CAPITULO 2 EL PERDÓN DE BETTY

811 86 39
                                    


Por la tarde, después de acabar con su jornada laboral, Betty fue al hospital a visitar a Armando. Cuando lo vio se quedo impactada, estaba como dormido, pero lleno de tubos por todos lados, paso con miedo, nunca imagino ver a Armando de esa forma, tan frágil, tan indefenso. Sé acerco a su cama y le empezó a hablar.

B: Hola Don Armando, soy Beatriz. No sabia que estaba tan mal de salud, me entere ayer por sus papas. No sé como empezar, los médicos dicen que puede escucharme y que puede reaccionar ante alguna voz que sea especial para usted. No sé que tan especial fui para usted.

Don Armando pase muchos días en Cartagena y todavía no entiendo, ¿Por qué? ¿Por qué me hizo tanto daño? Desde que lo conocí... desde siempre me causo muchas inquietudes, desde el principio lo respete tanto, tanto... Ahí estaba usted, un hombre culto, elegante que confiaba en mi y yo hacia todo lo posible por atenderlo, por demostrarle que yo era la persona que usted necesitaba.

En esa oficina oscura, había una mujer que se moría por usted. ¿Cuanto había qué hacer? Para demostrarle que yo por usted daba la vida, que sería incapaz de traicionarlo.

Acaso no se dio cuenta, acaso no lo sentía. -Lagrimas descienden por las mejillas de Betty.- ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo tener la sangre fría de enamorarme? ¿Cómo pudo hacer ese juego tan cruel?

Sí usted sentía que yo me enamoraba cada vez más, y más... -Betty continua llorando.-

Llegue a amarlo tanto doctor, tanto...

Yo confiaba en usted, en que por lo menos me tenia algo de afecto... -Betty sigue llorando.-

Pero siguió adelante con ese plan siniestro. Destrozándome, sin importarle lo que yo le había contado de mi tragedia amorosa. -Betty se pone seria.-

En algún momento pensé en perdonarlo y volví a caer en su juego. Pero usted siguió adelante, hasta el último segundo.

Me destruyo la vida. Yo siento que no puedo perdonarlo.

Betty niega con la cabeza y llora desconsoladamente. En ese instante recuerda las palabras de Doña Catalina en la isla del Rosario: "Tiene que perdonarlo Betty, desde el amor, cuando usted lo amo, debe perdonarlo desde el fondo de su corazón, desde ese amor del cual usted se enamoro."

Betty le pone la mano en el rostro a Armando y le dice: Yo Beatriz Pinzón Solano lo perdono Don Armando. Por encima de todo el dolor que me causo y en nombre del amor que le tuve, de la vida que le entregue... le pido a mi corazón, que no lo odie y que este en paz... que le perdono... que le perdono porque todavía lo amo.

En medio de todo el dolor, no le deseo nada malo. Deseo que siga su camino en paz.. pero lejos de mi.

En medio de todo el amor que me nació por usted y en medio del dolor, lo perdono y deseo que se vaya de mi vida sin odios y que con la misma dulzura con la que entro... se vaya.

Betty le da un abrazo y cuando se separa, nota que hay lagrimas en el rostro de Armando y sus ojos cerrados no dejan de moverse.

Betty se asusta y llama a una enfermera y le cuenta lo que pasa, enseguida vienen los médicos. Ella sale de la habitación y se marchas a su casa.

Se encuentra aliviada, su alma es más liviana, ahora ya esta preparada para poder olvidar a Armando.

Mientras Betty ha estado en el hospital, Roberto ha ido a Ecomoda, quiere encontrar la carta de instrucciones de Mario Calderón. No ha podido quitarse esa idea de la cabeza y ha ido a Ecomoda, al hueco donde estaba la oficina de Betty, a ver sí la encuentra, cuando habré el archivo que hay debajo de la mesa de Betty se queda sorprendido, pues hay una bolsa negra de basura, la saca y la vacía en el escritorio que fue de Betty. Ve todos los detalles y cartas que escribieron Mario y Armando, lee alguna de ellas y se queda estupefacto. Y entre todos esos detalles y cartas encuentra la carta de instrucciones de Mario.

Coraje de madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora