

- No Michi, ya no quiero que hagas nada, no te vayas a meter en esto - Kiba llego hasta la puerta de su habitación, acabando de comer ese pedazo de carne en cuestión de segundos - Los líderes no aceptan personas gays, los convencí de que nos dieran una oportunidad pero con eso que hiciste, no nos darán ninguna oportunidad.

- Me hubieras dicho sobre eso, yo hubiera tratado de controlarme más - ahora Michi se sentía aun mas mal de lo que ya estaba, no quería arruinar el sueño de Kiba.

- Tenía confianza en que mi novio se sabe comportar, pero ya veo que no. Al primer insulto reaccionas violento y haces un drama - le dijo Kiba, dándose la vuelta para entrar a su habitación, no tenía ganas de seguir peleando - Yo siempre te he apoyado en todos tus sueños, esperaba que tú me apoyaras en esto, realmente era muy importante para mi.

Michi se quedó en la sala debatiendo en si debía quedarse a dormir ahí en esos sillones incómodos o ir con Kiba a la cama, pero no creía que fuera buena idea en estos momentos. Ahora odiaba aun más a su madre, por su culpa tenía problemas con Kiba y había arruinando el sueño de su novio de convertirse en el próximo líder del clan. Que noche tan más mierda tuvo, la peor cena que ha tenido en sus diecinueve años de vida. Se quedó dormido en el sillón más grande, recordando el día en que ambos hicieron el amor por primera vez.