COMO AZÚCAR PARA MI CAFÉ

CAPÍTULO 5: JACOB

▶ Needy - Ariana Grande

JACOB.

Los días y las horas corrían más lento de lo que recuerdo. Los instantes de desvanecen en años luz, y yo, no puedo dejar de pintar su rostro en mis pensamientos, dibujar su inicial en la palma de mi mano e inevitablemente sentir mariposas en el estómago.

Todavía recuerdo la primera vez que hablamos. Él me había pedido un latte de caramelo, su favorito, al menos creo eso ya que frecuentemente lo pedía. Desde un principio me pareció alguien interesante, traté de leerlo, pero se volvió cada vez más difícil, él no terminaba de sorprenderme.

"Eres una pregunta disfrazada de respuesta".

—Camila Esguerra

Pensé que era alguien de videojuegos y películas los viernes por la noche, pero no, resultó ser poesía y un chai de medio día. Sin duda alguna, ha sido la persona más interesante que ha pisado este café.

Y todavía no comprendo cómo es que el universo conspiró a favor mío, un mismo día, un mismo lugar, la hora exacta y el simple hecho de que nuestras miradas cruzaron unos segundos, bastó para que esos segundos se convirtieran en minutos, que formaran horas, de mi cerebro recordándolo. De las interminables ganas de verlo otra vez, de las ansias de escuchar su voz otra vez.

Es muy curiosa la manera en la que actúa el destino, la forma en la que suceden las cosas para que dos almas compartan un mismo plano, y que en algún punto estas dos se encuentren. No sé, pero así me siento con Aaron.

Nunca estuve seguro de lo que sentía. Digo, ¿Cómo es posible que alguien a quien conoces hace 5 minutos te haga sentir cosas como estas?

Simplemente mágico.

Y ahora, se pueden preguntar, ¿Cómo sabía que le gustaban los chicos? Cuando uno lo sabe, lo sabe. Punto.

Aunque, él logró hacerlo más obvio de lo que uno debería. Recuerdo lo temblorosa que estaba su voz la primera vez que lo atendí en el café. O la manera en la que sus ojos trataban de buscar los míos, pero sin éxito, ya que yo trataba de evitarlo... porque yo tenía la misma intención.

Me miraba de reojo, algo que me parecía la cosa más tierna que he visto hacer a una persona con otra que le parece atractiva.

Debo admitir que el dar el "siguiente paso" con una persona que no conoces para nada, es algo arriesgado, puede que sea la razón por la que nunca he tenido una pareja estable. Creo que mi corazón ha pasado por tantas malas experiencias que en algún punto dejó de esperar cosas mutuas de la gente. Empecé a creer que el amor no era algo incluido en mi futuro y que tendría que aprender a estar solo. Pero las cosas cambian en un abrir y cerrar de ojos.

Como las nubes en el cielo.

Y es increíble pensar que ahora tengo una "cita" con el chico del café (Aaron). No voy a mentir. Estoy nervioso. Creo que fue alguien que dejó algo plantado en mí. Tanto así, como para pensar en tener una segunda, tercera, hasta cuarta cita, sin siquiera haber tenido la primera... así al escribir muchas veces la letra "A" en los Post-it que había en la caja del mostrador.

Imaginando el sabor a café en tus labios.

Tus dedos tocando mi mano.

Tu calor.

Tú.

Pero sólo queda esperar. El tiempo lo es todo y nada a la vez. A fin de cuentas ¿Qué son unos días esperando?

Amar(te) duele.