Prólogo

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El zumbido de las maquinas retumbaba en los oídos de los científicos. La lluvia chocaba contra los cristales haciendo llorar a los bebés.

Esos inocentes ocho bebes que no recordarían su estancia en ese extraño lugar.

Los ignorantes padres esperaban sentadas en la fila de sillas de cristal opaco tratando de calmar a los niños.

La científica de pelo recogido a la perfección y gafas en el puente de la nariz mando coger a los niños y llevarlos a aquella sala blanca que invadiría sin remedio los futuros sueños que los niños tendrían.

Lo que ocurrio en esa sala es algo que por  mucho que se intentará, nunca podría desaparecer; algo que marcaría las vidas que acababan de empezar de esas ocho personas para siempre.

No solo por el asesinato de sus padres unos segundos después de dejar a la científica con los niños; sino por lo ocurrido a poco metros de distancia. Aquella científica una vez terminó con los bebés mandó que se los llevaran donde esparaban los que serían sus nuevos padres.

Esos tenían la ordén de no hablar sobre esa noche y llevarles al Internado una vez cumplidos los diecisiete años.

Diferentes: PoderososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora