EPÍLOGO

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Armando y Betty despertaron en la habitación del monasterio y sintieron una gran alegría al volverse a ver. Se levantaron, se abrazaron y comenzaron a besarse como si la vida les fuera en ello. Cada uno de ellos sentía el amor del otro, dentro de ellos, dentro de su propia piel, un amor hermoso y radiante. Todo estaba perdonado, tenían toda una vida por delante para amarse.

Apareció el Padre Jaramillo con una enorme sonrisa en su boca. Solo le basto verlos para saber que habían superado la prueba.

P.J: ¿La boda será el próximos sábado en mi parroquia?

A y B: Si, Padre Jaramillo. Muchas gracias por todo.

A: Ha sido duro y maravilloso a la vez.

B: Lo necesitábamos Padre.

A: No sabe lo agradecido que le voy a estar. Mi vida no me alcanzará para agradecerle el haber recuperado estos 6 años que había perdido en mi vida.

P.J: Solo ámense y perdónense de corazón, la vida no es fácil, pero lo tendrán más fácil amándose, pues nunca estarán solos, siempre se tendrán el uno al otro.

El Padre Jaramillo los llevo a la lancha que los regreso a Cartagena.

Margarita y Roberto también despertaron. El padre Jaramillo llamó y entro en la habitación.

P.J: ¿Cómo se encuentran señores Mendoza?

D.R: Ahora que se toda la verdad, se lo que tengo que hacer y no torcerme más en el camino de la vida.

D.M: Gracias Padre, por abrirnos los ojos. Ha sido muy revelador. No sabía lo ciega que había estado, sobre todo con los hermanos Valencia.

P.J: Solo tiene que seguir el camino del amor y el perdón, solo así no sé desviaran del camino de la vida. Esta es una segunda oportunidad que se les ha dado. ¡Aprovéchenla!

D.R: No lo dude Padre, así lo haremos.

P.J: Pueden vestirse, enseguida vendrá una lancha para devolverlos a Cartagena.

Marcela despierta y oye tocar en su puerta. Entra el Padre Jaramillo.

P.J: ¿Cómo se encuentra señora Marcela?

M: Renovada Padre. No sabía todo el mal que había hecho, estoy muy arrepentida.

P.J: Ahora tiene una segunda oportunidad, para enmendar todo lo que hizo mal, aunque eso ya es pasado y no importa. Debe empezar de cero. Todo le fue perdonado, aproveche esta oportunidad para hacer las cosas bien. Siga el camino del amor y el perdón, así no se desviara del camino correcto de la vida.

M: Gracias Padre.

P.J: Vístase, la lancha esta apunto de llegar para devolverla a Cartagena.

Después de volver del Monasterio Armando y Betty, al llegar a casa de esta, se encontraron con la sorpresa de que Hermes había llegado a pedir perdón a su esposa y a su hija. En la soledad de la casita del Barrio de Palermo, se dio cuenta de lo egoísta e injusto que había sido.

Había tenido un sueño bastante revelador, en el cual, se veía amargado y muriendo él solo. El susto de ese sueño lo llevaba en el cuerpo y entonces decidió viajar a Cartagena a pedir perdón a su hija y a su esposa. Haría lo que fuera para recuperarlas. Su felicidad dependía de ello. La conmoción que sufrió cuando vio a su nieto fue épica. Alex se gano el corazón de su abuelo en solo un momento. Ahí se dio cuenta de lo necio y terco que había sido y todo lo que se había perdido, todo lo que había echo sufrir a las personas de su alrededor, por su maldita terquedad moralista.

Coraje de madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora