Al volver de la playa lo primero que pensé fue en cómo hacer para que mi mamá no me obligue a ir. Porque la conozco. Se que tengo que ir, pero ¿y si siento algo? Hace mucho enterré mis sentimientos por el, y no se que vaya a sentir mi estúpido corazón. Nunca estamos de acuerdo en nada, yo le digo que no sienta y él siente, yo le digo que sienta y él no siente.
-Affie- no, no, no, no. La voz dulce de mi mamá. Aunque no la culpo, ellos no saben la verdad.
-¡Atrápame si puedes!- y es ahí donde ella abre sus ojos porque sabe lo que se viene.
-¡África Rossi, ven aquí ahora mismo!- empieza la correteada.
Empiezan a reírse todos mientras mamá gritaba que me agarren. Nadie lo hacía, saben que esta es nuestro juego y si ella me atrapa, yo cumplo sus caprichos. Venía tan concentrada hablando con mi cabeza que no me di cuenta lo cerca que estaba hasta que caigo de cara al suelo.
-¡Ja, te atrapé!- Todos ríen mientras me levanto rendida.
Con mi aire de perdedor voy a bañarme. Cuando termino después de algunos minutos haciendo un concierto en el baño, prácticamente, salgo a cambiarme. Me doy cuenta que no tenia nada para ponerme y me doy la vuelta para ponerme en marcha a decirle a mamá que no puedo ir. Hubiese sido un plan exitoso si mi madre no estuviera parada afuera de mi cuarto con una caja mirándome con la sonrisa del gato de Alicia en el país de las Maravillas.
-Dame eso- bufando fui a buscar la caja mientras ella reía volvía a su cuarto.
Abro el paquete y en mi vista aparece un vestido que es demasiado mi estilo. Tenía entendido que la cena era formal, y no tan familiar. Asi que para que me de este vestido significa que es una cena muy importante, y cuando digo muy... es muy importante.
El vestido era alucinante, incluso venía con unos zapatos color rojo que combinaban a la perfección con el vestido. Al sacarlo de la caja veo que tiene un tajo y un gran escote por frente, y no tenia espalda, era completamente hermoso.
Pasó el tiempo y se escucha el chiflido de los chicos, ya deben estar bajando mis hermanas. Salgo y empiezo a caminar. Llegando a las escaleras veo cómo abajo están todos. Con sus hermosos trajes y vestidos. Cuando se dan cuenta de mi existencia, los chicos empiezan a payasear.
-Señoras y señores. Con ustedes... ¡África Rossi!- siguiendo su juego empiezo a bajar como si fuera de la realeza. Empiezan a silbar y a decir bobadas. Llego al final y todos reímos.
-Bueno muchachas, muchachos y amor de mi vida, mujer de mi sueños, madre de mis monos y monas, mi cuchurrumin, mi melocotón, el dulce de mi batata- ya se por donde va a esto, mamá ríe y nosotros empezamos a salir, cuando papá se pone en modo tierno no hay nadie quien lo pare. -¡Esperen zarrapastrosos!- gran insulto papá. -Compórtense y ¡hagan lo que yo haría!- eso significa portarse mal, nos está dando permiso de hacer lo que queramos.
-¡Mini brujita!- me doy la vuelta para verlo antes de subir al auto, cada uno en su propio auto. Siempre fue así, por si nos separamos y nos vamos a distintos lugares. -Tienes permiso de romperle la cara- me guiña y solo río subiéndome al auto mientras veo como mamá le pega en el brazo diciéndole cosas, seguramente que se comporte.
Empiezan a salir los autos y los sigo. Manejando unos minutos, llegamos a un portón donde ya habían otros autos. Esto no es una cena, esto es una fiesta... ¿Cuál es el motivo? No tengo la mínima idea. Vamos a la parte de estacionamiento. Empiezan a bajar y yo solo respiro hondo. Este es un buen momento para encender el auto y pisar a fondo el acelerador. Pero cuando la idea comienza a hacerme guiños, siento la mirada de mi familia. Todos están expectantes en mi reacción.
Como ya dije nadie sabe la verdadera razón por la cual todo terminó. Lía se encargó de borrar cualquier registro, no podía permitir que nuestras familias se peleen. Lo único que saben es que la ruptura no fue buena. Mamá estuvo un tiempo conmigo, pero tampoco logró saber el porqué.
Respiro hondo y salgo del auto. Había mucha gente, todos estaban bien arreglados, este era un evento súper importante. Doy gracias internamente que todos estén distraídos y no me presten atención, es lo último que necesito.
Me acerco a mi familia y están hablando en secreto, por lo que voy más rápido así escucho el chisme. Apenas llego, se callan. Mis hermanos no tienen una buena cara y mis hermanas miran a mis padres con ganas de tirarse encima de ellos y ahorcarlos.
- ¿Qué sucede?- todos me miran y no entiendo nada.
- Nada, mini brujita. Entremos- mi papá me agarra y me da un abrazo, para luego soltarme y agarrar de la cintura a mi mamá. Empiezan a caminar y nosotros detrás.
Llegamos a la entrada y nos recibe el mayordomo, Josué. Él me mira sorprendido, como si no pudiese creer que estoy frente a él. Me sonríe y nos deja pasar.
Los recuerdos me caen como agua fría. El jardín sigue tal cual lo recuerdo, los invitados están todos desparramados por todo el lugar. Al entrar a la casa nos chocan los flashes. La casa de verano de mis tíos siempre fue él mejor lugar para hacer anuncios.
¿Por qué hay cámaras? A esta familia no le gusta la prensa, algo no anda bien.
"¡África!", "¿Qué se siente volver a pisar tu hogar?", "¿Vienes a quedarte?".
-¡África! ¿Se puede venir un próximo regreso con el joven Roma?- antes de que pudiera parpadear mi hermano se interpone entre el micrófono y yo para responder él.
- Buenas noches, África regresó para estar con su familia, sus intereses amorosos quedaron en su antigua vida- nunca, y cuando digo nunca, es nunca, escuché a mi hermano tan enojado, él es el más calmado. Blake me agarra de la mano y tira de mi hasta entrar al comedor donde se encuentran todos.
Mientras vamos caminando hacia nuestra mesa, la gente se da vuelta a verme y cuchichean entre ellos. Es bastante obvio lo que comentan. Hasta llegar a mi lugar escuché tantas cosas que me sorprende la cantidad de sorpresa que causé.
- Oye, ¿qué es eso de que vine a realmente "eso"?- le pregunto a Alma y ella no sabe que contestarme, por lo que ve a mi madre y ella simplemente me da una mirada para que me quede en el molde. -Voy al baño, ya regreso- algo no me estaba cerrando, todo estaba muy extraño.
Al salir del baño, voy a lavarme las manos y respiro. A lo mejor no es nada y estoy exagerando. Vuelvo a mi mesa y al sentarme se apagan las luces y se apunta hacia el inicio de las escaleras donde empiezan a bajar mis tíos. Tía Vic estaba deslumbrante agarrada del brazo del tío, quien no se quedaba atrás con su deslumbrante esmoquin.
Ellos bajan sonriendo y todos los miran. Empiezan a saludar a cada mesa y yo voy a buscar una copa, al volver a la mesa estaban mis tíos hablando con mis padres y me acerco en silencio pero escucho cosas.
- No, Victoriana, me estoy jugando a que mi hija no me hable y vos querés que yo se lo esconda más tiempo- mi mamá estaba hablando en español, es privado lo que hablan.
- ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué me están ocultando?- ellas se dan la vuelta al escucharme hablar un perfecto español.
- Hija, y-yo... - ella no sabía que hacer, buscaba ayuda de mi padre pero ninguno de los dos me daban respuesta.
- Veo que aprendiste un gran español, Fifi- no puede ser. En un minuto se me va el aire. No se donde esconderme, donde meterme para no verlo. Está a espaldas mías y no soy capaz de darme la vuelta y confrontarlo. Mis padres bajan la mirada, mis hermanos quieren matarlo, y yo solo quiero desaparecer.
-Roma, no es un buen momento- Victoriana se acerca a él y aunque mi mirada quiere seguirla y lograr ver a la persona que esta a su lado, mis pies no me lo permiten, están estancados.
- ¿Qué hace este aquí? ¿No que estaba fuera del país?- Jake se levanta abruptamente e intenta acercarse a él pero Amber lo agarra.
- ¿Quién dijo eso?- puedo sentir su sonrisa, lo está provocando-Vine por mi compromiso- siempre supe que íbamos a hacer nuestras vidas. Pero, ¿enterarme así? Recién vuelvo, estoy acomodando mi vida, y la primera vez que lo vuelvo a ver, dice a los cuatro vientos que se va a casar.
Es tan obvio que nunca le va a importar alguien más que él.

ESTÁS LEYENDO
El Caso Mirtoglu
RomansaEscapar se me daba muy bien, hasta puedo decir que me convertí en una experta. Ya no era la misma chiquilla que huyó de su casa desesperada para sanar su corazón. Ahora era una adulta con responsabilidades y un carácter un tanto complicado. Me fui...