El puente, el valle y el camino

El puente nuevo

Érase una vez dos pueblos. Un valle. Un camino. Un puente destruido.
Érase una vez dos niños. Un niño y una niña. Ambos curiosos y valientes.
Se les metió en la cabeza que había que unificar a sus pueblos y emprendieron un viaje peligroso en el cual se encontraron y en cuyo final hicieron prender dos fuegos como mensaje de amistad.
Érase una vez dos fuegos prendidos altos, grandes y calientes, para formar dos columnas de humo como mensaje de paz.

Los pueblos entendieron que debían volver a arreglar el puente. No era fácil y hubo muchos obstáculos. Pero no pararon.

No pararon cuando las primeras piedras se cayeron porque no estaban bien fijadas.
No pararon cuando descubrieron que habían crecido plantas entre las rocas del puente.
No pararon cuando tuvieron que bajar al valle para poder fortalecer los soportes.

Porque la gente de los pueblos ahora también era curiosa. Querían conocer a los del otro lado. Y querían volver a ver a su niña y a su niño valiente y curioso.
Durante todo ese tiempo mantuvieron los dos fuegos encendidos.
Tardaron meses, quizás años. Pero un día por fin lo terminaron.

Los primeros que se juntaron en el puente, con un enorme abrazo, eran el niño y la niña. Saltaron, se rieron, bailaron, como sus ancestros lo habían hecho hace siglos. Poco a poco la otra gente de los dos pueblos les siguió el ejemplo. Algunos habían traído comida. Pan rico del pueblo de la niña, frutas frescas del pueblo del niño. Sonrieron. Y se dieron cuenta de que todo lo que les habían dicho sobre los otros pueblos era falso.

Y por eso el odio se derrumbó.
Y la envidia ya no tenía sentido.
Y los rumores se desvanecieron.

Cuando terminó la fiesta, construyeron dos estatuas en el centro del puente. Un niño y una niña. Ella con un gorro, él con un pañuelo. Él siempre recibe un pan caliente, ella frutas frescas como ofrenda. Entre ellos se mantiene un fuego eterno como símbolo del mensaje de la paz. Y debajo del fuego una placa recuerda:

"Érase una vez dos pueblos, separados por un valle profundo, pero unidos por un puente nuevo, firme y fuerte. Un puente hecho de amistad, y a partir de entonces mantenido por el amor".