Sentí la dulce y delicada brisa acariciando cada uno de mis cabellos, haciendo que mi vestido flotara y provocando una sensación de calma pura.
—Jane, esperaba por ti... —Una voz en off se dirigía hacia mí, retumbando en los aires, como si viniera desde el cielo
—¿Quién? Dime quién eres...
No podía detallar su rostro. Era una sensación extraña, como si lo conociera, pero a la vez no. Extendió su brazo hacia mí, dejándome ver una inscripción tallada en su brazo: "E.D.".
—¿Qué significa?
—Dolió mucho, ¿sabes?
—¿El tatuaje?
—No es un tatuaje. —Volví a mirar y esta vez cambió a otra sigla. El chico comenzó a retorcerse de dolor cuando las siglas cambiaban, cada vez con más rapidez.
—¡Ay! Dime qué hago... ¡¿Qué puedo hacer para ayudarte?! —grité con desespero.
—Metal... —dijo una voz femenina a mi espalda—. Metal y sangre.
—¿Qué? —regresé a mirarlo, pero ya no era el mismo chico. Ahora Valeria y Emma estaban detrás de mí con una vara de metal en la mano. «Conozco bien esa vara»
Una punzada en mi rodilla me tiró al suelo, haciendo imposible que me levantara del piso.
—¡Basta, Emma, ya basta!
—Tranquila, soy yo. —Giré abruptamente mi cabeza, encontrándome con el chico nuevamente.
—¿Quién eres, qué significa "E.D."?
—E.D. de: "Es hora de despertarse niña, Dios mío". —Sentí una almohada estrellarse en mi cara, despertándome por completo de un susto.
—¿Q-q-qué? ¿Qué hora es?
—Hora de levantarse, niña...
—Agh, no quiero, Luz.
—Ah, no, señorita, por supuesto que quieres. Y vas a querer más aún cuando te diga quién está allá abajo, esperando a su... princesa. —Me levanté de golpe y corrí hacia mi ventana, la cual tenía una vista panorámica, que justamente coincidía a mi jardín trasero, en la terraza.
Ethan estaba sentado en una silla, abriendo un libro mientras esperaba.
—¿Está leyendo?
—Por algo es tu tipo, ¿no? —Puse los ojos en blanco y me dirigí al baño rápidamente. Intenté hacer todo lo más rápido posible, si Ethan se llegaba a encontrar con mi padre estando a solas, no sé qué pasaría.
Probablemente, estallaría la tercera guerra mundial, o mi padre pondría cianuro en su comida sin que Ethan se diera cuenta. Quizás, le revisaría a Ethan su bolso de la escuela, buscando algún objeto criminal como prueba de que no debo salir con él.
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El Beso.✓ (tomo 1 y 2)
Roman pour Adolescents[Primer libro] Ethan Dalaras. «Mi magnífico», así es como lo llamé. Sus intrigantes ojos, esa deslumbrante sonrisa y ese cuerpazo que tiene son mi absoluta perdición. De su voz no puedo decir mucho, ya que no hemos hablado ni una vez en la vida. C...