Choker 📿 🔞 (TayNew)

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Los dedos de Tay temblaban mientras le abrochaba el collar a New. Era evidente que aquello no había sido idea suya.

De hecho, lo primero que preguntó fue si New estaba a disgusto con su vida sexual.

New le recitó el discurso que tenía preparado: le encantaba el sexo con Tay. Simplemente, de vez en cuando quería probar algo diferente. No, no se aburría con Tay. No necesitaba practicar eso para estar satisfecho. Pero estaría *aún más* satisfecho si Tay accediera (nótese el énfasis).

Tras un largo debate sobre peligrosidad, límites y prácticas seguras, New convenció a su novio agarrando una mano con las dos suyas, mirándolo a los ojos y murmurando:

  - No se trata de dejar de 'hacer el amor'. Al contrario. Es hacerlo con más amor si cabe, porque yo no se lo pediría a cualquiera. Sólo confío en ti. 

Y le convenció, claro. New tenía una gran confianza en su poder de persuasión.


Tay ajustó el collar, le dio un besito justo por encima y le dio la vuelta. New enfrentó a su novio palpándose el collar con una gran sonrisa.

  - Se siente genial -le aseguró- sólo aprieta lo suficiente. 

A continuación, llevó una mano a su nuca y le besó de improviso. Tenía que meterlo en situación y sabía cómo hacerlo.

Durante los siguientes minutos, Tay se olvidó del nuevo complemento. Besar a New, sentir su lengua juguetona, sus manos traviesas palpando su tonificado torso... todo aquello era algo a lo que ya estaba acostumbrado.

Sus muslos lechosos abiertos para él, la desesperación de sus besos apresurados, la excitación de New al acariciar, palpar y apretar su pecho moreno; el gesto de placer que contraía su cara cuando los dedos de Tay acertaban en el punto exacto dentro de él...

New estaba excitado y metido en la situación, pero también sentía una leve decepción aumentando minuto a minuto, a medida que Tay seguía comportándose como siempre.

¿Se le habrá olvidado? ¿O ya no le apetece? pensó New. Pero no sacó el tema. Mandaría el morbo al carajo.


Toda la decepción de convirtió de golpe en deseo cuando Tay se acomodó entre sus piernas abiertas y se detuvo justo antes de entrar. New alzó la cabeza y sintió un relámpago de deseo recorrerle todo el cuerpo.

Tawan se había convertido en Pete.



La mirada de Tay había cambiado. Sus ojos, esa forma intensa y oscura de mirarle. La expresión de deseo que torcía su boca. Con su magnífica polla erecta, el preservativo puesto, apoyada justo en su borde. Una mano apretando con fuerza su pierna (New sabía que le dejaría moratones). Todo en él delataba energía concentrada esperando a ser liberada.

No expresaba amor y cariño, como normalmente. Solo lujuria en estado puro.

Justo lo que New le había pedido.

Tay cumplió su papel a la perfección. ¿Su adorado novio quería sexo duro? Pues él se lo daría. Habían hablado largo y tendido de límites y fetiches. Solo esperaba estar a la altura.

Tay no tardó ni dos minutos en saberlo. Estaba a la altura, definitivamente.
New lo demostraba. Sus violentos empellones, descuidados y duros, le hacían lloriquear de placer. Sus manos apretando las muñecas de New arriba de su cabeza para someterlo lo hacían retorcerse inútilmente contra él. Se detenía, empujaba con fuerza, aumentaba el ritmo, en cuanto encontraba su punto se ralentizaba.

Todo ello sujetándolo con fuerza, gruñendo de placer y sacando los dientes de paseo por su piel blanca cada vez que New se atrevía a exigirle más (más duro, más rápido, más certero, simplemente más).

Tawan salió y azotó su trasero blanco cuando su novio se quejó. New dejó que le colocara a cuatro patas. Giró la cabeza hacia él y sintió que se mojaba más. Tay seguía en su papel. El flequillo pegado a la frente por el sudor, la mirada oscura de deseo animal, sus dedos curvándose en sus caderas hasta hacerle arañazos. Su magnífica polla, gruesa y perfecta, lista para llevarlo al éxtasis.

Solo con esa visión New sintió que se mojaba más. A este paso no le haría falta tocarse para correrse.

Fue su último pensamiento coherente.

El repentino empellón de Tay dejó su mente en blanco. El ritmo duro pero coordinado de su novio llenó su mente de una neblina de placer que embotaba su cerebro. Y cuando Tay finalmente se atrevió, le puso la mano sobre el collar y apretó, la neblina se convirtió en una humareda que dejó su cerebro fuera de combate.

Tawan era bueno follando. Muy bueno. Alzó bruscamente el torso de New tirando del collar hacia arriba, se agarró de él y empujó con todas sus fuerzas. Dos veces. Tres. Aflojó las manos, pero lo mantuvo sujeto. Embistió un rato más, luego apretó de nuevo.
New abría la boca, pero ni un jadeo salía de ella. Tenía los ojos en blanco. Su propia erección temblaba y salpicaba. Se sentía indefenso y vulnerable, completamente fuera de control, y era jodidamente maravilloso.

Como todo lo bueno, aquella parte duró poco. New no recordaba muy bien cómo llegó al orgasmo. Tay no aflojó las manos cuando tocaba; apretó un poco más, New sintió que le faltaba el aire en serio, y de repente, algo rozó su erección. Fue como una explosión. New alcanzó las nubes y perdió la conciencia de donde estaba.

No fue muy consciente de Tay soltando su cuello inmediatamente, saliendo de él, sacándose el condón y masturbándose sobre su vientre plano.

Sí sintió cuando Tay terminó de correrse y fue de inmediato a desabrocharle el collar. New se quejó y giró la cabeza para evitarlo.

  - ¿Pero estás bien, no? -le pregunta Tay, ansioso.

Su tono de voz ha cambiado. Su mirada también. Ha vuelto a ser el compañero cariñoso y suave que siempre es.

New intenta hablar, tose varias veces y lo intenta de nuevo:

  - Per-perfectamente -jadea- déjalo puesto. Me encanta. 

  - Bueno... -Tawan suspira y se deja caer hacia atrás, permitiéndose, ahora sí, disfrutar de su orgasmo-.

New se incorporó sobre las manos con un quejido. Cogió el paquete de toallitas húmedas de la mesilla de noche y procedió a limpiarse. Vio que Tay le miraba perezosamente desde su posición a su lado. New limpió su vientre, vio un arañazo nuevo y sonrió.

  - Has cumplido con todo... hasta me dejaste marcas.

 
New estaba orgulloso de su novio. Tay nunca le dejaba marcas, no era agresivo sexualmente. Era cariñoso y suave. Pero en cuanto New le pidió que lo fuera, Tay cumplió su papel a la perfección en todos los aspectos.

Sonriendo, New acudió a su lado y le limpió a él también.
Siguiendo una tradición que mantenían desde la primera vez que se acostaron juntos, New limpió su entrepierna y a continuación depositó un besito en su pene.

  - Buen trabajo, campeón.

Como cada vez, Tay sonrió con diversión. New se trepó hasta su lado y se tumbó junto a él.

  - ¿Hice lo que querías, Hin?

 
  - Sí, cariño. Cumpliste muy bien. Gracias por esto. De verdad.

 
  - Tay depositó un pequeño besito en su hombro- No hay que darlas. Estuvo muy bien para mí también.

  - En serio, Tay, accediste solo por darme gusto. Me escuchaste y estuviste de acuerdo con intentarlo. Gracias por darme esta oportunidad. 

Tawan giró la cabeza hacia él para mirarlo a los ojos, sonrió ampliamente y se encogió de hombros:

  - Bueno, en eso consiste el amor, ¿no, Hin?

DRABBLES DEL BL TAILANDÉS (TharnType, 2Moons2, Dark Blue Kiss...) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora