9. An Unhealthy Obsession

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—Te lo digo, Midoriya

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—Te lo digo, Midoriya. Hay algo muy raro pasando en tu casa.—soltó con preocupación.

—Todoroki-kun, vamos. ¿Hablas de actividad paranormal?—Uraraka se burló de su amigo, quien lucía realmente preocupado.

—Chicos, chicos, intentemos escucharlo. Podría ser algo enserio.—Iida cortó la burla de su amiga. Todos invitaron a Todoroki a continuar.

—Bueno, como estaba diciendo... ayer que fuimos a la casa de Mido para estudiar, vi un reflejo extraño por la ventana.

Izuku se atragantó con su propia risa que intentó contener, fallando miserablemente. Uraraka acompaño a su amigo que rompió en risa por igual.

—¡Midoriya!—Todoroki llamó su atención, él iba enserio.

—Perdóname, Todoroki-kun. Enserio. ¿Pero actividad paranormal? Ya quisiera, mi vida es más aburrida que la clase de Historia.—resopló entre risas agarrando los hombros de su amigo. —Hasta le agradecería al fantasma por hacer mi vida más interesante.

—Confirmo.—secundó Uraraka. Los únicos que lucían algo preocupado eran Iida y Todoroki.

—¡No hablo de un espectro o algo así!—dijo Todoroki poniéndose todo rojo.—Fue como un flash de cámara. Es una situación preocupante, Midoriya.

—Yo también me sentí extraño al estar en la casa de Midoriya, casi como si me estuvieran observando.—Iida apoyó a su amigo, las cosas empezaban a sonar preocupantes.

Izuku y Ochako adquirieron una compostura más seria, inclusive una que se le podría llamar afligida. Se miraron mutuamente con una expresión preocupante en sus rostros, antes de volver a romper en risa.

—¡Un Stalker!—dijeron al unísono entre risas.

—Izuku, prepárate por si alguien entra a tu casa. Ten un bate listo para romperles las piernas y encerrarlos en tu sótano.—Uraraka dijo entre risas. Los dos no podían siquiera respirar correctamente por lo mucho que reían.

—Son increíbles.—bufó Shoto. Iida por su lado, negó con la cabeza y sobo su sien.

—Es algo serio, chicos.—dijo Iida con las manos rectas dándoles ordenes a los dos chicos que se comportaban, pero en vez de escucharlo comenzaron a lagrimear de la risa.

—Ay, chicos. Enserio me hacen reír.—dijo Uraraka al ya haberse calmado la risa, agarrando su estómago después de reír tanto.

—Gracias por preocuparse chicos, pero no tienen de que temer. Es un apartamento seguro.—sonrió intentado disipar la preocupación de sus amigos, que dejaron de insistir aún un poco inseguros.

Siguieron caminando en dirección a su salón hasta que se toparon con otro grupo de estudiantes.

El chico que caminaba en el centro del grupo que se acercaba estiró su pierna en el camino de Izuku, haciendo que este cayera de lleno. Era cosa de todos los días.

KatsuDekuTober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora