Capítulo 9

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El clima de otoño era nublado, aquel cielo amenazaba con brindar una ligera lluvia en todo el pueblo de Arendelle, aunque aquel día de otoño todos sin excepción se encontraban reunidos en una pequeña colina donde se veía dos grandes rocas con los nombres de los reyes grabados.

La princesa de cabellos naranja se encontraba al medio de ambas tumbas mientras el sacerdote continuaba con sus plegarias para los difuntos reyes. Anna cerró los ojos mientras unas lágrimas se escapaban de ellos, vino en ese momento un recuerdo que desde ahora prefería olvidarlo.

"Anna observó desde su ventana como Kristoff entraba al palacio junto a un joven y sobre Sven, a su vez vio como una escarcha salía en el piso, intuyo que su hermana se encontraba con ellos. Corrió rápidamente a recibirlos junto con Kai y Gerda. Anna antes pidió que por favor nadie más ajenos a ellos los recibieran.

- ¡Elsa! – exclamó preocupada Anna mientras corría hacia los muchachos que ya se encontraban dentro del castillo junto a Sven.

- Anna... - la joven rubia miró desorientada hacia donde había escuchado aquella voz, finalmente se encontraba en casa, en eso la joven rubia empezó a llorar mientras unos copos de nieves giraban alrededor de ella, Gerard la ayudo a bajar del reno, mientras Kristoff miraba preocupado.

- Elsa, tranquila ya estás en casa ¿Dónde están papá y mamá? – preguntó preocupada la joven pelinaranja.

La rubia sentía que nuevamente sus fuerzas se iban mientras más copos de nieve giraban a su alrededor y parte del piso del castillo se congelaba, Gerda y Kai que se encontraban ahí miraron asombrados a la princesa Elsa, pero a la vez preocupados.

- Lo siento Anna, es mi culpa... - el llanto continuo sin que salga más palabras de la rubia, Anna tenía una fuerte punzada en el pecho, tenía miedo de seguir escuchando lo que intuía que quería decirle su hermana.

Gerda y Kai sugirieron que era mejor que la princesa Elsa descanse en su habitación. Así que sin más tiempo, la llevaron ahí, mientras Gerda se quedó con ella para cuidarla hasta que conciliara el sueño.

Anna, junto a Kristoff y el misterioso muchacho, miraron la puerta de Elsa. Anna colocó su mano sobre ella, esperando que su hermana pronto se recuperara del shock que vivía. Antes, la princesa pidió a Kai, que tanto él como Gerda, guardaran el secreto de su hermana.

- Te agradezco que ayudaras a Elsa de todo corazón, me alegra saber que alguien la pudo proteger, antes te quiero hacer una pregunta ¿Cómo supiste de los poderes de Elsa?

Kristoff al igual que Anna observaron al muchacho, esperando que les contara su historia.

- Soy un amigo que conoció la princesa Elsa en Romerike, soy Gerard Lunger, pianista, disculpen previamente mi descortesía por no presentarme. Supe de sus poderes por un incidente que salvo la vida al rey de Romerike. Después de ello los reyes me pidieron que los acompañara en su viaje a Arendelle para preparar una sorpresa por el cumpleaños de Elsa... pero no imaginamos que nos cogería una tormenta en altamar.

- Entonces tú estuviste en el barco junto a los reyes y Elsa. – comentó sorprendido Kristoff.

- Sí, vivimos una odisea ese día, a decir verdad entiendo el shock que esta pasando Elsa en estos momentos... incluso yo desearía borrar de mi memoria lo vivido ahí... pero el estado en que se encuentra Elsa, creo que en parte es mi culpa – comentó notablemente afligido el joven mientras Anna lo miraba del mismo modo.

- Gerard... te lo suplico, dime la verdad... ¿Dónde están mis padres?

Gerard miró por un instante a la princesa Anna con mucho pesar, realmente no sabía si debía volver a pronunciar aquellas palabras que pusieron en shock a Elsa cuando ella también preguntó por ellos.

Mi Primer AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora