CAPITULO 22

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No perdí el conocimiento o no al menos por tanto tiempo ya que cuando abrí los ojos de forma asustada me encontré rodeado de personas desconocidas que me miraban preocupados. La lluvia todavía caía agregándole dramatismo a la escena, pero alguien me cubría con un paraguas mientras hablaba por teléfono a lo que sería una ambulancia, imagino. Con dificultad traté de sentarme y recordar los último que sucedió y cuando lo hice una lagrima rodo por mi mejilla.

Otra vez me habían arrebatado a mi cachorro de los brazos. Otra vez lo perdía.

Sosteniéndome del brazo de otro hombre me levante y aunque escuche sus palabras para tranquilizarme y me quedara quieto, no lo podía hacer. No dije nada y me subí al carro para prenderlo. No sabía que hacer por lo que solo agarraba el volante y miraba la calle bajo el escrutinio de los desconocidos.

-Estoy bien, no es nada grave. ¿vieron lo que paso hace un momento? – Mi voz temblaba, ya no sabía si era por el miedo o lo empapada que estaba mi ropa por la lluvia.

Una mujer contesto: -Yo no vi nada, venia en mi carro cuando lo vi a usted tirado en el suelo. – Asentí con la cabeza.

Con nerviosismo busque mi teléfono entre los bolsillos de mis pantalones y si bien la pantalla prendía no podía realizar una llamada, el agua lo había afectado, lo avente al asiento de alado con frustración. ¡No podía ser así mi suerte!

La mujer que contesto anteriormente extendió su mano enseñando su teléfono. Sin decir nada lo tome y marque el número de Mew, la manos me temblaban, pero él no contestaba. ¡Maldita sea! ¡él no contesta números desconocidos!

-Gracias. – le dije a la mujer y devolví el teléfono.

Encendí el motor y sin mirar atrás me dirigí a casa, Mew ya debería haber llegado.

Efectivamente, Mew estaba en casa; salí corriendo del auto en su búsqueda.

No pude evitar pararme en seco y observarlo en silencio mientras mis lagrimas caían. Supongo que mi imagen era lamentable porque Mew soltó el vaso de agua que estaba tomando y con prisa se acercó para tomarme de los brazos y preguntar qué estaba pasando, pero ¿qué podía decirle? ¿de qué manera le digo para no romperle el corazón? Me sentía tan culpable.

Mew me abrazo y decía cosas que no podía entender e incluso su aroma era más fuerte para tranquilizarme, pero eso era imposible en este momento.

Me tomo de la cara con sus manos y finalmente...se dio cuenta. Miro a ambos lados de mi cuerpo buscando al pequeño. Dejo de tocarme y pregunto con voz temblorosa:

-¿Dónde está Yizan? ¡¿Dónde está?! – aumento el sonido de su voz y sentí miedo, por primera vez sentí miedo del hombre que estaba frente a mí.

-Mew...yo...- Las lágrimas no me dejaban hablar, quise tocar su cara, pero él retrocedió un paso. Mi corazón seguía rompiéndose cada vez más.

-Mew...fue mi culpa ¿si? Yo no pude protegerlo ¡me lo quitaron de mis brazos y no pude hacer nada! Perdóname por favor, perdóname Mew...- Mi voz se fue apagando poco a poco, me volvería loco si él no decía nada.

El alfa enfrente de mi transmitía enojo, pero después el aroma se suavizo y con rapidez me abrazo mientras frotaba mi espalda con su mano.

-No es tu culpa ¿de acuerdo? Lo vamos a encontrar, no te preocupes. Todo estará bien. – dijo en mi oído y me tranquilice un poco, tenía que explicarle la historia de lo sucedido.

-Quítate la ropa, estas empapado. – Continúo diciendo. Yo no quería cambiarme, teníamos que buscar a Yizan. no podía perder el tiempo buscando ropa seca cuando no sabía dónde estaba mi cachorro.

EVERGLOW-MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora