Después de una larga comida entre viejos amigos, Aurora y yo nos dirigimos a mi habitación. Ha llegado el momento de elegir mi vestido para el baile, junto a los zapatos y complementos. Ella eligió el suyo antes de venir. Igual que en mi caso, a ella también se los hace a medida su costurera.
— Emma, no sabes la suerte que tienes...—dice Aurora, tumbada en mi cama mientras yo busco los vestidos que más me gustan.
— ¿Por los vestidos? Si hay alguno que te guste te lo puedes quedar—ella me sonríe.
— Gracias, pero... no me refería a eso...—baja la mirada y sé que algo le pasa. Me siento en la cama, a su lado.
— ¿Qué ocurre, Aurora?— suspira.
— Verás... unos días antes de venir mi padre me dijo que posiblemente me tendría que casar con un príncipe de no sé qué reino... Ni si quiera le conozco... Yo quería casarme con mi verdadero amor, ¿sabes?.
— Aurora, cielo, ¿lo has hablado con tu padre?—ella niega con la cabeza— Pues debes hacerlo. Estoy segura de que lo entenderá.
— Pero... es por el reino...
— Si hay algún problema con vuestro reino mi padre os ayudará. Nuestro reino está con el vuestro. No permitiremos que te obliguen a casarte con alguien a quien no quieres, ¿vale?—ella asiente, sonriendo un poco— Ahora...¿quieres ayudarme con el vestido?.
***
Ha llegado la hora. Todo está preparado. Aurora y yo estamos vestidas, arregladas y hasta un poco maquilladas. Al final he elegido un vestido rojo y llevo el pelo recogido, aunque dos tirabuzones caen de los lados de mi cabeza. Tengo que reconocer que estoy muy guapa. Las dos lo estamos.
Cuando estamos a punto de bajar al gran salón donde todo el mundo debe estar ya reunido, nos sorprende el "toc toc" de la puerta. Mi madre entra a mi habitación.
— ¡Vaya, estáis preciosas!—se acerca y me da un abrazo.
— Usted también lo está— dice mi amiga.
— Aurora, ya sabes que puedes tutearme. Te conozco desde que eras un bebé—ella asiente— Bueno... ¿estáis preparadas?.
— Qué remedio...—suspiro. Mamá me sonríe, consiguiendo darme un poco de fuerza. Estoy de los nervios.
— ¿Vamos?—dice Aurora a mi lado. Yo asiento y empezamos a bajar.
La música penetra en mis oídos a medida que vamos bajando los pequeños escalones, con cuidado de no caernos con el vestido y los tacones. Cuando llegamos al salón la música deja de sonar, alguien ha hecho parar a los músicos. Todo el mundo se gira hacia donde estamos, consiguiendo que me ruborice. Mi cara debe ir a juego con el color del vestido ahora mismo.
Papá aparece a mi lado, cogiéndome de la mano y haciéndome acompañarle hasta el centro del salón. Intento no mirar a mi alrededor; hay demasiada gente.
— Gracias a todos por asistir a esta celebración. Es un orgullo y un honor para mí tener una hija como tú, Emma. No podría estar más feliz de ser tu padre—noto cómo se humedecen mis ojos. Las palabras de papá están haciendo efecto en mi corazoncito— Y por ellos, ha sido un placer celebrar tu décimo octavo cumpleaños de esta forma, con tantos ciudadanos y amigos. Feliz cumpleaños, cariño—Papá me da un beso y un abrazo. Todo el mundo aplaude y gritan "Feliz cumpleaños, su Alteza" o "Feliz cumpleaños, Emma"— Disfruta de tu día, pequeña—sonrío una última vez a mi padre antes de que alguien toque mi hombro.
— ¿Me concede este baile, princesa?—es Grumpy, uno de los 7 enanitos amigos de la familia.
— Será un placer—sonrío y empezamos a bailar.
— No he podido felicitarte antes, así que, ¡felicidades, pequeña!—sonrío.
— Ya no soy tan pequeña, Grumpy.
— Para nosotros siempre serás nuestra pequeña Emma.
Seguimos bailando hasta que acaba la melodía. Grumpy me dice que va a aprovechar la oportunidad para bailar con Nova, un hada que parece gustarle bastante. Le deseo suerte y se va.
Nada más irme vuelven a tocarme el hombro. "Dios, no quiero bailar otra vez", pienso. Me giro y me encuentro con esos preciosos ojos azules que, aunque no quisiera reconocerlo, no me podía sacar de la cabeza desde que los vi. De cerca son incluso más perfectos.
— ¿Me concede este baile... Swan?—me ruborizo un poco y me muerdo el labio inferior, nerviosa.
— Será un placer—sonríe al oírme decirlo. "Y tanto que será un placer".
Killian posa su mano derecha sobre mi cintura y con la otra me coge la mano. Yo junto mi mano con la suya y la otra la coloco sobre tu hombro. Empezamos a bailar, al compás de la melodía, sin apartar los ojos el uno del otro. Damos vueltas y vueltas. El resto de asistentes al baile parece desparecer; solo estamos él, la música y yo. Me pierdo tanto en las profundidades de su mirada que no oigo lo que me dice.
— ¿Emma?— parpadeo un par de veces seguidas.
— Perdona, ¿decías algo?— noto cómo mis mejillas se van tiñendo de rojo otra vez. Él sonríe.
— Decía que hace un poco de calor aquí. ¿No te parece?—asiento. No sé si es el tenerle tan cerca o el estar bailando pero estoy bastante acalorada.
— ¿Quieres ir al jardín? Es precioso y muy grande. Allí seguro que hará fresco—sonríe.
— Será un honor, Miss Swan—me ruborizo por la forma en la que lo dice.
Nos dirigimos a la puerta para salir del gran salón y busco a Aurora con la mirada. La localizo bailando con un joven bastante apuesto. Ver sonreír a mi amiga mientras baila, ver lo bien que se lo está pasando, hace que esta celebración sea mucho más agradable para mí.
Llegamos al jardín y el poco aire que pasa me produce pequeños escalofríos y mueve ligeramente los mechones de pelo que se escapan de mi recogido. Me siento en un banco de piedra y Killian se sienta a mi lado, antes pidiéndome permiso con la mirada. Después de unos segundos de silencio incómodo y sintiendo su mirada fija en mi rostro, decido romper el silencio.
— Oye... siento haberte mentido esta mañana acerca de mi apellido—sonríe levemente.
— No se preocupe, su Alteza—ruedo los ojos.
— "Su Alteza" no, por favor. Hace que me sienta como una princesa—él se ríe.
— Eres una princesa, Emma. De todo el reino, además.
— Es que... —suspiro— no me gusta que me traten diferente por serlo... Quiero decir, me gustaría que me tratasen... normal, supongo— él asiente.
— ¿Sabes? Creo que no hemos sido formalmente presentados—dirijo de nuevo mis ojos hacia él, ya que estaba evitándolo para no quedarme empanada de nuevo— Mi nombre es Killian Jones y soy teniente de la marina de un reino cercano.
— ¿Teniente?— él asiente.
— Pero como tú, prefiero que me traten como a un marinero más. Mi hermano Liam es el único que lo hace, por desgracia—sonríe— Creo que ahora te toca a ti presentarte.
— Pues... mi nombre es Emma Nolan... y soy la princesa de este precioso castillo—digo, señalando el castillo con la mirada.
— El castillo no es lo único precioso que hay por aquí—dice en susurro. Me ruborizo un poco.
— ¿Perdón?.
— Nada, nada—sonríe.
Le miro de nuevo a los ojos y me quedo completamente perdida en ellos.
Pues aquí está el tercer capítulo y mis feels cuando escribo a Killian me pueden. Espero que os haya gustado. Dejad comentarios, si queréis (?) Un besito :3
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The princess and the sailor (CaptainSwan)
FanfictionÉrase una vez, en un reino llamado El Bosque Encantado, fruto del amor verdadero que se profesaban el príncipe David, más conocido como Charming, y su mujer, la princesa Snow White, nació una pequeña muchacha a la que llamaron Emma. Poco a poco, la...