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M A T E O

Observo las fotos que me enseña Olivia desde su móvil.

— ¿Y crees que lo puedas conseguir antes del día?

— Si me das el visto bueno seguramente.

Le echo otro vistazo a las imágenes y asiento, espero que a Úrsula no le importe que tome la decisión yo solo.

— Vale pues te voy avisando de los progresos.

— Gracias Oli, te debo una.

Ella me sonríe y volvemos al salón dónde Taiu, su hijo y Joel juegan a los cochecitos.

— Siento interrumpir pero debemos irnos ya.

— ¿Tan pronto? Estaba a una vuelta de ganarles — habla el mayor.

— Mentira — rebate su hijo.

— Pasa que debemos ir a recoger a Úrsula del trabajo.

— ¿Vamos a por mami? — me mira y asiento. — ¿No podemos quedarnos un poquito más? — hace un pucherito.

— Otro día volvemos, ¿sí?

El pequeño asiente a regañadientes y se acerca a mi para que le ayude a ponerse la sudadera personalizada de mi merch que mandé hacer exclusivamente para él.

Me despido de mis amigos y salgo de su casa para el coche.

Una vez allí, siento a Joel en la sillita, le pongo cualquier cosa en la tablet y conduzco hasta el centro, donde trabaja Úrsula.

Instantes después aparco justo en la entrada y ante la insistencia del niño le ayudo a bajarse del vehículo.

Esperamos unos minutos a que salga y cuando lo hace no va sola, un chico más alto que ella y de pelo negro camina a su lado.

Por lo que se ve están hablando de algo gracioso ya que no paran de reír.

Cuando Joel ve a su madre exclama un mami y corre a por ella.

Úrsula mira hacia nuestra dirección algo sorprendida y cuando su hijo llega a ella le coge en brazos, se despide del tipo y camina hacia mi.

— Hola, ¿qué hacéis aquí? — pregunta.

— Como hoy salías pronto se me ocurrió que podíamos ir con el niño al parque, pero si estás cansada vamos a casa — explico.

— No, me parece bien.

Va al asiento trasero a sentar a Joel y después de mil besos le pregunta cómo está.

— Estoy facherito — responde.

A mi se me escapa la risa y se gira a verme.

— Pasa demasiado tiempo contigo — dice sonriendo.

Y sí, estamos prácticamente todo el día juntos.

Cuando termina nos sentamos en nuestros respectivos asientos y partimos hacia un parque cercano.

— ¿Cómo te ha ido hoy? — cuestiono parando en un semáforo.

— Bien, por suerte no ha entrado mucha gente y Miguel nos ha dejado salir antes.

Arranco el coche cuando se pone en verde.

— ¿Y tus compañeros? ¿Te tratan bien?

— Sí, me recibieron muy bien y son como una familia de la que me gustaría formar parte.

Me limito a asentir y no hablamos más hasta que llegamos.

Por suerte estar tranquilos en un parque no es misión imposible y eso se lo tengo que agradecer a mis seguidores.

A mi no me importa que me paren para pedirme fotos y demás, pero a Úrsula y Joel puede llegar a agobiarles como me pasó a mi en su día.

Por eso tomé la decisión de pedirles a mis fans un poco de tacto en ese aspecto y me sorprendió ver que lo entendían y respetaban.

Nos adentramos en el parque y al instante Joel corre junto a los demás niños.

Úrsula y yo nos sentamos en un banco y le vigilamos desde la distancia.

— Olivia está terminando los trámites para adoptar el hámster — aprovecho para decir.

, yo también aluciné al enterarme de que se pueden adoptar.

— ¿Crees que llegará para su cumple? Apenas queda una semana.

Si todo va bien, sí.

— Te va a querer más si eso es posible — sonríe.

— Todo sea por hacer feliz al pequeñajo — reflexiono.

Úrsula desvía la mirada de su hijo y la posa en mi.

— ¿Qué pasa?

— Eres como un ángel caído del cielo, ¿sabes?

— ¿No era un rico alzado de mierda? — pregunto de broma citando sus palabras.

— También — se ríe y yo la acompaño. — Ahora en serio, te agradezco todo lo que haces por nosotros.

— No podría hacer menos.

Úrsula se arrima a mi y deposita un cálido beso en mi mejilla que me hace sonreír.

Que perdido me tiene.

Joel se acerca a nosotros y fatigado nos pide algo de beber, como no tenemos nada me ofrezco a traer algo.

Me levanto y camino hacia el kiosco que hay a la entrada cuando siento que el chico que está sentado en el banco de al lado me inspecciona.

Le mantengo la mirada y me doy cuenta de que su cara me suena demasiado.

¿Dónde y cuándo me crucé con este tipo?

Al no tener una respuesta clara le resto importancia y, desviando la cabeza, continúo mi camino.




les tiro la data y me voy :)

sincronicidad; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora