Aquí recopilaré las ideas sueltas que se me vengan a la cabeza cuando esté en modo fanboy con estos actores tan guapos que nos hacen fantasear 🤤
Serán casi todas sobre los actores, no sobre los personajes (Mew y Gulf, no Tharn y Type).
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Recuerden:...
Drabble provocado por Saint y su puterío en el escenario 👇🏻
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Y para compensar a los fans del SaintZee por la enorme depresión del drabble anterior 😂
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Saint llevaba sudando todo el día, pero nunca había estado menos incómodo por ello.
Sudó por la mañana, cuando tuvo el ensayo. Los focos del escenario y el ejercicio de la actuación se combinaron en una manera eficaz de hacerle sentir asqueroso. Sudó durante la actuación, cuando a los factores anteriores se sumó el público enfervorecido y los nervios del directo.
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Y llevaba sudando desde que había llegado al apartamento de su amante y éste se le echó encima.
Claro, que en este caso no le hacía falta toalla ni ducha.
Zee estaba repasando cada centímetro de su vientre con la lengua.
Vestido con un cómodo pantalón deportivo y una camiseta subida hasta la barbilla, Saint estaba tumbado en la cama, apoyado en sus codos, mirando cómo el cachondo de su novio desahogaba las ganas que le entraron de devorar su cuerpo cuando lo vio lucirlo en el escenario.
. En parte, Saint lo entendía. Era un chico tranquilo que no gustaba de provocar sin motivo, y en su intimidad no era dado a bailes eróticos.
Por eso Zee lo vio... y casi entra en combustión espontánea.
Saint pensaba que era un poco asqueroso, pero si le apetecía, no pensaba quejarse. El toque suave y húmedo de su lengua repasando varias veces cada zona se sentía como un masaje. Saint podría haberse relajado sino fuera por la mano que masajeaba el bulto de su entrepierna.
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- Hice bien en no invitarte a los ensayos -sonríe divertido- y pensar que lo hice porque creí que te aburrirías...
Zee levantó la mirada, la lengua aún pegada a su costado. Rodó los ojos con exasperación y volvió a su tarea.
Saint rio entre dientes. Sabía que le gustaba su piel. Desde antes de ser amantes, aprovechaba cada oportunidad para alabarla: lo pálida, suave e inmaculada que era. Debería haber supuesto que verle luciéndola con descaro lo prendería.
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Zee se acercó a su ombligo con un lametazo largo. Con la cabeza aún baja, se relamió con lujuria y murmuró:
- Llevo más de una deseando follarte el ombligo.
Saint soltó una carcajada que se convirtió en un gemido cuando Zee metió por fin la mano dentro de su pantalón.
