Pasó Navidad y Año nuevo fuera de casa, pero cerca de ella sin que lo note.
Una mañana de domingo, a inicios de febrero, donde el invierno golpeaba con mayor fuerza, salió de casa para verla en el invernadero. Ella solía estar allí hasta el medio día contemplando las flores, pero luego de una hora exacta que marcó su reloj, decidió ir a la cafetería porque si ella dañaba su rutina siempre se debía a que iba a visitar a ÉL; aquello sólo había pasado tres veces en todo el tiempo que la miraba después de clases, pero siempre le provocaba náuseas y unas casi incontenibles ganas de tomarla del brazo y alejarla de ÉL.
Siempre estaba a simple vista, lo acompañaba una gorra y lentes de color rojo, tomaba asiento debajo del único árbol en esa calle o en la mesa más lejana del café y llevaba consigo un libro diferente cada semana así como el cuadernillo y una libreta.
Abrió el cuadernillo y leyó por vigésima vez, pero no había más que unos dígitos bajo el título. No había querido avanzar en la lectura del diario porque no comprendía esos números.
"PASO TRES: Esperar con paciencia"
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Pasó otra hora exacta y tampoco apareció. Algo no le agradó. Algo le decía que había sucedido algo, pero era imposible que le hubiera ocurrido algo si el día anterior la vio llegar al departamento después de visitar a Karin en el centro de la ciudad.
La había dejado sana y salva dentro de su hogar, la vio entrar en el departamento 306 del Edificio Sur de la calle Kurotsushi a las siete de la noche. Era imposible que le hubiera ocurrido algo.
Algo le decía que fuera al departamento de Hinata, que tocara la puerta y ver esa sonrisa. No le iba a dar importancia a la incomodidad. Después podría dar una excusa estúpida, lo importante era verla en el departamento. Pero cuando se iba a levantar de aquella lejana silla, la campanilla sonó y entró ESE. Una persona que odiaba porque podía hablar con Hinata durante clases con completa libertad, que podía abrazarla para saludar y que podía decir su nombre sin temor a sonar como un idiota.
— ¿Está Naruto? —dijo el joven de cabello marrón con un toque de impaciencia a otro camarero del lugar.
Justo en ese momento salió ÉL. El sujeto que la podía tocar, que la besaba, que tomaba su mano, que, tal vez, ya la había hecho suya con palabras burdas para convencerla.
— ¿Quién me...? ¡Eh, Kiba! ¿Qué te trae...?
Sasuke volvió a tomar asiento y su mirada no fue la única que enfocó al rubio musculoso y al muchacho de secundaria con el uniforme desordenado.
— ¿Estuviste con ella ayer? —dijo Kiba sujetando la camisa de Naruto. — ¡Dime qué estuvo contigo ayer!
Naruto lo apartó casi de un empujón.
— ¿De qué hablas?
— ¡Dime que está en tu departamento! —Gritó Kiba lleno de pánico llamando la atención de los clientes que estaban incluso afuera de la cafetería.
—Dijo que estaría con Karin por la tarde y me envió un mensaje cuando llegó a su casa. ¿Por...?
— ¿A qué hora fue eso?
—Pues... Como a las ocho de la noche o algo así.
Kiba bajó la mirada todavía más angustiado, tirando del cabello con la sensación de quererse arrancar el cuero cabelludo con todo y cráneo. Naruto lo tomó del brazo con rudeza.
— ¿Qué sucedió? ¡Qué sucedió, de veras!
Luego de zarandearlo un poco, Kiba levantó la mirada llena de rabia y dolor.
—Dijo que la vaya a ver para hacer una tarea y... ¡La cerradura estaba forzada! ¡Todo desordenado! ¡Ella no...!
Naruto quedó en blanco y lo sacudió de nuevo exigiendo que se fuera y que no dijera más pendejadas. Kiba se soltó con un fuerte tirón, le dio un puñete en toda la mejilla sin lograr tumbarlo y salió de la cafetería con unas inconfundibles ganas de llorar que no permitió mostrar. La mirada de Naruto quedó perdida un momento. Cuando se acercó un compañero, el rubio lo empujó y sacó el celular.
— ¿Naruto? —dijo su compañero, pero en lugar de responder salió de la cafetería como si el diablo se llevara su alma sin consentimiento.
— ¿Recuerdas lo que hiciste después de verla llegar a su departamento?
La voz a un lado de su silla lo sobresaltó. Sasuke tenía la mente en blanco por lo que había escuchado así que la presencia de su hermano en la misma mesa fue una pregunta que nunca llegó a su parte consciente.
— ¿Ya leíste tu propio diario? —agregó Itachi con un tono sereno.
Sasuke miró a su hermano a los ojos por unos segundos, luego tomó la libreta y la abrió con un toque extraño. Algo le decía que no lo hiciera.
Habían tachones, números, palabras dispersas. Todas las oraciones incomprensibles tenían su bello nombre y al final, en la última página, estaba una frase simple que lo levantó de la silla con premura y que lo llevó directo a esa casa vacía en donde alguna vez existió una familia.
Con los ojos vendados, atada a una silla, vestida con una pijama celeste estaba ella. Temblaba y sus sollozos se metieron por sus oídos con la intención de hacerle sangrar los tímpanos. El libro, el cuadernillo y la libreta se rodaron de sus manos y provocaron un eco sordo que la sobresaltó.
— ¿Quién... e-e-está allí? —murmuró aterrada y la venda en sus ojos comenzó a humedecerse.
Sasuke abrió los labios para decirle que estaría a salvo, que la sacaría de allí, que todo volvería a ser como antes, que ya no debía sentir miedo, pero una pata huesuda le cubrió la boca y lo empujó contra el suelo provocando que el golpe contra el concreto le hiciera un corte en la frente y lo deje momentáneamente mareado.
"Ella es mía. Yo la vi. Yo la cuido."
— ¡Que le...! ¡AAAAAAAHHH!
El monstruo le torció el brazo hasta que el 'crack' de la dislocación retumbó en todo el sótano. Ella contuvo un pequeño grito.
"Ya tengo a uno, me faltan dos más y no habrá quien la aleje de mi lado jamás."
Hubo un golpe seco de madera, el aroma a sangre se esparció rápidamente por todo el sitio y lo único que se podía escuchar eran los sonidos ahogados de alguien a quien la mandíbula le colgaba y de cuya boca brotaba aquel hierro carmesí que manchaba la camiseta blanca del uniforme.
En el suelo la última página de la libreta tenía manchada de sangre la frase:
"Prepárate que llegarán a casa por ella."
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Paso a paso: Que alguien se fije en ti.
أدب الهواة》Cuatro simples pasos para acercarse a esa persona. 》Garantizo que si los cumples al pie de la letra esa persona te notará. 》Lo que quieras hacer después depende de ti. ¡SUERTE! _________________________________________________ * Historia escrita pa...