Baja las escaleras despacio, bostezando y pasando sus manos por sus ojos un número incontado de veces para desperezarse.
Isabelle ha dormido esta noche mejor que nunca. Ezra llego esa noche, después de salir a montar a caballo con Natalie y pasaron la noche juntos.
Una noche pasional y muy muy larga.
Ezra le ha pedido discrepción, no es normal que dos personas que viven en la misma casa mantengan esa relación tan activa.
Pero a ella le da igual, ¡Por fin es suyo! Aun que no sea así del todo.
Él solo es suyo cuando él quiere. No hay paseos por el bosque, ni baños en la laguna, ni paseos en carruaje, mucho menos besos en público o alguna muestra de afecto significativa.
Pero, al menos, la busca por las noches y mantienen relaciones.
Aunque tampoco sea así del todo. Solo llevan dos noches, esta, y el día de la fiesta de Lucrecia.
¡Pero está muy feliz y sabe que habrá mas!
En su camino de felicidad, luz y color, se cruza con Natalie, cuya cara es un poema literalmente.
-¡Buenos días, Natalie! -Grita con felicidad, haciendo sobresaltar a Natalie por la sorpresa de saludarla.
-Serán para ti. -Contesta la aludida con desgana.
-¡Uy que borde! ¿Has dormido mal? -Le pregunta burlona.
Natalie, que no está para bromas, la mira de soslayo, asesinándola con la mirada.
-Como si te importara.. -Responde y sigue caminando escaleras arriba.
Isabelle, que no piensa dejar pasar la oportunidad de decirle lo contenta que está por alto, la detiene.
-¡Pues si que me importa! -Grita feliz. Natalie se da la vuelta y alza una ceja en señal de pregunta. -Ahora vamos a ser cuñadas, y todo lo que venga que ver con mi amado, tiene que ver conmigo.
Isabelle sonríe feliz y da palmaditas como una niña pequeña. Natalie, por el contrario, está petrificada, mirando a la niñata infantil que tiene delante de ella aplaudirse a si misma.
-¿Me disculpas? -Le pregunta a Isabelle que deja de aplaudir para mirarla con curiosidad
Natalie no espera la respuesta de Isabelle y corre escaleras arriba bajo la atenta mirada de su primastra.
Cuando llega a la habitación de Ezra, abre sin llamar y cierra la puerta detrás de ella.
-Adelante, no te cortes, como si fuese tu habitación. -Comenta el chico con sarcasmo mientras se coloca la corbata.
-Cállate. -Le recrimina ella, furiosa. -¿Cuando pensabas contarme que Isabelle y tú sois pareja?
-¿Que Isabelle y yo qué? -Ezra mira a Natalie como si estuviese loca.
-Eso es lo que dice tu "novia" por ahí. -Hace comillas con los dedos en la palabra Novia con molestia.
-Después dirás que no estás celosa.
-No estoy celosa. -Natalie se relaja y suspira. -Pero odio que no me cuentes las cosas..
Por primera vez desde que Natalie entró en su habitación, Ezra la mira a los ojos, buscando un signo de mentira, pero no encuentra absolutamente nada.
-Si que estás celosa, te conozco.
Natalie alza una ceja.
-¿tu a mi? ¿de qué me conoces tu a mi?
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Corazón de oro.
RomansaCuando Natalie se va con su padre a vivir después de la muerte de su madre, sabía que nada iba a ser fácil en aquella casa. Lo que no se esperaba era la cantidad de encontronazos, tanto sexuales, como amistosos, de amores prohibidos, o de rivalidad...