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Mientras en la casa Taylor Brown. Riza se levanto de un salto de la cama. Al recordar que debia lavar la ropa.
Evan miró a Riza ya vestidos para ir a la escuela. - Buenos días.- Le saludo mientras sacaba sus zapatos para colocarse unas zapatillas.

- No dejes los zapatos por toda la habitación. No me.gusta cuando lo haces.-

- Esta bien Riza ya no los dejare esparcidos en la habitación. -

- No te creo.- Riza le miro de reojo mientras lo veia reír.

- Haces bien por que no lo haré. Me gusta saber que tomas mis zapatos. Así llevo algo que has tocado siempre conmigo. Me has traido suerte Riza.- Camino hasta llegar a ella y rodearla con sus brazos.

- No me beses aún no me lavo los dientes. - dijo ella al ver que incliniba su rostro al de ella. Tenia el habito de besar luego de lavar sus dientes. Miemtras él tenia el habito de espacir los zapatos por todos lados oe enojaba pero tenía que vivír con ello ahora que comenzaban a ser más como una pareja real.

- ¿Por que estas callada de repente?- Evan peino el cabello negro de ella hacia atras aplastando y organizando un poco el cabello despeinado. - He llenado una solicitud en linea para la univerdidad, ayer mientras dormías.-

- Eso es magnífico al fin estudiaras lo que has deseado.-Riza abrazo a Evan encantada con el aroma de su perfume.

- Hoy contratare una agencia que lleve todo los muebles de la casa de mis padres a la casa nueva. - Riza se retiro de su cuerpo un tanto enfadada. - Y que sucede con los muebles de esta casa, quiero llevar mis cosas incluso si me voy de esta casa. Tienen valor sentimental para mí. -

- Tambien los llevaremos, solo quiero hacerlo rápido y tener a Jenna con nosotros. Ayer me ha mensajeado estaba triste en la noche, recordando que nuestro padre ya no estaba. -

- Deberiamos ir en algún momento de nuevo al maunsoleo de tú padre. Llevarle flores, que se despidan. - Él se tenso al escuchar la ultima palabra. Habia una razón por la que no habia vuelto aquella casa no queria recordar lo sucedido. Si fuera posible borrar de su memoria ese desastrozo días cuando recibio aquella llamada lo haría. - Puedes llevar a Jenna con los chicos, no quiero ir a ese lugar. -

- No hablemos más del tema, mejor hablemos de la univerdidad. ¿Estudiaras medicina?-

- Lo haré, pero, tomara algunos años.- Riza hablo nervisa por la postura tan seria de Evan, sabia que el era mucho más joven que ella pero verle prestarle tanta atención le agradaba demaciado a su corazón. - Lo harrás bien despues de todo te gjsta mucho estudiar. Me gusta poder ayudarte a que cumplas tú sueño. - Evan tomó su rostro y dejo algunos besos en su cara. - Tengo que irme no quiero llegar tarde. Hoy tengo un partido de practica con el equipo de la otra secuendaria así que deseame suerte. -

- Sólo, no te leciones el cerebro o alguna parte del cuerpo.- Ella dio un paso atrás palmeandole el hombro en señal de aprobación. Mirando como Evan salía precipitado caminande de la habitación. Estiro los labios en una risa soñadora.

Luego de terminar de limpiar la casa. Encontro molesto que Evan dejara los zapatos por la casa. Eban iba a volvera loca, mejor dicho Evan le estaba volviendolo loca en muchos aspectos. Esa tardé espero en el sofá de la sala hasta ver llegar al muchacho que hizo que si vida girara. Como siempre dejando sus zapatos tirados en la sala. Pero lo más importante no estaba lecionado por ningun lado visible que ella pudiera ver desde el sofá. - ¿No te mataste el cerebro mientras jugabas?-

- !Claro que no! No, has escuchado que Evan Taylor puede hacer lo que sea.- Se burlo siguiendo la corriente a Riza. -

- !Tengo un marido presumido!-

- Muy presumido y con un hambre voraz. - Se acerco para hacerle cosquillas mientras ella se retorcia bajo su cuerpo. - !Para Evan!- se retorcio entre risas hasta que se detuvo. - Sonríes muy bonito. Deberias sonreir todo el tiempo de esta forma. - Él dejo un beso casto sobre los labios femeninos afirmando sus palabras. Quería mantener aquella sonrisa con tanto empeño lo que le hacia replantear si estaba comenzando a sentir cosas por la hermana de su mejor amigo. Con la que no solo creció, si no que se convirtió en sus esposa por pacto de ambos. Necesitaba tiempo para aclarar todas esas dudas dentro de el.

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 Besos RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora