Capítulo 35 "Un placer conocerte de nuevo"

514 21 2
                                    

El contrato.

Capítulo 35.

“Un placer conocerte de nuevo”

{_____}

El camino hasta el restaurante fue silencioso, ninguno sabía que decir.

— ¿Por qué?—pregunto rompiendo el silencio.

— ¿Por qué, qué?

—Quieres ir a comer conmigo, porque estás actuando raro.

—_______ vamos a tener que convivir por mucho tiempo, lo mejor va a ser llevarnos bien, podríamos ser amigos. Te propongo empezar de nuevo, cómo si recién nos conociéramos, ¿Qué dices?

¿Por qué no?, cómo él dice, vamos a tener que convivir por mucho tiempo.

—Está bien, un placer conocerte de nuevo —digo.

—Un placer Lovato.

—Agh, pero no digas mi apellido, ya lo estoy empezando a odiar.

—Aunque seamos viejos voy a seguir diciéndote Lovato.

—Entonces tendré que buscar un apodo para ti, ¿Qué tal Biebs?

—No, vas a quedar muy puta si me dices así.

—¿Por qué?

—Porque solo las putas me dicen así.

—Tengo más apodos, imbécil, idiota, inmaduro, tarado…

—Para ahí bonita, quiero un buen apodo.

—Pues no sé.

—Dime Bizzle, así me dicen mis amigos.

—Pero es muy de nigga.

—Yo soy una nigga.

—No, eres un intento de nigga, y ni siquiera eres negro.

—Auch, eso dolió.

(*)

— ¿No te sientes incómodo? —pregunto a Justin.

Estamos sentados en una mesa alejada de las demás y aún así la gente nos mira.

—Bastante, ¿no quieres irte?

—Sí, pero tengo hambre.

Una sonrisa se forma en su cara.

—No te preocupes, tú sólo sígueme y saldremos rápido de aquí—dice levantándose.

— ¿Qué planeas?

—Ven—dice caminando a la cocina del restaurante.

¿Qué mierda hace?

Lo sigo hasta entrar a la cocina y veo como conversa con un mesero. Se van al baño y cuando salen noto que han cambiado sus vestimentas. El mesero viste las prendas de Justin y sus lentes de sol y Justin viste el elegante uniforme del mesero.

— ¿Por qué el cambio?

—Ahora te toca a ti—dice mientras me empuja al baño junto con una mesera.

—Yo tampoco sé que pasa, sólo que tu novio nos va a pagar por cambiar nuestras prendas—dice la mesera.

—Está bien—digo confundida.

Nos cambiamos y volvemos a la cocina. Veo a Justin entregándole las llaves de su auto al mesero.

— ¿Se puede saber por qué estás haciendo todo esto? —pregunto.

El contrato °J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora