—¿A qué te refieres con que no termina ahí?
Varias chicas empiezan a hablar al mismo tiempo y me cuesta distinguir quien pregunta qué. Todas se hablan entre sí, casi como preguntándose de qué se perdieron o a qué me refiero, puesto que ellas no entienden nada de mi última oración dicha. Cada una murmura con quien tienen cerca, cuando veo hacia Chleo, me doy cuenta que ella no tiene nadie con quien comentar, pero de igual manera se ríe de lo que las demás chicas dicen.
—Chicas —llama Tamara para que guarden silencio—. Chicas, por favor.
No tiene ni un solo resultado, por lo que recurre a algo más rudimentario. Frunce el ceño a la poca atención que le dan y luego, se lleva dos dedos a los labios, un fuerte silbido sale de ellos, dejando a todas las chicas en silencio. Todas tiene los ojos puestos en Tam, quien tiene un semblante serio, pero lo cambia rápidamente, de la misma manera en que las chicas vuelven a sentarse rectas en sus lugares.
—Muchas gracias —habla con una sonrisa que me entra en gracia—. Si quieren seguir con la historia de Becca, guarden silencio. No creo que quieran desperdiciar tan valiosos minutos discutiendo cuando podrían dejar que ella misma les responda dichas dudas.
Varias chicas empiezan a asentir levemente y pasan su vista de Tam a mí para que pueda seguir la historia.
—Bueno, estoy segura que tiene dudas sobre si pasó algo con Nina o Ricardo durante esos meses y para responder, nos iremos a finales de séptimo grado.
Suspiro un poco antes de volver a hablar.
Hasta ese momento, habían pasado cierto número de situaciones que me habían acercado a Nina. Como las veces en que íbamos a su casa para trabajar aquel proyecto de la feria de ciencias, donde más de una vez terminamos en su piscina sin tener ropa de cambio. O varios trabajos dentro del salón de clase, de los cuales yo había puesto más parte en cosas teóricas, mientras ella se iba más por lo material y el lugar de trabajo, que era su casa. Aunque aun no entendía que era lo que hacía que me llamara la atención de ella, estar cerca de Nina era un gusto que disfrutaba mucho, así como ver que mi pequeña conexión con Malika e Issi iba creciendo gracias a Krista, quien se había hecho mi amiga a partir de un trabajo cuando Giselle y yo nos estábamos empezando a distanciar.
En un inicio, parecía que no éramos compatibles entre nosotras, pero después de hablar un poco, nos dimos cuenta que nos llevábamos muy bien entre todas y que podíamos pasar un buen rato juntas.
—¿Para quién son esos cupcakes? —me preguntó Mali, señalando con la mirada la cajita de cartón que llevaba en las manos.
Junto con Issi y Krista nos dirigíamos hacia uno de los pasillos vacíos del instituto para hacer un tipo de cartel o carta decorativo de Krista para una de sus otras amigas. Sin embargo, en mis manos tenía esa caja con unos cupcakes con temática de Mickey Mouse en el interior. Desde que llegué varios de mis compañeros me habían preguntado para quién eran y hasta entonces, había logrado evadir a todos. A pesar que Mali me agradaba bastante, no fue la excepción. No pude responderle.
—Nadie —respondí a secas. Malika me dio una mirada inquisitiva, aun así, negué con la cabeza y dije—: No son para nadie en especial.
Malika no dijo nada, pero volvió a achicar los ojos hacia mí y la caja en mis manos. Siempre era muy curiosa, aunque no era de las que presionara para sacarte lo que ella quisiera saber, por lo que terminó ignorándolo y ambas seguimos a las chicas.
—Eran para ella, ¿no? —Finalmente, vuelve a hablar Chleo. Su ceño está fruncido, pero es lo que demuestra su curiosidad.
Asiento lentamente y cuando lo hago, algunas empiezan a verme y niegan con la cabeza. Varias me dan una mirada de desaprobación y lo único que puedo hacer es hacerles una mueca.
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Elegí Ser Yo
Novela JuvenilSer adolescente nunca ha sido fácil y quien te diga lo contrario, miente. En una sociedad donde nunca sabes qué esperar, es muy difícil crecer y ser quién realmente eres con total libertad. Sin embargo, todos tenemos historia... Y esta es la mía. La...