Capítulo 5

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Esos dos chicos habían hecho un trato.

Como Izuku solo hizo esto del matrimonio por su reino, y Katsuki lo detestaba mas que también solo lo había hecho por obligación de su madre para al menos tratar de mantener al reino Lumeila. Sabían que no tenían sentimientos mutuos, ¿quién pudiera tenerlos cuando muy apenas se iban conociendo? En su unión no habia amor, ni cariño, muy apenas conocían el nombre del otro y Katsuki dejaba en claro que no estaba interesado en hombres y mucho menos en tener un relación seria. Izuku lo entendió, el mismo sabia que todo esta unión era por obligación.

El trato era que cada uno estaría en sus propios asuntos sin que uno de los dos interfiriera en sus cosas, Katsuki podía hacer lo que quisiera, no importaba si seguia acostandose con otras mujeres y seguia siendo ese malcriado egoísta, mientras que Izuku se encargaba de su ejército a su manera. Ni uno de los dos podían meterse en los asuntos del otro, podían fingir que estaban juntos, pero no seria mas que falsedad con tal de satisfacer a sus reinos.

—Entonces así sera el trato, no nos meteremos en los asuntos del otro, cada quien hara lo que quiera siempre y cuando mantengamos la alianza entre nuestros reinos.

—¿Por qué quisiera meterme en tus asuntos? ¿Acaso no esta claro maldito imbécil? No eres importante para mi, podemos fingir para nuestros reinos, pero no mereces ser llamado Bakugou.

Como siempre las palabras de Katsuki solían ser crueles y con sus típicos insultos que no faltaba en cada oración. Si así era Katsuki normalmente, imaginenselo ahora que estaba comprometido con un hombre que para el no era nada de su agrado y parecía detestarlo, quería insultarlo de más por haber manchado su imagen varonil porque según el, eran mejor las mujeres, si, le gustaban esas mujeres que caían a sus pies y hacian todo lo que el cenizo pedía, sin fallas ni nada por el estilo, pero ahora estando con Izuku era un problema.

Izuku por lo tanto no se inmutaba ante sus palabras, había recibido peores quejas e insultos que eso no era nada para el, trataba de tragarse todo lo que sentia, no podía mostrar ni una muestra de sentimientos que fueran de debilidad así que desde hace mucho el peliverde se había acostumbrarlo a enterrar todo eso, ahora mismo prefería mantenerse tranquilo y serio ante la situación porque sabía que no sería para nada fácil convivir con Katsuki.

—Lo entiendo. Tampoco eres importante para mi, puedes seguir haciendo lo que quieras, tampoco es comosi me importara.—Mencionó Izuku callando a Katsuki mientras miraba a su alrededor estando algo pensativo.—Vete a la habitación, yo puedo quedarme aquí, mas al rato pedire una cama, al fin y al cabo un principe debe de estar en mejores condiciones ¿no?

Diría el peliverde tranquilamente como si los insultos de Bakugou no fueran nada para el, Katsuki por unos momentos se quedo callado ante la situación quedandose confundido por como actuaba el pecoso, parecía un niñito, su cara parecía de uno, pero su mirada... Su mirada era profunda, como si guardara tanto en el, era inexplicable, algo que Katsuki no entendia por ahora. Aunque ahora mismo el pecoso se encontraba serio respecto al tema de como iban a lidiar con el matrimonio.

Era claro que ni uno de los dos quería estar en esta situación.

—¡No me digas que hacer!

—Pero lo haras, asi que ya vete Bakugou.

Katsuki se quedo quieto por unos momentos apretando sus puños, se sentía como un niño pequeño que le decían que se fuera a la cama a dormir como niño bueno, definitivamente odiaba que le dijeran que hacer pero tampoco quería quedarse en esa habitación donde se encontraban ahora mismo, la que su madre había arreglado para su matrimonio era mucho mas grande, y la cama igual, sabía que allí seria mucho mas cómodo, básicamente esa habitación era mucho mejor que esta en la que se encontraban ahora que era fría y casi vacío. Pero no quería compartir habitación con un hombre, le seguía dando asco asi que movio su cabeza de un lado a otro para olvidarse de sus pensamientos y asi sin más se fue.

Izuku por lo tanto se quedó ahi mismo en su nueva habitación, porque no volvería a la otra con Katsuki, no quería ser una molestia y aparte por el trato que habían hecho, no eran nada, asi que prefirio estar ahi mismo.

No tardo mucho en conseguir una cama, era distinta, era mas pequeña, un poco dura y para alginos ya podría ser incómoda pero para Izuku estaba acostumbrado. Antes en las batallas, eran por días y claro que tenían que quedarse acampando, el era el general y tenia que cuidar de todos, estar a cargo de todo, si alguien le faltaba algo el mismo lo conseguia solo para satisfacer a las necesidades de su ejército ya que era importante que todos esten en buenas condiciones, no importaba si el mismo tenia que dar lo suyo por otros. Si alguien no tenia comida el daba la suya, si alguien no tenia esto o aquello el lo daba. Daba todo por su reino.

Tal vez por eso muchos le tomaron cariño porque aparte de que se decia que era una bestia en la guerra, también podía ser amable con los suyos.

Así que estaba acostumbrado a esto, a veces mientras acampaban tan solo tenia que quedarse dormido la sucia y fría tierra, asi que esto no era nada para el ni para lo que se presentaría.

Pero ahora mismo su cabeza estaba sin más, era un general, y estaba casado, por mas que quisiera negarse sabía que no podía. Izuku cada noche antes de irse a dormir pensaba en su padre, en Yagi, el como lo entrenaba, el como le enseñaba cada cosa y pasaba mucho tiempo con el para que cuando sea mayor ser como el.

Soltó un suspiro tirandose a la cama, estaba cansado, habia pasado muchas cosas en ese mismo día, como un matrimonio con un principe explosivo.

Iba a ser complicado tener que lidiar con esto.

Pero era Izuku Midoriya. El podía con todo, o eso quiere pensar.

—¿En que me he metido?

Mi General (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora