Capítulo 1

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|Capítulo 1|

Capítulo 1: El club de anfitriones abre sus puertas.



La Academia Seidou. La escuela de élite con más prestigio del Japón. Nido de los hijos de las familias más pudientes y exitosas de la nación, y a veces, incluso del extranjero.


De esta manera, cuando Sawamura Eijun llegó, chocó de frente con el Host Club. Un club de entretenimiento creado por un numeroso grupo de jóvenes apuestos con montones de tiempo libre, para servir a damas con montones de tiempo libre.

Es decir, es una recreación de lujo para una escuela súper rica.


Por eso, todavía conmocionado y un poco descolocado por la situación, Sawamura necesitó de más de unos cuantos segundos para sobreponerse a la imponente presencia del príncipe frente a él. Era algo más alto que él, de cabello castaño claro y ojos amarronados, y un brillo malicioso y burlón resplandecía tras un par de cristales de unas caras gafas de pasta. ¿Eran Gucci? Vestía el uniforme azul pastel oficial de Seidou, y sonreía con una mezcla de galantería y ganas de tocar los c******. Y aun con todo y con eso, Eijun no pudo dejar de sentirse abrumado por la verdadera belleza de esa persona ante él. ¿Había visto alguna vez un tipo tan agradable a la vista?

Sudó violentamente, nervioso, justo antes de caer en la cuenta de algo y tensarse en su sitio. Le dirigió la mirada, tratando de no notarse impresionado. — O-oye, ¡ESPERA UN MOMENTO! —exclamó, con su usual tono de voz hipersónico , y aquello hizo que la sonrisa del tipo se disipara por confusión, al igual que las del resto de tipos más al fondo. Sawamura escapó con un salto, al igual que un gato escurridizo, y le señaló descaradamente—. ¿¡Cómo sabes que soy un estudiante becado!?

El muchacho parpadeó un par de veces, siendo algo gracioso en su apuesto rostro, y una tercera persona apareció por detrás resoplando. Eijun se erizó, alerta. — La esencia de nuestra escuela no encaja con los plebeyos, así que no podrías conseguir una beca aquí si no tienes descaro... —murmuró, y recolocándose las gafas con ojos afilados, sentenció—. Si no lo supiera todo sobre alguien como tú, no podría considerarme a mí mismo.

Aquél había sido un lánguido, frío y también extremadamente apuesto chico alto, con rasgos de extranjero, de cabellos oscuros, ojos grises y lentes refinadas; parecía el estereotípico presidente del consejo estudiantil demoníaco. Sawamura solo llegó masticar un ¿Plebeyo...? ¿Descarado...? mientras su ceja temblaba con exasperación. ¡Quién se había creído que era!

Y justo cuando pensaba cantarle las cuarenta, o soltar algo para defenderse airadamente, un nuevo sujeto lo atrapó en un agarre profesional inmovilizándole en una impresionante llave.

Si Sawamura no hubiera sido tan flexible, seguramente se habría partido en dos como una barra de Toblerone. Una ridículamente irritante risa estruendosa que sonaba como a ¡Hyaha! le taladró los oídos.

Ese nuevo sujeto, con las mayores pintas de delincuente juvenil que el pobre recién llegado había visto en su vida, parecía estar teniendo el mejor momento de su vida. — ¡Por supuesto que sabemos quién es el nuevo idiota, hyaha! Hay que reconocer que tienes agallas... —había soltado al grito, apretando y asfixiándole más, y se volvió a reír, ruidoso—. Pero quién lo hubiera dicho, ¡el pobretón es gay! HYAHA. —a esas alturas, aparte de molesto y perdido, Eijun parpadeó como loco.

Seidou Host Club | All x SawamuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora