EL DIARIO

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Sasuke estaba en la sala haciendo su tarea como ya era costumbre al llegar de la escuela. De pronto escuchó la puerta y saltó del sillón para recibir a su hermano.

- ¿Atrapaste a alguien? -expresó curiosamente exaltado.

Itachi dejó la gabardina en el perchero y le revolvió el cabello con una corta y algo distante sonrisa.

-No aún. ¿Terminaste la tarea?

Sasuke empujó su mano con un poco de agradable molestia.

-Sólo unas multiplicaciones más y ya.

Itachi caminó hacia la cocina y Sasuke lo siguió cual animado cachorro.

-Buenas tardes, madre.

Mikoto le sonrió con dulzura y le pasó un vaso con jugo recién hecho.

-Día difícil por lo que veo, cariño.

Itachi no respondió.

- ¿Detrás de quién vas, hermano? ¿Ladrón? ¿Asesino? ¿Puedo ayudarte como la última vez?

El microondas sonó y Mikoto sacó el almuerzo para dárselo a su hijo mayor.

-Sasuke, cielo. El caso que tiene es difícil y está cansado. Déjalo que descanse de ello ahora que está en casa.

- ¡Pero!

Itachi dejó el tenedor a medio camino, levantó la mano y Sasuke lo miro. Luego un par de dedos empujaron la frente del menor y una sonrisa cansada apareció en esos ojos oscuros y algo demacrados.

-Será luego, Sasuke. Lo prometo.

El menor de once años infló los cachetes y con una segunda llamada de atención de su madre regresó a la sala a terminar su tarea.

. . .

Sasuke estaba arreglando su habitación como cada viernes. Más aún si Suigetsu iba a ir a casa por una pijamada, por lo que tenía que ocultar sus más importantes cartas de colección o su molesto amigo le dañaría otra como la última vez. Unas pisadas características llamaron su atención y corrió al pasillo. Vio la espalda de Itachi entrando a la habitación de enfrente.

- ¿Cómo te fue? -dijo con emoción pero su hermano no le respondió y simplemente cerró la puerta.

Sasuke hizo una mueca y volvió a su tarea de ocultar las cartas.

Horas más tarde Sasuke llegó a la sala con un nubarrón y una sonrisa de satisfacción.

- ¿Por qué la actitud, hijo? -Preguntó su padre que miraba las noticias en la televisión.

-Suigetsu llamó y dijo que no vendrá porque su padre lo castigó. Estoy enojado porque pasé toda la tarde escondiendo mis cartas para nada. Al menos estará castigado todo el fin de semana.

Fugaku hizo un gesto sin importancia y sin dejar de mirar las noticias. Sasuke contempló a su padre y luego de un ligero sonido en el comedor se dio cuenta que la pregunta no había sido para él. La tristeza cambió por alegría cuando vio a Itachi sentado a la mesa con un sánduche. Saltó del sofá cual resorte y corrió a su lado.

- ¡Hermano! ¿Puedo ayudarte? ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!

Fugaku hizo un corto sonido que ambos hijos tomaron como un "Estoy escuchando las noticias". Itachi miró a Sasuke he hizo dos gestos con su mano: uno, el dedo en los labios, y el otro para que lo siga a la cocina.

- ¿Qué hizo Suigetsu? -preguntó mientras le preparaba un sánduche a Sasuke.

-Oh, pues. Rompió el trofeo que su padre tenía en la pared. Ya sabes. El primero de pesca que ganó.

Paso a paso: Que alguien se fije en ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora