Aaron▶ OUTLAWS - ALESSIA CARA
6:33 p.m.Corría. Corría. Y corría. Mi respiración iba a mil por hora.
Pensé que no lo lograría. Pero en este momento todo es posible.
Llegué justo a tiempo para entrar a la sala 2, o al menos es lo que me indicaba el boleto que me dio Dylan.
Gracias a mi pequeño imprevisto, ellos se adelantaron y entraron a la sala sin mí. Pero me lo merezco, estuve a punto de llegar tarde.
—Lo siento chicos, me tardé más de lo que tenía planeado. Hola Malia—dije casi entre dientes. Pues los cortos ya habían empezado. La chica me responde con una sonrisa y ondea su mano hacia mí.
—¡Shhh! —dijo una mujer volteando hacia mi dirección.
—Ya, perdón.
—Tienes suerte —dijo Dylan tomando un puñado de palomitas y llevándolas a su boca—. Llegaste justo antes de que pudiera comenzar. Por cierto, ¿Qué era tan importante como para casi dejarnos plantados?
—Nada especial, sólo... Fui por un café —dije mostrándole el macchiato que sostenía en mi mano—. ¿Quieres?
Después de hacer una mueca y poner los ojos en blanco, accedió a probar el café. Tomó el vaso y le dio un trago.
—Bueno, la verdad está muy bueno, pero hay muchos locales de café cerca de aquí. Cuando pienses tardar un poco, un aviso no nos haría daño —dijo volviendo a posar su mirada en la pantalla.
—Trato hecho.
Vi la película, pero con un pensamiento recurrente en mi cabeza. ¿En serio había pasado? El chico de la cafetería, Jacob, me había invitado indirectamente a una cita. Estaba atónito, mi corazón palpitaba más rápido de lo normal, aunque en este punto no sabía si era por él o por el hecho de que casi volé para llegar aquí. Una mezcla de ambos tal vez.
8:22 p.m.Después de que la película terminara y que casi nos echaran de la sala por permanecer tanto tiempo, salimos de aquel cierto oscuro, para poder encontrarme con la perfección de la luna que alumbraba la noche (junto con algunas pequeñas nubes, de las cuales casi no había rastro).
No puedo describir la admiración que tengo por la luna, es algo tan mágico, casi inexplicable, pero lo puedo resumir en una palabra:
La miré por unos segundos, era algo hipnotizante...
—Bueno, my friends ¿Quién quiere seguir la fiesta en otro lado? —sugiere Dylan. —Estaba pensando en Juanes, ¿Les parece?
Juanes es un restaurante de comida mexicana, el mejor de la ciudad, no las imitaciones que venden en otros lugares.
—A mí me parece perfecto —digo de inmediato.
—No lo sé, no aguanto la comida picante —dice Louisa haciendo un puchero.
—Ay, chica. Hay tanto que tengo que enseñarte —dice Cameron rodeando a Louisa con su brazo. El papá de Cameron, es mexicano, así que él tiene mucha experiencia con la comida picante, desde pequeño.
—¿Te parece bien, Malia? — dice Cameron mirándola a los ojos, con una pequeña sonrisa de por medio.
—¿Por qué no? —respondió con una risita, que dirigió directamente al chico.
Cuando entraron todos en el auto, me quedé afuera de este junto a mi bicicleta y sólo los miré para después agregar:
—Okay, los veo allá. Me iré en mi bici, quiero algo de aire.
—¿Estás seguro? Todavía hay espacio.
—Sí, no hay problema. Llego en 5 minutos.
Dylan tomó las llaves para después de guiñar un ojo y encender el auto. De inmediato la radio se encendió para reproducir una de las canciones en la lista de éxitos actuales.
Cuando el vehículo salió del estacionamiento decidí seguirlo. Me dirigía por el carril para las bicicletas, las luces de la ciudad mezcladas con la de los autos, todo parecía resplandecer, me dejaba llevar por ella.
El auto no tardó en llegar a su lugar de destino, y yo estaba justamente en la entrada, asegurando el candado de mi bicicleta. Cameron fue el primero que bajó del auto, fue de inmediato para abrir la puerta de Malia, como el caballero empedernido que es.
Cuando pasó a lado mío le sonreí en señal de aprobación a su gran gesto. Esperé unos segundos a que Louisa y Dylan bajaran del auto y me acompañaran adentro.
—Vaya, ¿alguien ha visto al Cameron que todos conocemos? —dijo Louisa riendo un poco. No la culpo, usualmente es alguien muy distraído, pero de alguna manera Malia saca lo mejor de él y no es la única...
Entramos al lugar, una combinación de olores demasiado increíble para describirla. Los colores parecían tener vida, las flores adornaban cada rincón, haciendo ver este lugar 10 veces más alegre que cualquier otro antes visto.
Nos sentamos en una mesa casi al centro del restaurante, teniendo una vista espectacular del lugar entero. No habían pasado ni 2 minutos y un mesero ya se había acercado para tomar nuestra orden.
—Hola chicos, bienvenidos a Juanes —dijo amablemente el chico.
—Muchas gracias —respondió Cameron.
—Díganme, ¿Qué les puedo servir? —añadió, sacando una pequeña tableta de su delantal.
—Yo quiero una orden de quesadillas, con guacamole y frijoles, por favor —respondió Dylan casi de inmediato.
—Perfecto.
—A mí ¿me podrías dar solamente el arroz con pollo? se los juro chicos, no puedo con el picante —dijo Louisa cerrando el menú.
—Claro que sí, señorita.
—Creo que yo también, pero con los extras por favor —respondí, o mi amor por el arroz lo hizo, la verdad no sé.
—Y para nosotros será una pizza mediana, la "caprichosa", por favor.
—Buena elección —dijo el mesero, para después agregar—. En un momento sale su comida.
Después de ir por nuestras bebidas a las máquinas que se encuentran junto al buffet, volvimos a la mesa y Cameron se veía muy feliz. Y eso me ponía feliz a mí.
A pesar del contexto y de todo el ruido a mi alrededor, mi cabeza no podía dejar de repetir una palabra fuertemente en mi cabeza.
Jacob.
Jacob.
Jacob.
Jacob.
Se convertía en un trabalenguas interminable, pero no podía culparme. El chico que conocí en mi cafetería favorita, indirectamente me había invitado a salir por culpa de un café. La taza de café con más suerte en la historia.
Y al parecer yo no era el único que se había dado cuenta de eso.
Dylan me miró, me conoce mejor que todos en esta mesa y estoy seguro de que su intuición le decía algo.
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COMO AZÚCAR PARA MI CAFÉ
Romance¿Crees en el amor a primera vista? ✨ Aaron descubrirá que sí, cuando por una inofensiva taza de café la cambie la vida y el corazón. Pero las ataduras que se han formado con el paso de los años en su corazón, por fin comenzarán a abrirle paso a algu...