Capitulo 9

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El sol estaba saliendo por la montaña cuando subieron la siguiente cresta. Jade pretendía seguir, pero Perrie se detuvo.

-Hey ¿qué tal un descanso? ​​-

-Vaya, ella es como una instructora hoy- dijo Celia -Sabes, ni siquiera he hecho pis todavía-

-Y yo no he desayunado- se quejó Sandra. Golpeó a Perrie en el brazo -Me asustaste de muerte cuando nos despertaste-

-Lo siento-

-Pensé que teníamos un oso en el campamento o algo así-

Perrie sonrió luego miró hacia Jade. Sus ojos se encontraron y por primera vez, vio miedo en los de la castaña

Sacando sus binoculares, se despidió de ellas -Sigan adelante- dijo -Voy a ver si puedo encontrar ... algunas aves- miró a Jade, quien asintió con la cabeza.

-Vamos, chicas. Vamos a darle a nuestra observadora de aves un poco de intimidad-

-¿Vamos a desayunar? - preguntó Sandra.

-No. Pero vamos a tener un almuerzo temprano. Lo prometo- Jade miró hacia atrás una vez, diciéndole a Perrie en silencio que tuviese cuidado.

Perrie asintió con la cabeza y tan pronto como el grupo se alejó, salió del sendero y se colocó detrás de las rocas, tratando de encontrar un lugar apartado. Su único consuelo era que comenzó casi dos horas antes de lo normal. Esperaba que el hombre tras ellas, pensara que iban a seguir con su rutina. Con un poco de suerte, él todavía estaría en la otra montaña, esperando.

Se quedó allí treinta minutos, escudriñando todo el borde de la montaña buscando movimiento y no vio ninguno. No había reflejos, ni sonido. Nada. Se trataba simplemente de una hermosa mañana con la frescura de otoño todavía en el aire. Era un tiempo hermoso para estar en las montañas, los colores sólo explotaban a su alrededor. Un momento perfecto si te gustaba la soledad. Muy pocos mochileros se aventuraban en la montaña en una época tan tardía del año. Suspiró. Y era por eso qué ellas eran presa fácil. Habían estado en el camino por nueve días y aún no he visto a otra persona que no era su acosador.

Después de otra hora, Jade finalmente se detuvo. No quería alejarse demasiado por delante de Perrie. Dejó que su mochila cayera al suelo y frotó sus hombros mientras miraba por el sendero. Era tan hermoso aquí afuera ... se le hacía difícil aceptar que alguien pudiese seguirlas. Pero después de esta mañana, confiaba en Perrie.

La burla constante y el coqueteo no hacían nada para cambiar eso. Perrie era una policía y si ella decía que estaban en peligro, Jade le creía. Negó con su cabeza. Sin embargo, no tenía ningún sentido. Estaba alejada de su padre. Su muerte no significaría nada para él. Para su madre, sí. Pero ¿para él? Probablemente él le agradecería al asesino. Una hija lesbianas menos que contabilizar durante los debates.

-¿Srta Thirlwall? ¿Jade? ¿Estás bien?- preguntó Abby.

Jade levantó la cabeza, notando en ese momento a la otra mujer -Estoy bien, Abby. Y por favor, no más Srta. Thirlwall. Sólo Jade-

-Está bien. Pero has estado actuando extraño esta mañana. Así como Karlie, en cuanto a eso ...- dijo y bajó la voz -... ¿ella ... ella se propasó contigo la última noche o algo así?-

Jade sonrió y luego rió -No, Abby. Puedo manejarla por mí misma-

-Bueno, ella no lo ha hecho un secreto, ya sabes, que le gustas-

-¿Le gusto?-

-¿Sabes lo que quiero decir?-

-A Perrie sólo le gusta coquetear. No lo hace por mal-

El Objetivo (Jerrie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora