Narra Marcos
Desperté solo en la cama. Mire hacia ambos lados viendo la habitación completamente vacía. Tras unos segundos la puerta del baño se abrió y un cansado Álvaro apareció.
- Buenos días pequeño - dije levantándome de la cama - Tan mal dormiste
- Digamos que ... un pequeño sueño no me dejo dormir bien- dijo algo rojo y avergonzado
- Y... ¿Me lo vas a contar? - pregunte antes de abrazarlo por la espalda
- Quizás... pero no ahora
Tras esas palabras tomó una de mis manos y la besó.
- Feliz aniversario Marcos - dijo volteandose para abrazarse a mi cuello
- Feliz aniversario Álvaro
Después un beso se hizo presente. Un beso que demostraba amor verdadero. Tras unos segundos, nos separamos con una sonrisa.
- Te quiero Marcos
- Y yo a ti
Nos quedamos un rato más abrazados hasta que un pequeño rugido proveniente de la barriga de Álvaro nos dijo que era hora de desayunar. El se alejó avergonzado mientras yo soltaba una pequeña risa. Nos cambiamos y bajamos al restaurante del hotel donde cada uno tomó su desayuno . Terminamos sobre las 12, así que nos fuimos a la piscina (particularmente vacía) donde nos llevamos hasta la hora de comer. Ya entonces volvimos al restaurante.
- ¿Entonces cuando quieres tu regalo? - pregunte apollando mi cabeza en mis manos
El se quedó pensando un par de segundos hasta que su cara se inundó de un rojo intenso.
- L - Luego - dijo avergonzado
- ¿Pasa algo pequeño? - dije tomando sus manos entre las mías
- No... No, estoy bien, es sobre el sueño que tuve
- Y... ¿me lo vas a contar?
- Si... pero ahora no
- ¿Por qué?
- Solo... no te lo quiero contar... no todavía
Acerque una de sus manos a mi boca para besarla. Después sonreí recibiendo un sonrojo aún más notario. Tras la comida nos fuimos a nuestra habitación donde Álvaro quedó completamente dormido.
- ¿Que habrá soñado Álvaro? ¿¡Y POR QUÉ NO ME LO QUIERE DECIR!? No puede ser tan malo - vi como Álvaro se encogió y comenzó a temblar - no puedes ser más adorable, ¿verdad? No creo que pudiera seguir vivo con algo tan hermoso a mi lado - lentamente me acerque a la cama y me tumbé frente a Álvaro. Después besé su cabeza mientras lo envolvía con mis brazos. Con mi cola, comencé a subir con dificultad la manta hasta cubrir nuestras piernas por completo. Al parecer esto tranquilizó a Álvaro - Eso es, estoy contigo, no tienes de que preocuparte - su cuerpo se volvía a relajar y ya no temblaba. Una sonrisa comenzó a aparecer en su rostro - Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no pienso dejar que te pase nada - besé su cabeza y me acomode en la cama sintiendo el calor que su cuerpo desprendía. Tras varios minutos caí dormido junto a mi novio.
Fin del Capítulo 10