—No te culpo, todos se lo quieren coger.
Dabi Todoroki, recluso del ala este, hijo ilegítimo de un político poderoso osó a dirigirme la palabra mientras tenía un puerco cigarrillo en la boca.
—¿Qué mierda salió de tu boca?—rechine los dientes, sintiendo mis puños fruncirse. Listos para reventarle el culo a explosiones.
—Deku, el oficial pequitas.
—Vuelve a llamarlo así una vez más y me aseguraré que la única forma de la que salgas de aquí sea en un ataúd.
Dabi no se inmutó y tan sólo me ofreció un cigarrillo, lo dudé por un momento pero termine aceptando. Estaba que me fumaba los dedos por la ansiedad.
—Igual y tengo cadena perpetua.—se alzó de hombros para irse por donde vino mientras aún llevaba el cigarrillo en su boca.
Resople, ni siquiera sabía que hacía manteniendo la conversación con un repugnante preso corrupto, hijo de los Todoroki.
Volví a dirigir mi mirada a Deku mientras estaba patrullando. Sonreía dulcemente hacia uno de sus compañeros, Iida creo que se llamaba. Si no estuviera seguro que era hetero y tenía una esposa, probablemente no me lo tomaría con tan poca preocupación.
Pues Dabi tenía razón, hasta el corazón y el pito más podrido se aceleraba teniendo a Izuku cerca. Me recosté en las rejas del patio, esta situación llegaba a frustrarme un poco. Pues, desde hace más de dos años, me había enamorado de mi custodio.
Y llevaba tres años en la cárcel. Cuando lo conocí, tan sólo vi un hombre dócil con él que me podría meter para matar el rato, pero las cosas resultaron muy diferentes. Me terminé enamorando.
Y él único que parecía no darse cuenta, era Deku.
Era tan malditamente obvio que hasta los demás presos lo sabían, no estaba seguro si un cartel en mi cabeza que dijera: ¡Se me para cuando te veo! Era lo que faltaba para que se diera cuenta. Hasta mis malditos compañeros solían bromear al respecto.
¿El amor me hacía perder mi maldita autoridad? Tal vez me había acostumbrado demasiado a ser dócil con él contrario a lo que pensé en un principio, pues cuando Deku estaba cerca hasta los más podridos se rendían ante su dulce presencia.
Rara vez había un escándalo cuando él estuviese cerca, era ridículo que en una cárcel de alta seguridad de reclusos tan poderosos nadie le quisiera causar problemas. Ni siquiera yo.
Él tenía la imbécil idea que nadie estaba lejos de la redención. Todos merecían una segunda oportunidad, solía decir. Y todos merecían se tratados como humanos. No nos justificaba, pero hasta algún punto creía en nuestra redención. En que la gente cambia, en que está se supera. Y habían momentos, donde y lo llegaba a creer también.
La hora del almuerzo se acercaba así que caminamos por el pasillo hacia el comedor, de repente pude observar a Deku en una esquina del pasillo. Mire hacia ambos lados asegurándome que nadie me viera y me acerqué a él.
—Ey, Deku.—dije mientras fumaba un cigarrillo que me había dado Dabi hace un rato.
Sonrió de forma inconsciente cuando me vio, pero su mirada se nubló al ver el cigarrillo.
—¡Kacchan! Es la tercera vez esta semana, te vas a meter en problemas si alguien te ve con un cigarrillo. Además, eso te hace daño.
—¿Y no crees que eso es exactamente lo que quiero?—calé profundo dentro del cigarillo para envolver a Deku en el humo. Quien parecía algo molesto, tenía que admitir que era lindo cuando inflaba los cachetes y se ponía todo rojo del coraje.
—¿Por qué querrías meterte en problemas?—dijo haciendo un llamado de atención
—Para que un bonito oficial me castigue. —Izuku evitó mi mirada para prenderse en un rojo escandaloso, parecía un adolescente hormonal que se ponía nervioso al recibir un halago.
—Vamos, enamórate de mí. Dame chance, Deku.—lo acorrale en la esquina haciendo que se pusiera aun más nervioso.
—Kacchan.—llamó con los labios entreabiertos, mirándome deseoso. Tenía que admitir que se sentía bien, no sabía si se debía a la nicotina consumida, pero me atreví a hacer lo que hace mucho quería.
Sin embargo, sabía que eso iba en contra de todo lo que Izuku creía. En lo correcto, en lo justo y en lo legal. Así que me aleje de él de forma lenta y le dije:
—Salgo en tres años, espérame.
Y fui al comedor.
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KatsuDekuTober 2020
FanfictionInclusive después de todas las primaveras, de todas las veces que rompiste mi corazón, de todas las mañanas que tuvimos, no podía evitarlo. A pesar de todo el dolor que nos causamos, no podía evitar que la suave brisa de Octubre me recordará a tu so...