M A T E O
— El cochecito rojo, la mantita de cochecitos, el cochecito azul, dos zumitos de manzana...
— ¿Dos? — sonrío.
— Sí, dos. Ah y mi muñequito — me lo señala, lo agarro y lo meto en su mochila junto a las demás cosas.
— ¿Algo más? — niega. — Te recuerdo que vas a pasar la noche ahí.
— Entonces otro zumito.
Me rio negando con la cabeza, este niño es un espectáculo.
Cierro la mochila y al levantarla simulo que pesa mucho.
— ¿Crees que puedas? — resoplo y la dejo caer al suelo.
El nene asiente y al colgársela de la espalda sonríe con orgullo.
— Pues ya estamos, despídete de tu madre pero sin decirle lo de los zumos ¿si? Es nuestro secreto.
Asiente de nuevo y sale disparado hacia al salón conmigo detrás.
— Ay chiquito — le achucha como sino hubiera un mañana. — Portante bien y les mandas saludos a todos de mi parte.
— Sí mami.
— Y descansa que mañana va a ser un día largo.
Joel sonríe de oreja a oreja cuando le mencionan lo que pasará mañana, supongo que no todos los días se cumplen cuatro años.
— ¿Me harás una tarta? — pregunta.
— Claro, una tarta gigante de manzana.
El pequeño larga un gritito y abraza a su madre mientras yo les miro desde mi posición con una sonrisa.
— Adiós mi amor — le besa la frente y se incorpora.
Joel viene a mi y me agarra de la mano.
— Nos vemos luego — me despido.
Salimos del apartamento hacia el coche con el horizonte anocheciendo y hacemos lo mismo de siempre: sillita, sentarle, tablet y cars.
De camino a la casa de mi padre solo se escuchan las voces animadas de los personajes de la película hasta que el niño habla.
— Mateu.
— ¿Hmm?
— ¿Por qué el niño no llegó a ser lo feliz que quería?
Le miro un segundo por el retrovisor y sus ojos curiosos conectan con los míos.
— Se dio cuenta de que eso no le gustaba del todo.
— ¿Y qué le gustaba?
— Esta noche te lo dirá mi papá.
— ¿Tu papá?
— Sí, él se sabe la historia igual o mejor que yo.
El nene asiente repetidas veces y vuelve a la película.
Llegamos a la casa de mi viejo y grito un ya estamos aquí.
El primero en aparecer es Emi que me abraza con efusividad.
— Pero mira que grande estás — le revuelvo el pelo.
— Hola Joel — le saluda.
El pequeño como siempre está distraído con la tablet.
— Dale enano — le animo.
— Hola Emi — saluda al fin.
— ¿Dónde está papá? — cuestiono mirando por el salón.
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sincronicidad; trueno
Romance【 EN PROCESO 】 ❝hace nueve meses Mateo se encontró con una chica embarazada a punto de dar a luz, dos años después, el destino les vuelve a juntar❞ → prohibido copias y/o adaptaciones. → inicio: treinta de agosto. ➫ #➊ - corazzina「 13/01/21 」 ➫ #➊...