T/n caminaba por los pasillos de Nekoma con su típica mirada aburrida aunque hoy iba con el ceño levemente fruncido. No había visto en todo el día a su querido Yaku y eso lo ponía de muy mal humor.
— ¿Por qué lo seguimos? — Un chico de cabellera castaña clara susurró.
— Porque es el amor de tu vida y debes confesarte. — Un pelinegro lo miró con obviedad.
— ¡Que no me...! — Rápidamente el pelinegro le tapó la boca y apuntó hacia la dirección del c/c que ahora se encontraba hablando con una chica. — ¿Quién es ella...? — Susurró confundido.
— Si me dejaras escuchar. — Kuro le miró con cierta molestia al no poder oír la conversación como toda vieja chismosa que era.
En el pasillo T/n se había detenido al ver como su compañera de banco se acercaba con muchos libros en mano y notablemente agotada.
— ¿Yahisa? — Alzó la voz y vio como la chica se detenía.
— ¿Eres tú, T/a-kun? No puedo verte. — Habló con una voz apenada al tener los libros obstruyendo su vista.
— En verdad... ¿Cómo pueden mandarte sola con eso? Tú tienes los brazos muy delicados. — Susurró con el ceño fruncido mientras agarraba más de la mitad de los libros. — Vamos, te acompaño.
— ¿E-Eh? ¡Muchas gracias, T/a-kun! — Le sonrió y el contrario desvió la mirada algo avergonzado, rara vez alguien le agradecía por algo. — P-Pero llevas más de la mitad ¡Dame unos cuantos más! — El más alto rápidamente negó.
— Tienes brazos más delicados porque no practicas ningún deporte, es mi deber ayudarte. — Habló con voz firme y entonces le sonrió levemente. — Si necesitas ayuda, solo búscame para la próxima ¿Si, Yahisa?
— S-Sí, gracias.
La chica sonrió algo sonrojada y ambos comenzaron a caminar acercándose cada vez más a la ubicación de Kuro y Yaku.
— ¡Es hora de proteger a tu hombre de esa quita futuros-novios, Yakkun! — Kuro lo empujó y el líbero cayó de trasero frente a ambos chicos de tercer año.
— ¿Yaku-chan...?
— Ejem... - Yaku aclaró su garganta y miró de mala forma a la castaña que simplemente se apegó más a T/n. — Necesito que me acompañes. — Inventó rápidamente mientras se levantaba del piso.
— ¿Ahora? Estoy algo ocupado.
— ¡Es urgente! — Se excusó y T/n suspiró.
— No te preocupes, T/a-kun, yo puedo llevar todo. — T/n la miró y agarró el resto de los libros. — ¿T/a-kun?
— Yo los llevo, nos vemos en clase, Yahisa. — Comenzó a caminar.
— ¡P-Pero...!
— Puedes pagármelo más tarde con un batido de fresa. — Habló mientras seguía a Yaku el cual tenía el ceño fruncido.
— ¿Entonces? ¿Qué necesitas, Yaku-chan? — Lo miró con una leve sonrisa.
Esa sonrisa que sólo le daba a él y ahora acababa de enterarse que a esa tal "Yahisa" también.
— Ya olvidé que era y debo volver a mi clase. — Yaku se alejó a paso rápido dejando confundido al bloqueador central.
— ¿Qué fue eso...?
— ¡Estos celos me hacen daño, me enloquecen! — Kuro pasó cantando a su lado mientras era seguido por Kenma el cual simplemente alzó una mano a modo de saludo mientras con la otra tecleaba en su celular.
— ¿Celos...? — T/n procesó lo que su capitán había cantado de forma excesivamente alta.
— ¡Jamás aprenderé a vivir sin ti! — Siguió cantando/gritando desde el final del pasillo intentando que el chico captara la indirecta.
— ¡¿Yaku-chan se puso celoso?! - Gritó mirando al pelinegro que asintió con una cara de "Hasta que te das cuenta, estúpido". — ¡¿Ah?!
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〖Cuestión de altura ❦ Yaku Morisuke〗
Short StoryEstar enamorado era algo normal en la adolescencia, lo difícil era confesarlo. Todos sabían que Yaku y T/n se gustaban mutuamente desde primer año, pero nunca se confesaban. Pero el problema para Yaku no es que fuera un hombre o que se notara que él...