Capitulo I

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"Pero Jade, es demasiado aburrido convivir con esos niños"

"Je, lo se Floyd, pero recuerda que no podemos faltar a la escuela"

"Mmm, aburrido"

Aburrido

Las pequeñas anguilas siempre había visto el mundo como algo aburrido, sin brillo, un conjunto de ciclos entre el día y la noche que solo pasaba mientras el cielo se oscurecía y volvía a brillar siendo apenas pequeños momentos los que valían la pena de disfrutar cuando encontraban algún objeto interesante o algún "ente" que despertara su interés, pero, esa ilusión que tenían en un principio era rápidamente opacada cuando se daban cuenta que poco a poco el objeto se volvía menos llamativo hasta que el brillo original se apagaba.

Floyd solía ser el primero en perder la motivación, así como su carácter errático, un día podía obsesionarse con algo y al otro, desecharlo y pisotearlo, como si el interés nunca hubiera estado ahí. Jade era más discreto, le gustaba observar las cosas, analizarlas, en su mente ya había diseccionado aquello que llamaba su atención, pero, al igual que su hermano, esta nunca permanecía el tiempo suficiente en un lugar, al final, volvía encontrar esas similitudes entre los objetos de su cuidado y el fuego lentamente se extinguía. Incluso desde el inicio, cuando eran todavía pequeños fragmentos encapsulados de lo que alguna vez serían unos jóvenes anguila sus hermanos los aburrieron, encerrados, solo esperando el nacer, sobrevivir, sin una motivación exacta, viviendo a la intemperie del mundo sin darse cuenta que las garras de este los iba a sostener y aplastar, mientras ambos ya saboreaban en sus encías la necesidad de salir y descubrir, de tragarse aquel monstruo a bocados, unirse a aquel juego y ganar. Tal vez por eso Floyd había elegido a Jade o Jade a Floyd, no sabían, solo vagos recuerdos de saber que se pertenecían el uno al otro, que compartían la misma visión de la vida particular y a partir de entonces, nadie pudo separarlos, pero, conforme pasaban los años, lo que creyeron alguna vez que era un mundo con el que podrían luchar y entretenerse un rato, se convirtió en un bocado demasiado pequeño, un aperitivo y entonces, las cosas simplemente comenzaron a ser...aburridas.

"Mira a esos tritones tontos, solo saben cantar, bailar, sus aletas se ven apetitosas pero seguro su carne es insípida"

"Floyd..."-escuchó el regaño de su hermano –"recuerda que no debemos hablar así de nuestros compañeros de salón, la maestra podría escucharnos..."

"¿Y qué? Ella igual debe saber tan mal como ellos"

"...eso tampoco te lo puedo negar"

Con una risita ambos se alejaron nadando, ignorando las presas que no valían la pena.

Y así pasaron los días, meses, años y entonces, ya estando en la primaria, un momento cuando pensaron que tal vez, nada valdría la pena, lo encontraron...

"Miren nada más a ese pulpo tonto ¡Ja!"

"Ni siquiera puede nadar bien debido a su peso, sus tentáculos parecen pepinos de mar"

"Y-ya basta"

"¿Seguro es un pulpo? Parece más una ballena ¡Jajajajaja!"

"Y-ya lo verán, yo...algún día..."

Desde lejos ambos observaban, acechaban y por algún motivo, no podían quitar sus ojos de aquella escena, había algo...particular, una picazón en sus bocas, un ardor en sus encías que los hacia salivar y sin darse cuenta hicieron sus labios sangrar, en ese momento no lo entendían y tal vez era un instinto primitivo heredado de su especie relacionado a la enemistad entre las morenas y los pulpos pero, sin comprender, su subconsciente había decidido, algo los llamaba y desde entonces, las cosas dejaron de ser un tanto aburridas...

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