te presento al amor de mi vida.

CP1: juego de tres

P.O.V DULCINEA

lo seguí viéndo otro momento tan fijamente, aquel gato Era tan misterioso y serio...muchos decían que yo era la única a la cual le se había abierto y contado sus temores y pasados..pero no, el seguía conmigo siendo igual de cerrado, pocas veces eran las que dejaba mostrar su tristeza, sabía que él debía tener algo...algo más que ser un huérfano.

-bien, calle limpia- gato se limpió las manos luego de acabar con un grupo de ladrones pasajeros, yo me encontraba sentada en una baranda mirándolo con cariño.

-perfecto gato, ¿Ahora seguimos?- pregunté amistosamente bajando de la baranda y alisando el vestido con los patas.

El solo me miró un momento.

-¿Todo bien?- insisti moviendo una pata frente a su cara, yo podía llegar a ser muy impaciente.

-si, solo que... quería proponerte algo- gato tomo una de mis patas y me miró a los ojos, mi corazón comenzó a latir con velocidad, era tan bello.

-¿si?- mi voz parecía de una niña pequeña.

-pensaba que...tal vez...querrías acompañarme a mí pueblo, volver solo no es una opción, tu compañía sería muy bueno- dijo gato sonriendo dulcemente

Formé una sonrisa rápidamente, Sería un gran momento para unirnos más ¡Tiempo juntos! Es lo que más quería, ya que todo el tiempo estábamos combatiendo con ladrones, ya casi no quedaba tiempo para nosotros.

-¡Siiii! Por supuesto gato- me lance a abrazarlo como nunca, parecía que estaba soñando, no me creía muy bien lo que sucedía.

-bien, ¿Partiremos en la mañana?- pregunto una vez más, moví mi cabeza repetidamente

Nos tocaba acampar, casi siempre lo hacíamos, ya que estar constantemente en movimiento no nos permitía dormir en el mismo sitio

Gato armó una fogata y yo me calentaba frente a ella.

-¿Como era tu vida antes de conocerme gato?- lo tome por sorpresa, el me miró un momento y luego la fogata sus ojos verdes se mezclaban con el brillo del fuego.

-¿Que dices? ¿Como que mi vida antes de conocerte?- hablo perdido el gato naranja, yo sonreí ante su actitud.

-osea, ¿Que era de tu vida?- volví a explicar.

Gato miró el fuego, se volvió un trance para él, comenzó a asustarme pués duro un rato largo en esa posición, no respondía a mis llamados y eso me daba miedo.

-¡Gato!- grite otra vez asustada, esta vez él levantó la cabeza y me observó, un suspiro salió de su boca para luego darme la espalda.

-descansa, mañana te enseñaré un poco más con la espada, san Ricardo no es un patio de juegos- su voz era ronca y brusca, no entendía porque ese cambio en el

Lo miré como se levantaba y apagaba la fogata con un poco de tierra -gato...- fue muy tarde cuando intenté hablar, él se había hido a dormir al otro lado del refugio.

Solté una queja en silencio y miré el piso.

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Por la mañana nos levantamos temprano, habíamos estado practicando las estocadas, no eran tan mala, pero me faltaba entrenamiento eso seguro.

-te falta velocidad, al atacar debes mirar al oponente no a su espada- me explico, era verdad no sabía porque, pero miraba más el arma que al que atacaba, gato volvió a mandarme una estocada, intenté bloquearla pero me engañó cambiando de dirrección, me cubrí pensando que me cortaría -ataca sin miedo dulcinea, si temes solo le estarás dando ventaja al atacante- dijo gato entre la pelea