➵ Capítulo 1.

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- ¡Aiden! - Grité desde las ramas minutos después de haber escalado la mitad del árbol.

- Cali, dije que no subieras. Es peligroso. - Hizo sobresalir su labio inferior y se cruzó de brazos.

- ¡Chicos, sonrían a la cámara! - Llegó mi madre a nuestro lado y de repente nos encontrábamos haciendo morisquetas hacia la videograbadora.

- ¡Calíope, mira tu ropa! - Estalló en risas mi prima Raina mientras señalaba la pantalla de la televisión.

- Mamá tenía un horrible gusto. - Rodé los ojos seguido de una risa. - De todas formas ya es suficiente, no más burlas. - Me levanté hacia donde se reproducía el pequeño cassette y lo saqué de su lugar guardándolo en un pequeño estuche.

- Me pregunto qué será de la vida del pequeño Aiden. - Ríe mi padre recordando las travesuras que hacía mi mejor amigo en su niñez.

- ¡Ojalá sigan aquí! - Respondió mi madre. - Desde que nos mudamos perdimos toda clase de contacto.

Ajena a su conversación, mencioné que iba a subir a mi habitación para desempacar mis maletas y me retiré seguida de Raina.

- Oye, ¿Crees que Aiden siga aquí? - Preguntó cuando subíamos las escaleras.

- No lo sé. - dudé. - Sería raro volver a verlo. Hace años que no sé nada de él. - Mi prima dió por finalizada la conversación y caminó hasta mi cama donde se sentó cómodamente.

De solo imaginar encontrarme a Aiden y ver que mi pequeño mejor amigo ya es todo un hombre me hace salir chispas de la emoción. Es increíble que a pesar de llevar 8 años sin verlo siga extrañándolo al igual que el día en que me fui de aquí.

* Flashback *

- ¿Por qué vinimos aquí? - Pregunté mirando hacia mi alrededor. Todo el lugar estaba lleno de grandes árboles y era bastante alejado de nuestras casas.

- Hoy es tu último día aquí y pensé en darte un regalo. - Sacó de su bolsillo un pequeño paquete. - Ten, ábrelo.

Lo tomé y lo abrí lentamente aunque la curiosidad me matara.

- Aiden, ¡Es hermoso! - Dije emocionada mientras lo tomaba delicadamente entre mis manos. Era un pequeño collar dorado con la letra "A" en honor a la inicial de su nombre.

- Yo tengo el mismo collar con la letra C de Calíope. - Me mostró y sonrió tiernamente a lo que respondí saltando a sus brazos y abrazándolo fuerte.

- Es perfecto. - Dije observándolo nuevamente sin poder creerlo. Nadie que no fuera de mi familia me había dado un detalle tan bonito, y viniendo de su parte comenzaba a sentirme como en un cuento de princesas.

Me hizo dar la vuelta dejando mi espalda a su vista y me colocó el collar delicadamente.

- Tú eres perfecta. - dijo respondiendo a lo que le había dicho segundos atrás.

Lo miré fijamente a los ojos por un largo rato, amaba el color verdoso que éstos tenían y la forma en la que podían observarme.

- ¡Calíope! - Escuché como mi madre me llamaba a lo lejos.

- Tengo que irme, Aiden.

- ¡Espera! - Me detuvo. - Antes de que te vayas yo..

- ¿Tú...? - Fruncí el ceño incitándolo a continuar.

- Yo.. quería, no lo sé.. tal vez, ¡Agh! - Se llevó una mano a la cabeza y unos segundos después tomó mi rostro con sus pequeñas manos para unir nuestras bocas.

El beso duró unos cuantos segundos y me soltó delicadamente.

- Eso fue...

- Increíble. - Completó la frase por mí a lo que asentí. - Quería que mi primer beso fuera contigo y estuve pensando en que tal vez era el momento antes de que te fueras. - Sonrió tiernamente y sentí hormiguitas en el estómago.

- Te voy a extrañar, Aiden.

- Y yo a ti, Cali. Muchísimo.

* Fin de Flashback *

Instintivamente tomé mi collar entre mis manos y con los dedos acaricié la letra A. Desde ese día nunca me lo he quitado, prometí dejármelo siempre y eso hice.

Llevo su collar alrededor de mi cuello y ese primer beso dentro de mi corazón.

- Tierra llamando a Calíope. - Raina chasqueó sus dedos frente a mi rostro y reaccioné rápidamente.

- ¿Me decías?

- Te pregunté si mañana podíamos ir a visitar a la abuela. Hace meses que no la veo y ya extraño sus galletas. Y a ella también. - Añadió y reímos.

- Claro que sí. Hoy solo quiero dormir en lo que queda del día y mañana iremos a visitarla. - Asintió estando de acuerdo y seguido de eso salió de mi habitación.

DespeinadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora